Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas. Various. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Various
Издательство: Public Domain
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Жанр произведения: История
Год издания: 0
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encomendando la via, porque á tomar el Navio atravesado la corriente tampoco aprovecharan diez cables como uno, y luego en amanesciendo el agua fué pleamar, y mandó el Piloto á un Marinero subir á la Gavia, para que mirase por la parte de la mar si rebentaba algun arrecife, y dixo, que no havia ninguno, sino las Islas que nos tenian cercados; y queriendonos levar vimos venir cinco canaluchos toldados y empabesados que parescian Galeras; y en cada uno venian cien hombres: llegaronsenos por popa y comenzaron á alzar las manos en señal de paz, y nosotros hizimos lo mismo, y llamandoles que se llegasen á bordo, deciannos por señas que fuesemos á su Puerto; y tan claro lo decian como uno de nosotros, por que preguntaban por el Capitan y Piloto, nombravan Navio y Batel. Ya que estavan cerca de bordo meneó un Marinero un berso de los que estaban para en defensa nuestra: viendo esto ellos hizieron ciaboga con los canaluchos, de manera, que no osaron llegar á bordo: paresceme que estos contratan con Portugueses, de Maluco, por que estan muy cerca destas Isletas; y de alli nos hizimos á la vela la buelta de la mar, aunque con mucho travajo por doblar la Isla que teniamos mas cercana, huvieramos de dar á la costa por falta de viento, y ansi anduvimos aqui dos dias barloventeando, aunque por la parte del U-este no havia Isla ninguna, y esta noche nos quadró bien el viento y fuimos por el tenor deste, y pensando que haviamos doblado todas las Islas amanescimos con Islas de Cavo, y tanto en tierra que de una buelta ni de otra la podiamos doblar, y ansi nos dexamos ir de aquella buelta pareciendole al Piloto que era lo mejor, y el viento cada vez nos abonanzava, y la mar mucha que nos arronçaba en tierra, y hechose la sonda abaxo muchas veces no se halló fondo ninguno de que nos pesó arto, por que alli no havia remedio si no era con dar fondo, y como vi que no lo havia acordé que sacasen remos y remasen todos, y ansi travajaron todos este dia todo lo que se pudo trabajar, y andando con este travajo nos proveyó Nuestra Señora con un poco de viento con que doblamos esta Isla con el costado de luengo de un arrecife que della salia; y vistonos fuera desta Isla que no havia otra ninguna, y no saviendo que camino llevasemos, por que bolviendonos á meter en estas Islas era perdernos, hablé al Piloto y le dixe: que ya veia en la parte que estavamos, que era fuera de todas las Islas: el me dixo, que lo que á mi me paresciese y mas en servicio de S. M. fuese, se hiciese: yo le dixe, que mirase bien lo que deviamos hacer en esta navegacion, y que procurase tomar derrota y camino que fuese en servicio de Dios y de S. M. y del salvamiento de todos; y ansi estando pensando lo que haria, tomando la carta en las manos tanteandolo muy bien, y visto los inconvenientes desta navegacion me dixo, que lo mejor dello era dar buelta á la Nueva España, pues venia el verano y metidos en el altura por la parte del Norte nos quadrarian los tiempos y harian nuestra navegacion, y que ansi era mejor que no ir en poder de Isleños, ó de Portugueses, como las demas Armadas han hecho que á esta tierra han venido; é yo entendiendo esto, le dixe, que mi parescer era aquel, que mas queria morir en la mar en servicio de S. M., que no perescer entre esta gente, y que pues el intento de S. M. era descubrir esta buelta, y nosotros no podiamos topar el Armada, que mi determinacion era acavar este viaje ó morir, y ansi hablé á Pedro de Rivero y le dixe, que él y el Piloto baxasen á ver los bastimentos y que viesen el agua, y pan que teniamos, y hallaron ocho pipas de agua y veinte quintales de mazamorra12 por que en aquello se havia convertido el vizcocho, y haba y garvanzo; y ansi bolvieron y me dixeron lo que havia, y que á las pipas del agua les faltava á quatro y á cinco arrobas de agua, y luego hize proveer un hombre que tuviese cuenta con ello, y todas las veces que se dava racion abaxava uno de nosotros á vello, pues nos iva la vida: sabido por alguno de los que en el Navio venian la determinacion mia, andavan medio amotinados por verse cerca de los Malucos, que habria como veinte leguas, y decian que en ellos havia Portugueses, y que á la Nueva España havia dos mil leguas, y que era imposible descubrirse por el ruin recaudo que llevabamos de bastimentos, y de todo lo demas que havian oido de las demas Armadas; y ansi quisieran ir mas á los Malucos que no venir acá; pero no era parte ninguna cosa, por que mi determinacion era lo que tengo dicho, y dexallo en las manos de Dios y de su bendita Madre, en el nombre de quien dexamos esta Isla de Cabos para dar principio en esta nueva Navegacion.

      LA VUELTA

      Y luego el dia siguiente que fué dia de Pasqua de Resureccion que se contaron veinte y dos dias de Abril de este presente año de mil e quinientos y sesenta y cinco años, nos hizimos á la vela en demanda de la Nueva España, y ansi como partimos fuimos navegando al Norte por ser la brisa escasa, y el otro dia del Nor-nordeste, y quando nos fuimos apartando de la tierra ansi nos iva el viento alargando: pasados quatro dias ivamos corriendo á Leste y Les-Nordeste para meternos en el altura é ir en demanda del Pago mejor, que es una Isla grande que está treinta grados, y de la parte del Sur tiene tres ó quatro Islas pequeñas, y de la banda del Norte tiene la tierra firme de la China muy cerca, segun la carta lo demostrava, y segun las señas que vimos de palos y aves de la tierra y corrientes las quales nos favorecieron mucho: haciendose el Piloto cerca desta Isla nos dieron unos aguazeros con mucho viento Susueste, con el qual pasamos entre esta Isla del Pago mayor y las demas que quedavan al Sur, sin ver ninguna dellas, y paresciendole al Piloto que havia pasado por ellas, mandó governar al Nordeste, por que hasta allí venimos al Este por dar en estas Islas y ansi fuimos por el Nornosdeste corriendo hasta meternos en altura de quarenta grados, y llegados que fuimos á treinta y uno descubrimos un peñol del tamaño de una casa pequeña, y tan alto que dudo haver en el mundo torre mas alta, ni á un tanto é sin baxo, ni arrecife ni otra cosa cabe él, sino sola la mar; havitan en este Peñol unos Alcatrazes mayores que Abestruzes; y ansi fuimos corriendo por el Nordeste, y antes de llegar á los quarenta grados nos seguian unas Pardelas negras dando muchos gritos de dia y de noche; y tan espantosos que ponian grima á quien las oia, por ser aves que jamás Marineros las havian visto gritar: yendo corriendo hasta los quarenta grados por este rumbo nos cargó mucha brisa con la qual estuvimos ocho dias mar en través: corren las aguas á la vanda del Norte, por que haviendonos puesto mar en traves en quarenta grados que no tomamos el altura dentro de ocho dias nos hallamos en quarenta y tres grados por la causa de las corrientes con arto travajo, y estando ansi vimos venir nadando á bordo un perrillo de la mar con sus pies, y manos, y colas y orejas naturalmente, un raposo; y despues vimos otros, y uno se vino á bordo y nos comenzó á ladrar, cosa de que todos nos admiramos, por que entiendo que no hay ninguno que los haya visto: tambien vimos por este golfo pejes puercos del tamaño de una baca. Estando en esta altura fué tanto el frio que pasamos, que en ninguna parte creo lo hace mas en Ivierno, aunque nosotros veniamos en medio del Verano que fué por Junio y Julio; paresceme que en tiempo de Ivierno pasaran trabajo los que por alli navegaren; pero con venir aforrados lo pasaron todo: hay grandes serrazones, tanto, que en treinta dias no vimos sol ni estrella, y ansi venia el Piloto corriendo á tiento y por espiriencia; aqui vi á onze de Junio dia de San Bernavé que es el mayor dia de todo el año conforme á la altura que estavamos, nebada toda la cubierta, y duró hasta medio dia, y debaxo de cubierta teniamos una bota de aceyte, y se heló de tal manera que sino fué puesta al fuego no queria salir, y aun ansi salia á pedazos como manteca.

      Hallandose el Piloto abante del Pago mayor quinientas leguas, vimos muchos palos y aves, las quales creo son de la tierra firme de la China, la qual biene á fenescerse muy cerca de la Nueva España, por las señales que vimos en las dos tercias partes del camino, y ansi viniendo por los quarenta grados, entendiose estar cerca de la China, de la costa de la Nueva España hasta quinientas y treinta leguas, poco mas ó menos, conforme á el punto que el Piloto traia por la carta: un dia tomó el Sol por que este fué claro, y el primero que vimos al cavo de un mes: hallamonos en quarenta y tres grados, y aunque quisiera enmendar el punto que en la carta traia para ponella en los quarenta y tres grados, no havia en la carta mas mar, y ansi mandó correr al Este por no subir mas altura, y por llevar tiempos hechos, y ansi iva el Navio por los quarenta y tres grados, y el punto de la carta por los quarenta por la falta dicha; y ansi vinimos corriendo con arto travajo, por no haver pedazo de vela con que poder remendar las velas, y ansi cortabamos las bonetas para remendarlas, los papaigos; y despues que no habia bonetas cortabamos de los propios papaigos para remendar las demas, y el hilo con que se cosia era hilera, dimos tras los cordeles de pescar y otros mecates delgados; y demas deste travajo criose tanta cantidad de ratones que á palos andavamos tras dellos, y como havia poca agua y ellos no tenian de que beber, arrataban las pipas de manera que se nos fueron las dos dellas en dos horas, que nos pusieron en tanto travajo, que no pudo ser mayor, segun la parte que estavamos que era trescientas leguas de la costa de Nueva España, y con solas tres pipas,


<p>12</p>

Mazamorra, entonces como ahora, es el residuo de la galleta y demás bastimentos, que por la frotacion que necesariamente tienen en los movimientos del buque, va haciéndose menudos pedazos en los pañoles.