Los hermanos Karamázov. Федор Достоевский. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Федор Достоевский
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9782377937080
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      Los hermanos Karamázov

      FIÓDOR DOSTOYEVSKI

      Con una traducción impecable directa del ruso, presentamos una nueva edición de la novela emblemática del célebre autor ruso.

      Los hijos legítimos de Fiódor Pávlovich Karamázov —un «bufón», un «filisteo», un «déspota», solo en última instancia un padre— se reúnen después de haber sido educados, lejos unos de otros, en distintas partes de Rusia: Dmitri es soldado y —como su padre— puro «ímpetu», bebedor, derrochador, lujurioso; Iván se ha convertido en un escéptico que duda de la ley, de la conciencia y de la fe (el primer existencialista, según Sartre); Aliosha ha abrazado la religión, todo el mundo lo llama «ángel» y vive en un monasterio. Ineluctablemente, la reunión familiar precipita la disolución y la tragedia.

      Los hermanos Karamázov (1878-1880) fue la última novela de Dostoievski y sin duda una de esas obras decisivas cuya influencia ha perdurado hasta nuestros días. En ella se encuentra —diría un personaje de Kurt Vonnegut— «todo cuanto hay que saber en la vida»; también —añadiríamos— todo cuanto hay que saber del género narrativo. Con un narrador experto en tender lazos al lector y en crear con él una de las redes más fascinantes y comunicativas de la historia de la literatura, lo que Dostoievski construye no es solo una monumental visión del mundo moral humano (incertidumbre, crimen, perdón) sino un arriesgado y espléndido ensayo sobre la forma de reproducirlo.

      Nota al texto

      Como era usual en la época, Los hermanos Karamázov se publicó primero por entregas, en las páginas de El Mensajero Ruso[1], entre enero de 1879 y noviembre de 1880. Inmediatamente después apareció en forma de libro, en dos volúmenes, en San Petersburgo, en diciembre de 1880 (si bien en ambos volúmenes figura 1881 como año de edición). Dada la forma de trabajar de Dostoievski, que iba entregando para su publicación, con mucha premura, las sucesivas partes a medida que las iba escribiendo,[2] no es de extrañar que se produjeran en el proceso descuidos y errores, bastantes de los cuales (pero no todos) fueron diligentemente corregidos por el autor de cara a la edición del libro.[3] Fue ésa la única revisión que pudo realizar de la obra: unos días más tarde, el 28 de enero de 1881[4], en San Petersburgo, fallecía Fiódor Mijáilovich Dostoievski, a la edad de cincuenta y nueve años, como consecuencia de una hemorragia asociada a un enfisema pulmonar; a su entierro, en el monasterio de Alejandro Nevski, asistieron decenas de miles de personas.

      Aunque su autor comenzó la redacción de la novela, como tal, en abril de 1878, lo cierto es que ésta suponía la realización de proyectos narrativos muy anteriores, abandonados o relegados por distintos motivos. Ya en 1868 había esbozado el plan de un ciclo «épico-novelesco» —al que se referirá con frecuencia en su correspondencia de los años siguientes—, con el título global de Ateísmo (título que no tardaría en abandonar), en el que se detectan ya muchas de las preocupaciones esenciales de Los hermanos Karamázov. En ese marco, entre finales de 1869 y comienzos de 1870 elaboró una serie de notas, bajo el nuevo título de La vida de un gran pecador, donde se esbozan algunos de los conflictos y situaciones narrativas que darán forma, andando el tiempo, a Los hermanos Karamázov. Muy pronto, no obstante, las nuevas empresas literarias de Dostoievski (empezando por la redacción de Los demonios, de 1870 a 1872) lo llevan a dejar de lado este proyecto. En todo caso, un eco del viejo plan de crear un ciclo narrativo completo resuena aún en su promesa, formulada en las palabras preliminares «Del autor» y recordada esporádicamente en el curso de la narración, de escribir, cuando menos, una continuación de Los hermanos Karamázov, continuación que estaría centrada en la madurez de Aliosha, a quien se presenta expresamente como «héroe» de la novela. La inmediata muerte de Dostoievski truncó ese propósito, y solo contamos con varios testimonios, contradictorios en algunos sentidos, de parientes y amigos acerca de las intenciones del autor en relación con el porvenir de Aliosha Karamázov y otros personajes de su novela.

      Si la elaboración de Los hermanos Karamázov supone, en consecuencia, la plasmación de un antiguo y ambicioso proyecto literario, así como la culminación, en mucho sentidos, de las aspiraciones y logros de una larga carrera novelística, no es menos cierto que las circunstancias vitales, ideológicas y estéticas de los años inmediatamente anteriores —e incluso rigurosamente contemporáneos— a la redacción de la novela dejan también en ésta una profunda huella. Acontecimientos próximos en el tiempo, como las estancias de Dostoievski en Stáraia Russa (trasunto de la pequeña ciudad provinciana en que transcurre la acción de la obra[5]); la muerte en mayo de 1878 de su hijo menor, Alekséi, sin haber alcanzado los tres años de vida; o la visita que realizó en junio de ese mismo año, en compañía del filósofo Vladímir Soloviov, al monasterio de Óptina, en Kozelsk, son solo algunos ejemplos de los numerosos hechos biográficos que se ven reflejados en esta novela sin par, que tantísimo debe a la cultura y al pensamiento, pero que contiene igualmente cantidades ingentes de pasión y de vida.

      La presente traducción, que se suma a una dilatada tradición de versiones en español publicadas en nuestro país (completas e incompletas, directas e indirectas, algunas de ellas de méritos incuestionables; todas, en el mejor de los casos, con varias décadas a sus espaldas), se basa en el texto que aparece en los tomos noveno y décimo de las Obras completas en quince tomos, publicados por la editorial Nauka en Leningrado en 1991.

      Dedicado a Anna Grigórievna Dostoiévskaia[6]

      En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere da mucho fruto.

      Juan, 12, 24[7]

      Del autor

      Al comenzar la biografía de mi héroe, Alekséi Fiódorovich Karamázov, me siento un tanto confuso. Y es que, por más que llame a Alekséi Fiódorovich mi héroe, sé muy bien que no se trata de un gran hombre, ni mucho menos, así que ya me estoy imaginando preguntas como éstas: ¿qué tiene de notable su Alekséi Fiódorovich para haberlo escogido como su héroe? ¿Ha hecho algo especial? ¿Quién lo conoce y por qué motivo? ¿Por qué debería yo, como lector, perder mi tiempo estudiando los hechos de su vida?

      La última pregunta es la más decisiva, pues solo puedo responder a ella de este modo: «Tal vez lo vean ustedes mismos en la novela». Pero ¿y si leen la novela y no lo ven? ¿Y si no están de acuerdo en la singularidad de mi Alekséi Fiódorovich? Si hablo así es porque intuyo, con pesar, que puede ocurrir algo semejante. Para mí, es un individuo notable, pero no estoy muy seguro de si seré capaz de demostrárselo al lector. El caso es que, seguramente, se trata de un hombre de acción, pero un hombre de acción impreciso, que no ha acabado de manifestarse con claridad. Por otra parte, en los tiempos que corren resultaría extraño exigirle a nadie claridad. Con todo, hay algo que parece indudable: se trata de un tipo raro, extravagante incluso. Pero la rareza, la extravagancia, no dan precisamente derecho a reclamar la atención ajena, sino que más bien perjudican, sobre todo cuando todo el mundo procura conectar los casos aislados y encontrar algún sentido común en la confusión generalizada. Pero normalmente un individuo extravagante constituye una peculiaridad, un caso aislado. ¿No es así?

      Ahora bien, si no están ustedes de acuerdo con esta última tesis y contestan: «No es así», o: «No siempre es así», es posible que yo recupere la confianza en lo tocante al significado de mi héroe Alekséi Fiódorovich. Pues ya no se trata únicamente de que el individuo extravagante «no siempre» constituya una peculiaridad, un caso aislado, sino que, por el contrario, en ocasiones puede ser el portador de la esencia del conjunto, en tanto que los demás hombres de su época, como un viento inconstante, se separan temporalmente, por la razón que sea, de ese conjunto…

      Lo cierto es que tampoco tenía intención de enredarme en estas explicaciones tan poco interesantes y tan confusas, y podría haber empezado mi obra sin más preámbulos: si gusta, la gente la leerá de todos modos. Lo malo es que yo traigo aquí una sola biografía, pero


<p>1</p>

El Mensajero Ruso (Russki Véstnik), revista literaria, editada sucesivamente en Moscú (1856-1887) y San Petersburgo (1887-1906), con una periodicidad mensual. Era una de las publicaciones más prestigiosas de la época; en sus páginas aparecieron obras de autores como Tolstói, Turguénev, Leskov, Fet, Tiútchev o Saltykov-Shchedrín, por mencionar solo unos cuantos; baste decir que Guerra y paz o Anna Karénina vieron aquí la luz, y que el propio Dostoievski ya había publicado en El Mensajero Ruso la mayoría de sus grandes novelas, empezando por Crimen y castigo. [Esta nota, como las siguientes, a menos que se indique otra cosa, es de los traductores.]

<p>2</p>

Hay noticia, en ese sentido, de que Dostoievski había concluido y entregado el Epílogo de la novela (poniéndole así punto final) el 8 de noviembre de 1880, solo unos días antes de su publicación en las páginas de El Mensajero Ruso.

<p>3</p>

Por poner un solo ejemplo, un personaje, el médico Varvinski, aparece en la edición de El Mensajero Ruso también como Varvitski y como Pervinski. Además de enmendar esta clase de errores, Dostoievski llevó también a cabo una corrección estilística, apreciable, sobre todo, en el Epílogo. Sin embargo, algunos «despistes» se mantuvieron: por ejemplo, el famoso dinero desaparecido de la habitación de Karamázov padre tan pronto se nos dice que estaba «debajo del colchón» como «debajo de la almohada».

<p>4</p>

Según el calendario juliano, vigente en Rusia hasta 1918; de acuerdo con el calendario gregoriano, Dostoievski falleció el 9 de febrero de 1881.

<p>5</p>

El narrador, por cierto, escamotea cuidadosamente el nombre ficticio de la ciudad, hasta dejarlo caer, como por descuido, bien avanzada la obra; no es ésta la única travesura de un narrador, a menudo, desconcertante.

<p>6</p>

Segunda mujer del escritor; de soltera, Anna Grigórievna Snítkina (1846-1918). Conoció a Dostoievski en octubre de 1866, cuando éste la contrató como taquígrafa para dictarle su novela El jugador en febrero de 1867 contrajeron matrimonio.

<p>7</p>

Esta cita evangélica figura también en la lápida sepulcral de Fiódor Dostoievski, situada en el cementerio Tijvin, dentro del complejo monástico de Alejandro Nevski, en San Petersburgo.