LOS VERDADEROS MANDANTES
Después comenzó la masacre. Una vez más, lo sorprendente de todo el evento es la atenta organización y premeditación. Cuando en el juicio se habló de horquilla s y linchamiento los informes fueron redactados describiendo la cosa como “un gesto descabellado la cual más o menos todos los ciudadanos participaron cada uno contribuyendo para que sucediera”. Se insistió mucho tiempo también sobre las “cuerdas tomadas de los edificios Chinos o adquiridas por los “entusiastas” del lugar, no menos importante de las mujeres entre las cuales la propietaria de una pensión a una cuadra del callejón. Pero no fue así. Testimonios oculares, de los cuales no se supo hasta 140 años después de la masacre, afirmaron delante del Juez de instrucción che “los exaltados llegaron armados y dotados de un equipamiento para el linchamiento y que, una vez capaces de entrar en el callejón, comenzaron a construir las estructuras de ahorcamiento precisamente en Tomlison Corral”, una zona en las inmediaciones del edificio homónimo ya utilizado comúnmente para los linchamientos públicos y que solo el año anterior había sido teatro de ejecución del Francés Miguel Lachenais. Pero no solo eso: algunos se dirigieron directamente a la casa de John Goller, un ex concejal muy conocido por sus batallas contra los abusos de la Policía local sobre los Chinos y los Sudamericanos, que había intentado frenar la masacre advirtiendo que denunciaría lo sucedido a las Autoridades Judiciales. Los dos primeros Chinos efectivamente fueron ahorcados en algunas vigas de su casa, ante los ojos de los hijos atemorizados, la mujer y la anciana madre. Además parece que, ante las súplicas de Goller de detenerse porque dentro de la casa estaban los niños, haya sido amenazado con la escopeta por el valiente policía Kerren, ante el epíteto “¡Ten cuidado, hijo de perra!”
Los habitantes de Chinatown en 1871, año de la masacre, se estimaban cerca de los 3000. Entre estos las familias regulares eran poquísimas, dado el veto legislativo de introducir mujeres en los Estados. Por lo tanto, esta foto es una rareza. Concedida por la Biblioteca nacional de California data de 1880.
Las mismas victimas del linchamiento hablan claramente: se trató de 19 Chinos, todos más o menos involucrados en conflictos con la Policía o directamente en competencia con los grandes comerciantes de la zona, quienes a su vez, en los negocios, se habían “puesto de acuerdo” varias veces con la mafia China local. Aquí tenemos efectivamente la lista de las victimas cuya edad va de los 17 a los 50 años (extraído de Los Angeles Daily News del 25/10/1871) Wong Tuck, un simple civil que no fue ahorcado por casualidad al principio sacándolo “directamente” de su casa. Ah cut, productor de licores, que fue acuchillado al abdomen, sus miembros amputados y dejado desangrarse en su casa; Ah Long, comerciante, linchado; Ah Te, comerciante, linchado; Ah Wha, comerciante de especias, golpeado en el abdomen y en las piernas, mismo destino de Ah Cut; Ah Won, linchado; Chan Linn, herbolario, linchado; Fong Won, servidor de una casa de The, linchado; Gene Tong, doctor famoso. Fue disparado en la boca, con un dedo amputado y por ultimo ahorcado; Ho Hing…. linchado; Leong Quai, linchado; Lo Hi, comerciante, linchado; Wau Foo…. linchado; Wong Chin, linchado y ya que fue el último antes de la intervención del Sheriff Burns que contuvo a la multitud, le fueron puestas tres balas en el bolsillo para indicar que estaba armado. No se han revelado otras víctimas, luego identificadas: Chang Wan, estaba enfermo y en aquel momento era acogido en la casa del doctor Tong. Linchado. Young Burrow, chico de diecisiete años, linchado; Day Kee, un civil común, linchado; Lo Hei, comerciante de fruta, linchado; Win Chee, comerciante de opio, linchado; Yu Tuk, productor de cigarros, linchado; Tong Wan, herborista, que fue disparado, acuchillado y por ultimo ahorcado. Yo Hing, golpeado a la cabeza por el concejal George Fall con una mesa de madera, murió dos días después.
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