Historia de Venezuela, Tomo I. Aguado Pedro de. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Aguado Pedro de
Издательство: Public Domain
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Жанр произведения: Историческая литература
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los cordeles atras y hazianle dar de hoçicos o de colodrillo en el suelo, y de quanto contento rreçebian los yndios en ver esto entiendo que nuestro español tenia de daño y tristeza. Y ciertamente el pobre honbre pereçiera en estos pasatiempos sino fuera faboreçido de vna hija del propio señor ó caçique, que le era afiçionada mediante aberse rrebuelto con ella carnalmente. Esta le quitaba destos pasatiempos y otros semejantes con que los yndios se holgaban; y conservandole la bida hizole que siguiese los trajes y maneras de bivir de los yndios y que ymitase todo lo que viese, que con esto contentaria al caçique su padre y a los demas yndios. El Francisco Martin se dio tan buena maña que ni traya rropa sobre su cuerpo ni daba lugar a que le naçiese pelo en la barba ni en las otras partes ynferiores, y vsaba las armas y los otros exerçiçios y avn creo que ydolatrias de los yndios y el comer hayo y cal, que es vna costunbre muy general entre yndios y muy vsada; y avn despues de salido de entre estos yndios lo vsaba muchas vezes, porque se le abian asentado y encaxado tan bien las cosas de los yndios que el las tenia por naturales y ellas a el por hijo; y finalmente, el salio tan buen mohan o fisico que dio a entender a los yndios que sus curas eran sobrenaturales, y asi acudian a el con los enfermos como si en el hallaran toda la sanidad que buscaban; y visto esto, el caçique, y entendido el amor que su hija le tenia, acordo de casallos, y puniendolo en efecto congrego sus gentes conforme a su costunbre para celebrar bodas, a los quales pesaba de ello, por pareçelles que abia de pretender el Françisco Martin mandallos, porque antes deste tiempo abian visto en el señales de muy atrevido. Las bodas se çelebraron, y dende en adelante començo nuestro desposado a mostrarse mas grabe y hazerse temer de los yndios, y a seguir sus gerras y parçialidades, y señalarse y abentajarse en las guerras que los yndios de su pueblo tenian con otros, en manera que los mesmos naturales, de su voluntad, le binieron a nonbrar por su capitan, con lo qual començo a estremarse mas con los yndios y a querellos subjetar y gobernar diferentemente de como solian en su antiguedad hazello.

      Los yndios, por esto y por otros agrabios que este Françisco Martin les hazia, secretamente se amotinaban contra el, y su muger, como era enparentada, luego le daba abiso de ello, y el mediante alguna mas yndustria que tenia de la que los yndios en semejantes hechos suelen tener, los esperaba a que viniesen, y procurando ganalles por la mano en el acometer los descomponia, y luego o mataba a los mullidores del motin o los apaciguaba y contentaba; y con estos ymbustes y otros ardides de que vsaba ya no abia quien osase tomar armas contra el, y asi bibia y poseya paçificamente lo que tenia, y vnos por amor y otros por temor no hazian los yndios mas de lo que el queria.

      En efeto, este hombre, en todo y por todo, seguia todas las costumbres, rritos y çerimonias de los yndios, y tubo dos o tres hijos en su muger, por quien despues sospiraba. En esta bivienda bivio este hombre casi tres años que obo desde que Gascuña se perdio con el oro hasta que la gente que quedo de Miçer Ambrosio aportaron a esta provinçia, que es lo que agora proseguiremos.

      El capitan Juan de San Martin, con los demas soldados, fue caminando algunos dias por la derrota que he dicho, y como esta era la primera vez que los naturales que en las comarcas deste rrio de Panplona estaban poblados, abian bisto gentes españolas y caballos, no osaban vsar de las armas contra ellos ni resistilles el camino, como despues hizieron al capitan Alonso Perez de Tolosa, hermano del governador Tolosa, que lo hizieron bolver atras, segun que adelante contare en su lugar. Metido en algunas jornadas el rrio abaxo el capitan Juan de San Martin con su gente, reconocio la laguna de Maracaybo, y biendo quan cerca estaba de Benençuela animose la gente por dar conclusion a su perigrinaçion, y pasando adelante, ya que estaban junto a la propia laguna, hazia la parte do esta poblada Merida, açercaronse a la provinçia y poblaron donde estaba Françisco Martin convertido en yndio. Los yndios luego dieron notiçia de como españoles se acercaban a su tierra. El Françisco Martin, temiendose que por aquellas nvebas, de consentimiento de su suegro no le hiziesen algun daño, dixoles que el era yndio y que aquellos españoles lo trayan forçado o cautibo y quel se abia huydo de ellos, que le diesen la gente de gerra que en el pueblo abia y que el mataria a los españoles y los desbarataria. El cacique y los demas sujetos, creyendo ser asi lo que su yerno decia, adereçaron sus armas y gentes para yr a dar en los españoles, los quales ivan marchando hazia aquella provinçia donde el Françisco Martin estaba, bien quitados de que les subçediera tam bien aquella derrota, porque por ser por alli la tierra de muchas montañas y muy anegadiza con dificultad pudieran atinar a salir a donde pretendian, sino fuera abiendo muy buenas guias que supieran la tierra y los llevaran por donde abian de yr, y para este efeto y avn para traer a su amistad todas aquellas gentes que por alli abia les aprobecho mucho el hallarse en esta tierra este español que estaba ya tam bien ynstruto en la lengua de aquellos naturales, que con façilidad, mediante el hablalla tambien, los atraya á lo que queria.

      Visto por los yndios donde el Françisco Martin estaba que se acercaban a su pueblo los españoles, determinaron salilles al encuentro, y llevando por su capitan al tornadizo, le començaron a seguir con sus armas y horden de pelear, el qual les iva dando la horden que abian de tener en el acometer, y poniendolos en celada o enboscada, dandoles a entender que aquel era el mejor modo de guerrear, se aparto de ellos con titulo de que yva a espiar a los españoles, los quales venian bien çerca de donde los yndios se abian puesto por consejo de Françisco Martin en emboscada. Este español, segun la vsanza que de bibir entre los yndios tenia, como ya he dicho, yva desnudo en carnes y enplumajado y embixado, que es çierta manera de barniz con que se vntan quando an de yr a semejantes lides y a otros pasatiempos, y con su arco y flechas en las manos, el cabello largo, la barba pelada, y en el mienbro genital puesto vn calabacillo pequeño, segun lo tenian de costumbre aquellos yndios y todas las demas naciones que traya. Venia tan al natural yndio, quanto se puede creer que lo estaba en ato55 y costumbre; y açercandose a los españoles y dandoles vista, ellos tuvieron por temeridad y grande atrevimiento la de aquel honbre que siendo vno solo y tiniendo ya noticia de como trataban los españoles a los yndios, se viniese de mano armada a ellos; y porque semejante manera de desverguença no quedase sin castigo determinaron de alançeallo56 los que delanteros venian; y viendo el Françisco Martin que los españoles llevaban hazia el semblante de maltratallo, anticipose a hablalles, diziendoles que no tenian para que aperçebirse contra el, porque era su compañero y soldado de su compañia.

      El capitan Juan de San Martin y los que alli junto con el venian, admirados de oyr hablar aquel yndio en lengua española, casi se turbaron, y rreparándose para entender mejor lo que les abia hablado, y açercandose mas a ellos el Francisco Martin les declaro su caso por estenso, quien era y el modo de su perdiçion, y la bivienda que tenia. Los españoles luego rreconoçieron a este soldado, y admirados de la forma que traya, se apearon y le cubrieron con algunos bestidos y con el lloraron la perdida de sus compañeros con estremos de entrañable sentimiento, y todos juntos se fueron a donde estaba la enboscada de los yndios, a los quales hablo Françisco Martin dandoles a entender, diferentemente de lo que antes les abia dicho, como aquellos españoles eran sus hermanos, y que no les harian ningun daño ni mal tratamiento; y confederados desta manera, se fueron al pueblo donde el prinçipal estaba, el qual dio muestras de holgarse de la confederaçion y amistad de los españoles, y hospedandolos amigablemente les proveyo de lo que obieron menester para su sustento; los quales descansaron alli algunos dias, donde fueron bien servidos asi destos yndios como de todos los demas comarcanos, a quien el Françisco Martin traxo a la amistad y gracia de los españoles, los quales, despues de estar algo rreformados de los trabajos pasados, prosiguieron su viaje y derrota para Coro, llevando consigo a Françisco Martin y buenas guias que les encaminaban por caminos muy esconbrados de çienegas y anegadizos, que es lo que mas pesadumbre les daba: y por do quiera que pasaban, mediante el faravte que llevaban, les salian los yndios de paz y les hazian todo buen ospedaje. Y despues de aber peregrinado por las partes dichas y pasado los trabajos rreferidos y otros muchos que aqui no se cuentan, llegaron estos españoles a Coro sin su governador y con perdida de la mayor parte de sus conpañeros que abian salido con ellos, que quedaron muertos en el discurso desta larga jornada; que desde la salida hasta la entrada en Coro tardaron cinco años, sin hazerse mas fruto spiritual ni corporal del que de todo lo dicho se puede presumir.

      Avnque Miçer Ambrosio sienpre procuro que se hiziese buenos tratamientos a los yndios, y no consintio que ningun soldado llevase yndio cargado ni avn yndia que le moliese, a los prinçipios de su jornada, pero despues todo el daño que podian hazian.


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Debe ser hato, ropa y pequeño ajuar para el uso preciso y ordinario.

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En la edición de Caracas: alcanzarlo.