Pad.
Dile al alma esa razon,
Que mis sentidos no son
Quien sabe, si soy quien siente.
DOÑA ANA.
Ana.
¿Don Juan de Padilla vino?
Sí, que allí está; pues ¿qué aguardo?
Dadme, capitan gallardo.
Los brazos.
Pad.
¡Qué desatino!
Que eres mi muerte imagino;
Espero á Beatriz aquí,
Á quien cuando yo me fuí
Dejé con tan tiernos lazos,
Y sale á darme los brazos
Lo que más aborrecí.
¿Qué es esto? ¡Furia del cielo!
¿Soy demonio? ¿Qué soy yo?
Espero al sol, y salió
Toda una noche de hielo.
¿Cuál labrador sin recelo
De áspid, en él escondido,
Puso la mano en el nido,
Donde dejó ruiseñores,
Como yo, que dejé amores,
Y vine á topar olvido?
¿Cuál deudor, que huyó sutil,
En los acreedores dió?
¿Qué reo al alcalde vió?
¿Qué ladron al alguacil?
¿Cuál hombre cobarde y vil
Al valiente y arrogante?
¿Cuál siendo en todo ignorante,
Dió en el sabio y el discreto,
Como yo, pues, en efeto,
Tengo á doña Ana delante?
¡Válame Dios! ¿Esto más?
Ana.
¿Qué es esto que estás diciendo?
Pad.
Digo que vine creyendo
Que viera donde tú estás
Un ángel.
Ana.
Sí le verás;
Pero con ménos rigores,
Que á nadie obliga el amor
Á que sea descortés.
Mira, don Juan, que esto es
Más infamia que valor.
Pad.
Perdona, que estoy sin mí.
Ana.
Tambien yo pensé que viera
Un hombre en tí que me diera
Los brazos que le pedí;
Y un hombre inorante vi,
Un descortés, que se enfada
De una mujer lastimada;
Pues donde por maravilla
Pensé que hallára un Padilla,
Vine á topar una espada.
Mart.
Señora, tienes razon,
Mas don Juan está de modo,
Que has de perdonarlo todo,
Ó faltarte discrecion.
Ana.
Beatriz viene, y callaré
Por no darle mayor pena.
DOÑA BEATRIZ.
Beat.
De tantas lágrimas llena,
No sé si verte podré.
¡Ay mi don Juan!
Pad.
Ya quisiera
Que la vida me faltára.
Beat.
No acierto á mirar tu cara
Como si culpa tuviera.
Pad.
Déjame verte no más,
Que viéndote he vuelto en mí.
Beat.
Yo he dado un forzado sí,
Que no lo ha de ser jamas.
Las injurias que he pasado,
Los golpes que he padecido,
Dicen que el sí fué fingido,
Y que el no fué declarado.
El sí y el no á un tiempo dí,
Calló amor, temor habló,
Del de Aragon será el no,
Y del de Padilla el sí.
No hayas miedo que me vea
Eternamente en sus brazos,
Aunque me hiciese pedazos,
Quien mi desdicha desea,
Tuya soy y lo seré.
Pad.
Sí serás, que hay ocasion
Con que á don Juan de Aragon
Castigue quien tuyo fué.
Beat.
Eso no, porque es perderme,
Y la palabra has de darme
De pleitearme y ganarme,
Que perderme no es quererme.
Pad.
¿Quieres tú?
Beat.
Con tierno llanto
Te pido que su malicia
Castigues por la justicia,
Si puedo contigo tanto;
Que esto de sacar la espada
Es para matarme á mí.
Mira que forzado un sí,
Disculpa un alma forzada.
Pad.
¿Pleitear tengo, y matarme?
Beat.
Sí, mi bien, ó aborrecerme;
Pues con la espada es perderme,
Y con la pluma es ganarme.
Pad.
Yo lo haré.
Beat.
Pues no me engañes.
Pad.
Digo que lo haré por tí.
Ana.
No queda muy bien ansí,
Cuando á mí me desengañes,
Que yo le pondré á don Juan
Pleito,