RESEÑA Y ENLACE DE LOS DOCUMENTOS
El método seguido en esta publicación designa el primer lugar en el presente tomo á la relación del viaje del patache San Lucas, desrotado de la flota de Legazpi en la amanecida del día 1.º de Diciembre1, á los diez de la salida del puerto.
Gran pena causó á los expedicionarios aquel suceso, que al par que desmembraba sus fuerzas, les privaba del buque por más velero y sutil, adecuado para las descubiertas, y por su escaso calado á propósito para el reconocimiento indispensable en un viaje de exploración de bajos, canales, lajas y demás accidentes hidrográficos, de que estaban sembrados aquellos mares. Al sentimiento de todos unió el General la sospecha de ser preconcebida aquella separación, ya por no encontrar ningún motivo que la justificara, como por influir en su ánimo la delantera que el patache tomaba durante las noches sin querer amainar, no obstante las instrucciones escritas que el Capitán tenía, y las advertencias que al habla se le hicieron de orden del General y reiteró éste de propia voz, para que se mantuviese por la proa de la Capitana á distancia de un tiro de lombarda.
Hábilmente cohonestaba el piloto su intento ó excusaba su proceder manifestando que lo raso del buque, su poco calado y lo mucho que penejaba por su alta escora le impedía amainar, porque con la mar de través se le iba encapillando el agua hasta convertirlo en una cuba. Y en verdad que juzgada la contestación por la gente del oficio, no tenía réplica. Con no menor habilidad, aunque se trasluzca á veces lo artificioso del fundamento, se procura motivar en la relación del viaje, escrita y presentada por D. Alonso de Arellano, el apremio en que las circunstancias le pusieron de emprender el viaje de vuelta, después de haber buscado inútilmente á la flota por varias de las islas, y dejado en ellas las señales de su estada prevenidas en las instrucciones, viéndose así por extremo contrariados, porque «dar con el Armada era la cosa que más deseábamos el piloto é yo», dice el mismo Capitán2.
¿Deben estimarse sinceras estas palabras? ¿ó fundadas las sospechas de Legazpi? La prueba documental condena á aquéllas, y reviste á éstas del carácter de certidumbre; la acusación del General confirma tal lección, y la historia la ha admitido como resultado de sana crítica; que si su fallo estuviera pendiente del de la Audiencia de Nueva España, hallaríase aún abierto el juicio sobre este importante episodio; porque la Audiencia no solamente eludió el proceso, sino que hizo lo posible por no oir.
Al ver el General que en ninguna de las islas á que arribaba con la flota encontraba las señales prevenidas para significar la huella del buque desrotado, ni los indígenas le daban la menor noticia del San Lucas, ni tampoco pudieron adquirirla los bateles y fragatas que con tal comisión recorrieron el archipiélago, mandó abrir una información sobre el suceso en orden dictada en Bohol el 13 de Abril de 1565.
Declaran en ella ante Fernando Requel, Escribano de Gobernación de la flota, Pierres Plin, piloto de la nao Capitana; Martín de Ibarra, maestre de la misma; Rodrigo de Espinosa, piloto del patache San Juan; el capitán Juan de la Isla; Jaymes Fortuno, piloto de la nao Almiranta, Juan María, maestre de la misma, y Francisco de Astigarribia, contramaestre de la nao Capitana. Las declaraciones de todos están contestes sobre los tres puntos principales: 1.º Que Arellano tenía instrucciones del General, entregadas por Juan de la Isla al piloto Lope Martín, para que el patache fuese delante de la flota en la descubierta, conservando la distancia próximamente de media legua. 2.º Que la tarde antevíspera de la desaparición, poniéndose la Capitana al habla de Arellano, reprendióle la excesiva delantera que tomaba al anochecer, respondiendo el piloto Lope Martín que no podia amainar porque el patache penejaba3 mucho y se le encapillaba el agua por los bordos hasta convertirlo en una cuba. 3.º Que en la amanecida del subsiguiente día, amanecida nebulosa, desapareció aquella nave desrotándose de la flota, sin que se haya encontrado rastro de su paso ó estada por ninguna de aquellas islas, á pesar de las muchas diligencias practicadas para ello y de las instrucciones precisas que en previsión de este caso le habia dado por escrito el General.
Tal testimonio sirvió de base á la acusación de Legazpi contra Arellano, para lo cual fué remitido con poder en regla á Gabriel Díez, tesorero de la Casa de Moneda de Méjico, y presentada por éste á la Real Audiencia de Nueva España el 7 de Noviembre de 1565 en la siguiente forma:
«Muy poderoso Señor: Gabriel Diaz, tesorero de la casa real de la moneda desta ciudad, en nombre de Miguel Lopez de Legaspi, gobernador de las islas y armada del poniente por vuestra alteza por virtud del poder que del tengo, digo que yendo el dicho Miguel Lopez en vuestro real servicio á las dichas islas del poniente como por vuestra alteza le fué mandado conforme á la instruccion nombró por capitan del patax llamado San Lucas á Don Alonso de Arellano por le hacer bien y honra como á caballero el cual debiendo corresponderle como tal y estando obligado como caballero y leal vasallo á lo que en nombre de vuestra magestad le fué mandado por la instruccion que se le dió por el dicho general y conforme al juramento que le fué tomado como á los demás soldados y capitanes que fueron en la dicha armada el dicho capitan Don Alonso habiendo navegado diez dias en compañía y conserva de la dicha flota sin cansa ocasion ni color alguna con mar bonancible y tiempo sosegado una noche con la escuridad della se subtrajo y ausentó de la dicha flota apartandose della tomando rumbo diferente del que por la instruccion le estaba mandado llevar como á vuestra alteza consta por la informacion que sobre ello hizo el dicho gobernador é invió á vuestra alteza el cual dicho capitan Don Alonso en lo ansi hacer hizo lo que no debia á caballero y capitan y leal vasallo de vuestra alteza porque demas del daño que hizo que fué muy grande y inestimable á vuestra real flota por le haber quitado el navio mas principal y gente que en él iba para la navegacion y reconocimiento mas particular de aquellas islas por ser siendo como era el mas pequeño mas manual y mas comodo para ello por pedir como pide menos agua para entrar y descubrir los rios y esteros y baxios á donde no podian entrar los demas navios gruesos y que como cosa muy esencial y necesaria para este dicho efecto fué hecho es muy grande la falta que el dicho patax San Lucas y gente que en él iba han hecho y hacen para la conservacion y sustento del ejército que allá queda para les ir á traer bastimentos para su comida, municiones, madera, faxina y todos los demas pertrechos necesarios y ansi mismo para despender é tratar los resgates que su magestad allá tiene lo cual se ha dejado de hacer por la falta del dicho patax por tanto á vuestra alteza en nombre del dicho vuestro gobernador pido é suplico mande que el dicho capitan Don Alonso piloto y soldados de su compañia bayan á dar cuenta á su general conforme al juramento que tienen hecho y á servir el sueldo y paga real que tienen recibida pues de toda ella han servido solo los diez dias que fueron debajo de la bandera real de que fue por general el dicho Miguel Lopez y del demas tiempo hasta agora y de la causa de su apartamiento le vayan á dar cuenta como á su general y pido justicia y en lo necesario, etc. – Gabriel Diez.
»E presentada la dicha peticion en la manera que dicha es é por los dichos señores vista mandaron que el Secretario Bartolomé de Vilches guarde esta dicha peticion. – Sancho Lopez de Agurto.»
En 11 del mismo mes presentó una segunda formulando acusaciones más graves, entre ellas la de haber echado Arellano dos hombres vivos á la mar, uno español y otro indio, y cometido otros muy graves y atroces excesos, que no expresa, en compañía del piloto y de otros, como puede verse en esta segunda petición:
«Muy poderoso Señor: Gabriel Diaz tesorero de la casa de la moneda en nombre de Miguel Lopez de Legaspi general é gobernador por vuestra alteza en las islas de poniente é por virtud del poder que del susodicho tengo que es este de que hago presentacion digo que yo pedi el lunes pasado en vuestro real acuerdo en nombre del dicho vuestro gobernador por una peticion que el capitan Don Alonso de Arellano piloto y los demas soldados del navio San Lucas fuesen á dar cuenta al dicho general de la causa de su partida y fuga de la flota y debiéndose proveer segun y como tengo pedido hasta agora no se me ha respondido á la dicha peticion ni proveido cosa alguna y á mi noticia ha venido que el dicho capitan Don Alonso y algunos soldados de su compañia se aprestan para se ir á los reinos de Castilla en este navio con licencia de vuestro presidente é oidores como el dicho Don Alonso ha publicado lo cual hablando con el debido acatamiento no se les debiera conceder mas antes mandarles compeler y apremiarles