Narrar el oficio. Mariana Sirimarco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mariana Sirimarco
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876917988
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de Francia. Están uno, dos años, y después vuelven. Entonces la Gendarmería empezó a tener contacto con otras fuerzas y se aprovechaba la oportunidad para, además de conocerse, intercambiar objetos protocolares y de ahí los uniformes que tenemos en esta sala”.

      Javier nos explica que estas tareas remiten al carácter de fuerza intermedia de la Gendarmería. Esta característica de ser una fuerza intermedia implica que mujeres y varones gendarmes están habilitados para realizar funciones tanto militares como policiales. En la misma línea, la página web institucional define a la GNA en los siguientes términos:

      Entre las misiones que nombra Javier se destacan las actividades en Misiones de Paz en el marco de las Naciones Unidas, en referencia a las cuales se exhibe también un uniforme de la GNA con los característicos brazalete, pañuelo y boina azules de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas (foto 2). Asimismo, las tareas netamente militares de la Gendarmería se describen en la última sala que visitamos en nuestro recorrido, la IV.

      Además de esta colección de uniformes de otros países, la sala III también posee un espacio destinado a la exhibición de cámaras de cine, proyectores antiguos y diversos elementos de fotografía, relacionados con la especialidad de policía científica que también incumbe a la GNA. Se muestra asimismo una colección de armas antiguas, algunas de las cuales fueron utilizadas por la institución desde sus orígenes.

      Por otra parte, hay una sección dedicada a las “gendarmes esposas” o familiares de los oficiales que hacen “ayuda social”. En este sector se muestra un uniforme de mujer con la insignia “Voluntarias Gendas” de la Asociación de Damas de Acción Social de Gendarmería.

      Este espacio está dedicado a la función militar de la GNA mediante la rememoración de su bautismo de fuego durante la guerra de Malvinas. Javier nos relata que “la guerra de Malvinas comenzó el 2 de abril y la Gendarmería empezó a participar a partir del 30 de mayo. Ese 30 de mayo en un vuelo, el helicóptero fue derribado y ahí fallecieron siete gendarmes, entre ellos Acosta”. Asimismo, se conserva en una vitrina la bandera original utilizada por el Escuadrón Alacrán en las islas (foto 3), rodeada de fotos de los ex combatientes y de diferentes momentos del conflicto bélico.

      De todos los elementos que se exponen en el Museo, esta bandera es quizás el que más se asimila a una reliquia, un objeto que por su historia es digno de veneración para los actores institucionales. Javier nos contó dicha historia en la primera de nuestras visitas en 2015 y la reiteró luego, tres años más tarde. El Escuadrón Alacrán es el grupo de operaciones especiales de la Gendarmería Nacional Argentina que fue creado en 1982 con el fin de que combatiera en Malvinas, para lo cual se designaron 65 gendarmes que formaron parte de las tropas 601 y 602 del Ejército Argentino, institución a la que pertenecían por entonces. Nuestro guía nos cuenta que “el 27 y el 28 de mayo se encontraron en Comodoro Rivadavia, compraron ahí la bandera y como no se sintieron identificados con el nombre de la tropa 601 y 602, se bautizaron como Escuadrón Alacrán. Buscaban algo para diferenciarse del Ejército porque el uniforme era igual y además la única diferencia que había era lo que nosotros le decimos «la bananita» que ven acá, al costado del brazo [nos señala un uniforme]. No había algo que marcara la diferencia […] Entonces compraron esta bandera y con cinta aisladora negra pegaron y con un hilo negro lo cosieron [se refiere a la leyenda de la bandera: GENDARMERÍA NACIONAL / ESC. “ALACRÁN”]. Y el 29 de mayo parte el primer contingente en un avión Hércules, con el riesgo que eso llevaba, ¿no?, porque el control aéreo y por mar lo tenían los británicos”.

      Javier también nos contó que cuando finalizó la guerra y los integrantes del Escuadrón Alacrán cayeron prisioneros a manos de tropas inglesas, uno de los gendarmes descosió su campera y ocultó la bandera en el espacio entre el forro interior y la tela externa, para que la insignia no fuera sustraída como botín de guerra por los ingleses. Así fue como la bandera pudo llegar a territorio argentino y hoy se encuentra atesorada en el Museo Histórico de Gendarmería Nacional. Este punto marca el final del recorrido que nos propone la GNA cuando visitamos su Museo.

      Tomando nuestras diferentes visitas, hemos presentado hasta aquí una descripción general del recorrido que nos propone el Museo Histórico de Gendarmería Nacional. Es esta una descripción focalizada que, si bien respeta el guion que Javier nos relata, omite algunos aspectos que no son tan importantes a los objetivos de este trabajo. Pero, además de nuestros objetivos, es la propia narrativa del Museo Histórico la que destaca ciertas dimensiones, al tiempo que oculta otras. Al respecto, Diego Escolar afirma que esta narrativa museística resulta “una composición con el foco colocado en ciertos eventos o en ciertos objetos, pero de un modo discontinuo, es decir, no existía un claro hilo conductor histórico, y el silencio sobre algunos hechos era interrumpido por estridentes «ruidos» museográficos sobre otros” (2017: 127).

      Nuestra descripción inicial da cuenta de la manera en que, a lo largo del recorrido, se ofrece a quienes visitan el Museo Histórico una imagen deseada de lo que se quiere ser (Escolar, 2017). Dicha imagen se ordena en torno a dos ejes principales: por un lado, aquel que da cuenta del origen y de ciertas milicias históricas que ellos señalan como sus antecedentes; por otro, el eje que se refiere a las diversas funciones que realizan, destacando entre ellas el control en las fronteras.

      Como ya mencionamos, el Museo Histórico de Gendarmería Nacional expone una serie de referencias a milicias que ellos señalan como antecedentes históricos. Encontramos por un lado el Cuerpo de Blandengues de la Frontera y por otro la División Infernal de Gauchos de Línea comandados por el General Martín Miguel de Güemes, numen tutelar de la institución.

      Para el primer caso, junto con los uniformes, la lanza y la maqueta del fortín de los Blandengues, el relato del guía apela a la protección de las fronteras como el atributo categorial en el que fundan dicha filiación. Asimismo, la línea de fortines que ocuparan estas milicias coloniales es usada para demarcar una alteridad: los aborígenes de Patagonia, Chaco y Formosa, considerados como una amenaza pues “atacaban a los pobladores” y no como un pueblo o nación que se defendía de quienes usurpaban su territorio. Por su parte, el relato del guía presenta un escenario agreste en el que se desempeñaban los Blandengues, ya que es descripto como un territorio en los límites del dominio español, al que llegaban los colonos que debían ser protegidos de los malones. Este punto es importante porque, como veremos en el siguiente apartado, los gendarmes no solamente consideran que su función más característica es el cuidado de las fronteras sino que además construyen un territorio salvaje e inhóspito al que definen como propio de su desempeño.

      Por otra parte, la referencia al general Martín Miguel de Güemes y sus Gauchos