Narrar el oficio. Mariana Sirimarco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mariana Sirimarco
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876917988
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una clase de instrucción que impartía a otros suboficiales. En la vitrina hay un documento escrito que resume su trayectoria en la fuerza donde, al final, puede leerse: “El día 2 de febrero de 1976 ocurrió el trágico hecho en el que entregó su vida al prójimo, en un acto heroico y cumpliendo funciones como Subinstructor de los Suboficiales de la Fuerza que orgullosamente integró”.

      Seguidamente se observa un atril con un póster donde, una vez más, se rinde homenaje a los fallecidos en Malvinas, se aprecia un mapa de las islas y, debajo, las fotos de los siete caídos.

      La vitrina que sigue se dedica exclusivamente a los gendarmes fallecidos el 28 de agosto de 1975 durante el Operativo Independencia, cuando la agrupación guerrillera Montoneros derribó un avión Hércules del Grupo 1 de Transporte de la Brigada Aérea, mientras este despegaba del aeropuerto Teniente General Benjamín Matienzo. Los fallecidos fueron los gendarmes Raúl Remberto Cuello, Evaristo Gómez, Juan Argentino Luna y Marcelo Godoy, y los sargentos primeros Pedro Yanes y Juan Riveros. La vitrina está acompañada además por un cuadro del avión Hércules en el momento de la explosión y debajo las fotos de los fallecidos.

      En el rincón contiguo se dispone la vitrina de mayor tamaño de la sala, en la que se rinde homenaje –a través de imágenes, notas de la prensa y carteles con los nombres de los fallecidos y las circunstancias de las muertes– a los siguientes gendarmes: el ya mencionado Tripepi, primer gendarme muerto en acto de servicio; el auxiliar Carlos Antonio Lafuente, primer oficial fallecido en 1951 en un tiroteo en el paraje Itacaruaré, provincia de Misiones; se honra nuevamente al director nacional Barbieri y a otros cuatro gendarmes (tres oficiales comandantes y un suboficial), que también fallecieron junto con él en el accidente aéreo de Gualeguaychú en 1986; el comandante Rubén Raúl Aguirre, asesinado en una Misión de Paz en Luanda (Angola) en mayo de 1995; a seis gendarmes que murieron en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) en marzo de 1999 por la caída de un helicóptero; al cabo primero Gustavo Ariel Gómez, quien falleció también en la Minustah que prestó auxilio durante el terremoto de 2010, y al cabo Roberto Omar Centeno, asesinado de un tiro en la cabeza en octubre del 2008 en el barrio Ejército de los Andes (Fuerte Apache), provincia de Buenos Aires.

      La última vitrina que forma parte de este espacio dedicado a los fallecidos en actos de servicio rinde honores al cabo Juan Adolfo Romero, quien falleciera en un enfrentamiento armado contra el Ejército Guerrillero del Pueblo liderado por Jorge Ricardo Masetti, en abril de 1964, durante la denominada Operación Santa Rosa en la provincia de Salta.

      Al considerar todas estas referencias a los caídos en actos de servicio, podemos pensar al Museo Histórico como alegoría de un mausoleo donde se rememora a los mártires de la institución. Diego Galeano, refiriéndose a la construcción del heroísmo policial, afirma que “el culto a los muertos no era solo una práctica interna para la reafirmación de los valores policiales. Apuntaba además a incitar sentimientos de compasión entre los vecinos de Buenos Aires” (2011: 216). Entendemos que también en nuestro caso el culto a los muertos desplegado a lo largo del recorrido persigue un efecto de compasión por parte de los visitantes. Pero, además de este efecto martirizante, la exhibición del sacrificio de la propia vida los exalta como héroes que murieron por la patria, fuera en la guerra o defendiendo sus fronteras, construyendo un rasgo sustancial de la imagen deseada (Escolar, 2017) que la institución ofrece a quienes recorren el Museo Histórico de Gendarmería Nacional.

      Básicamente nosotros como fuerza somos diferentes al resto de las fuerzas –por así decirlo– policiales, o de seguridad y militares. Si por ahí nos fijamos en el concepto de Gendarmería Nacional va a ver que es una fuerza de seguridad de naturaleza militar que cumple su función y misiones en el marco de la defensa nacional, la seguridad interior y el apoyo a la política exterior de la Nación, o cualquier otro requerimiento de la Justicia Federal. A raíz de esta definición de Gendarmería y por nuestros… Nosotros tenemos reglamentos, ¿no? Gendarmería está en capacidad de realizar tres tipos de operaciones: operaciones militares, operaciones policiales y de movimientos y descanso en tiempo de paz […] Dentro de las operaciones realizamos las operaciones policiales, y dentro de estas actividades están todas las actividades que en la actualidad está realizando en estos tipos de operativos, Cinturón Sur, Centinela, etc. Igualmente, usted fíjese que en tiempos de paz en Gendarmería nos regimos por la Ley de Seguridad Interior y, principalmente, ¿qué tipos de actividades realizamos? Operaciones policiales: control de rutas, allanamiento, patrullaje y diferentes tipos de investigaciones –por así decirlo– ordenados por la Justicia ¿no? Pero todo son operaciones policiales. Eso viene ya desde la ley de creación de nuestra fuerza.

      Los gendarmes entienden que este amplio abanico de funciones ha devenido en el desarrollo de una gran capacidad de adaptación o “plasticidad del gendarme”, como ellos mismos la denominan. Podemos pensar que esta “plasticidad” que manifiestan es el resultado de las múltiples y diversas funciones y competencias que los distintos gobiernos han asignado a la institución a lo largo de su historia y del carácter de fuerza intermedia que ya explicamos.

      Coinciden con esta idea las palabras de Javier cuando, al referirse a la manera en que la GNA se establecía en “el medio de la nada”, destacaba la falta de cualquier comodidad o adelanto tecnológico, como agua potable, rutas o cualquier otro servicio. Asimismo, nuestro anfitrión describía este despliegue como “la llegada del hombre civilizado a lugares totalmente vírgenes”. Junto a este libreto que narra el guía, el relato que destaca la labor en la frontera rodeados de un “ambiente salvaje”, como distintivo de la GNA, se completa con múltiples elementos que pasamos a describir.

      Para comenzar, vale recordar brevemente los antecedentes históricos que ya analizamos. Baste reiterar aquí que en ambos casos se trata de milicias históricas que se desempeñaban en los límites fronterizos de entonces, en territorios agrestes alejados del poder político central.

      Asimismo, es importante mencionar que en diferentes salas del museo se observan fotos y cuadros de gendarmes rodeados de montañas, selvas y otros paisajes alejados de áreas urbanas. En la sala I, General Manuel Calderón, se aprecian diferentes imágenes que reflejan este tipo de territorios. Vemos, por ejemplo, el dibujo de un gendarme parado delante de un árbol, portando un fusil y de fondo una plantación de algodón (foto 4). En la leyenda que acompaña la ilustración se lee: “Año 1939. Gendarme del Destacamento adelantado Sáenz Peña (Chaco)”. También se disponen fotos de gendarmes trabajando en un paisaje selvático; la imagen los retrata avanzando con machetes por el monte, vistiendo al estilo gauchesco.