En unos meses la mejora era evidente. Los casi dos centímetros de diferencia entre una pierna y la otra parecían haberse reducido a cero. No es fácil medir esto, pero era claro. Su tono general era mucho mejor y miraba definitivamente de frente. Y seguíamos con la fisioterapia y la piscina, que sabemos que ayudan. Y mucho.
No recuerdo cuándo fue que, hablando con Arturo, salió el tema de que se constipaba con facilidad y era por un déficit diagnosticado de alguna de las defensas del cuerpo, en principio no relacionado con ninguna otra cosa. Nos dijo que ciertos masajes podían ayudar y se puso a ello. El invierno siguiente apenas se constipó. Es cierto que por indicación de sus médicos fue vacunado. No me importa qué le ayudó más: sé que ambas cosas fueron determinantes.
El pasado diciembre tuvimos la mala fortuna de pasar las Navidades en el hospital por una fractura de fémur. Felipe fue operado para ponerle una varilla por dentro del hueso para reforzarlo, y eso nos llevó a un mes de hospitalización, otro más de reposo y varios de recuperación. Tuvimos que dejar de visitar a Arturo.
A día de hoy Felipe está algo deforme, pero menos que antes de conocer estas técnicas. Ha conseguido volver a andar pequeñas distancias y tener un tono muscular regular gracias al trabajo de todos, pero sobre todo a su propio esfuerzo. El período ha sido largo porque se presentaron algunas complicaciones: fractura de dedo, aplastamiento lumbar, etcétera.
Seguimos haciendo los ejercicios recomendados casi a diario y esperamos volver a ver a Arturo en cuanto pase esta racha.
No sabemos en concreto qué nos traerá el futuro porque con este tipo de enfermedades hay que vivir al día. Cualquier golpe te puede dejar meses en la cama, sin escribir o sin andar...
Pero aparte de tropiezos y altibajos, sí creemos saber lo que va a ser, de forma genérica. Felipe es un niño inteligente y bueno. Creemos que será una buena persona en su vida adulta y que se podrá valer más o menos por sí mismo. Y eso será en parte gracias a su propio esfuerzo, en parte gracias a sus médicos, en parte gracias a las horas y horas de terapia y en parte también, gracias a Arturo, el sotai, Yasuragi, y el shiatsu.
J. Felipe Mateos D.
Sotai: su eficacia en el tratamiento de la escoliosis
La escoliosis es una deformidad de la columna vertebral en la que ésta presenta desviaciones patológicas en sentido lateral.
Puede existir sola o asociada a otras desviaciones de la columna (cifosis y lordosis). Suele ser secundaria a tracciones irregulares de tipo mecánico, vicios de posición, insuficiencia de la musculatura paravertebral o acortamiento de la misma, y en casos muy acusados a lesiones de una o varias vértebras, que modifican sensiblemente la dirección del eje esquelético de la columna. Puede ser también originada por deformidades de las extremidades inferiores, que basculan y/o inclinan la pelvis y obligan a buscar nuevas líneas de equilibrio. La localización anatómica de la escoliosis puede ser cervical, dorsal, cervicodorsal, lumbar, dorsolumbar y lumbosacra.
Se pueden encontrar dos tipos de escoliosis:
• Estructural: tiene una curva fija que no se corrige en la inclinación lateral.
• Funcional: la curva se corrige con la inclinación lateral; puede ser transitoria o persistente.
Mejora de la escoliosis en una paciente tratada con sotai
Una paciente de trece años de edad acude al traumatólogo porque padece fuertes dolores de espalda y éste, después de ver la radiografía, le diagnostica escoliosis funcional y como tratamiento le recomienda fortalecer las zonas abdominal y lumbar.
Tras ocho meses con este tratamiento, la paciente no sintió alivio, así que volvió al médico y le realizaron una segunda radiografía, en la cual se observó un notorio empeoramiento de la escoliosis. Al no darle una solución, su madre decidió llevarla a la consulta de shiatsu y sotai Yasuragi.
Tras observar las pruebas clínicas y radiológicas, valorar los diagnósticos previos y evaluar la postura y movilidad de la columna, pasamos a realizar un tratamiento combinado de shiatsu y sotai. Al finalizar la sesión, la paciente manifiesta un gran alivio y verificamos que realmente ha mejorado la postura y ha ganado movilidad; consideramos entonces recomendable que acuda a una de nuestras consultas una vez por semana durante dos o tres meses, pero la paciente está en período escolar y con una carga de responsabilidades importantes, por lo que no puede acudir con regularidad a nuestra consulta. Ante este contratiempo decidimos que al menos realice los ejercicios básicos en su casa todos los días al levantarse.
Pasados otros ocho meses, acude de nuevo a verme con buenas noticias. Ya no le duele la espalda y en una radiografía reciente se aprecia de forma patente una rectificación de la alineación vertebral. Me comenta que en estos ocho meses no ha olvidado realizar todos los días los ejercicios de sotai que le enseñé.
El resultado podía haber sido más rápido si hubiéramos realizado un tratamiento convencional, es decir: acudiendo a nuestra consulta una vez por semana, es muy posible que en dos o tres meses hubiéramos visto esta notable mejoría.
Realizar cuatro ejercicios básicos de sotai no nos quita más de seis minutos al día, se pueden hacer en cualquier momento y son muchas las ventajas que nos pueden aportar para nuestro bienestar.
Francisco García Castellano
Experto en shiatsu y sotai de Shiatsu Yasuragi
Monitor de Shiatsu Yasuragi, Instituto Superior
1. Definición
Sotai –reeducación postural integral– es un tratamiento natural de origen japonés basado en los conocimientos de la medicina tradicional china y japonesa, combinados con estudios y experiencias de la Medicina occidental para la sincronización muscular y articular. Su objetivo es favorecer el equilibrio corporal de una manera suave y acorde con nuestra naturaleza. No tiene efectos secundarios.
Sin profundizar demasiado en su filosofía, debemos destacar que estamos hablando de un tratamiento integral, nunca alopático, ni sintomático, es decir, se observa al paciente como un todo y no por partes. Es muy posible que esto sea lo que más nos cuesta aprender a todos.
Hay una frase que suelo repetir en mis cursos y seminarios, tanto de sotai como de shiatsu, y creo que, si se tiene en cuenta, puede hacer que el experto consiga realmente que las personas que acudan a él mejoren de verdad: «nunca ha venido a mi consulta una lumbalgia con persona, sino una persona con lumbalgia». El sentido fundamental de esta frase y el que quiero transmitir con este libro es que no debemos prestar total atención a la dolencia, sino a la persona. Si nos preocupamos sólo de la parte que creemos afectada, puede que dejemos sin tratar la causa del dolor; así sólo conseguiremos una mejoría pasajera y no la erradicación del problema.
Por eso, aunque he creado infinidad de tratamientos específicos y sistematizados para diversas patologías, recomiendo siempre el uso de los ejercicios básicos porque estimulan la capacidad de autocuración, innata en el organismo del ser humano. Dichos ejercicios deben practicarse con asiduidad. Si cada día por la mañana al levantaros realizáis tres o cuatro ejercicios básicos de sotai, en poco tiempo comprobaréis que vuestra salud mejora día a día.