Al intentar responder estas preguntas podemos adoptar una de las dos aproximaciones mas extendidas. Por una parte, podemos considerar que la equivalencia entre currículum y contenido no es problemática, de este modo podemos tomar prestado y utilizar un marco teórico procedente de alguna de las disciplinas establecidas, tales como filosofía, psicología o sociología, para estructurar así nuestros estudios. Esta aproximación, bastante común en instituciones superiores y universidades, procede de una perspectiva concreta de la teoría educativa que trataré con más detalle en el capítulo siguiente. Como introducción a nuestra segunda opción, sería apropiado esbozar las tres dificultades más generales que aparecen con una visión basadaen ladisciplina. En primer lugar, nuestro problema sería decidir qué estructura disciplinaria elegir de entre la amplia gama existente. Una posible respuesta sería adoptar, en una situación dada, la perspectiva más en conexión con nuestros propósitos particulares. Esta respuesta es adecuada siempre que funcione, pero esto supondría que nosotros conocemos, o al menos tenemos alguna idea, de cuáles son los problemas y cuáles son las buenas soluciones incluso antes de estudiar el currículum. También existe el peligro de que tomando una perspectiva disciplinaria, bien sea enfocándola sobre aspectos conceptuales (filosofía), sobre el alumno en particular (psicología), o sobre la sociedad (sociología), nos arriesguemos a tratarlo superficialmenteo incluso a perder enteramente una serie de aspectos que podrían ser de gran utilidad para los edcadores en determinadas circunstancias. Por supuesto, podríamos elegir estudiar el currículum a partir de una serie de bases disciplinarias como ocurre en realidad en los cursos de formación del profesorado. Sin embargo, el problema que esto crea es que al utilizar cuestiones y conceptos de una determinada estructura como si se tratara de unas lentes a través de las cuales enfocáramos nuestros estudios, los aspectos educativos reales que nos interesan quedan fuera del contexto en el que ocurren y, por lo tanto, expuestos a malentendidos, errores y deformaciones. También nos encontramos con el problema de que las estructuras disciplinarias dan a menudo unas explicaciones contradictorias a lo que ocurre en educación, situación que lleva a la confusión más que a la aclaración. En el Capítulo 2 volveré a discutir estos problemas. Por otra parte, opino que una aproximación disciplinaria a los estudios del currículum no proporciona los mejores medios para estudiar el currículum, sobre todo en los cursos de formación del profesorado.
En nuestra segunda opción podemos considerar problemática la ecuación “currículum igual a contenido” y centrar nuestra atención en una comprensión más completa de la noción de currículum y las formas de estudiarlo. Esto implica investigar las formas en que se utiliza el término “currículum”, tanto en la conversación cotidiana sobre enseñanza y aprendizaje, como en el enrarecido uso que la literatura de investigación hace de él, con el propósito de comprender de forma más completa los significados legítimos que la palabra puede tener y expresar. De forma significativa, también pretendemos discernir los amplios rasgos lógicos del término tal y como son utilizados, con el objeto de desarrollar, a partir de estos rasgos, claves o indicadores de cómo podemos estudiar más apropiadamente el currículum.
Uno de los modos en que algunos estudiosos del currículum han abordado este tema es simplemente ofreciendo una definición del currículum. Al definir lo que para ellos significa el término, permiten a los lectores que evalúen útilmente los posteriores análisis consiguiendo una consistencia lógica con la definición. Pero con esto no hacen más que presentar la pregunta - ¿qué entendemos por currículum? - en lugar de dar una solución. No soy partidario de presentar definiciones concretas, pero sí de sintetizar las amplias características de todas las formas en que ha sido definido.
El propósito de este capítulo es dedicarse al análisis del significado del término currículum y proporcionar una base para la elaboración de un marco conceptual, en el Capítulo 2, que perfilará las ideas fundamentales que respaldan la aproximación del estudio del currículum que mantengo en este libro. Empiezo desarrollando mis comentarios sobre el problema de intentar definir el currículum y utilizarlo para ir más alla de la definición y proporcionar así una concepción más adecuada. A través de este capítulo pretendo mostrar que la noción de currículum, propiamente concebida, abarca las amplias características del contenido, las interacciones pedagógicas de los profesores y alumnos y las condiciones socioculturales en las que tienen lugar estas interacciones. Opino que el estudio del currículum nos permite enfocar la praxis educativa o unir un conjunto de elementos que están concebidos comúnmente como opuestos, tales como la teoría y la práctica, el individuo y la sociedad, y el propósito y el resultado. En esta visión el estudio del currículum es el estadio de estos elementos que confluyen como acción educativa en las escuelas. La primera tarea que desarrollaremos en la próxima sección será el problema de la definición.
El problema de la definición
Algunos autores como Kelly (1982) consideran que una definición puede ser arbitraria y, por lo tanto, es prudente evitar que el significado de la palabra se establezca de una forma demasiado estricta. La sugerencia de Kelly, basada en el reconocimiento de que se trata de un término complejo y multidimensional, permite entender el currículum dentro de contextos específicos para propósitos particulares. Sin embargo, como ha señalado Tripp (1984), esta abdicación de responsabilidad puede llevamos a dos problemas - primero, que es probable que nos confunda cuando nos refiramos al “estudio del currículum”, la “teoría del currículum” y la “investigación del currículum”, a menos que definamos qué entendemos por el término currículum; segundo, porque al no lograr definir el término existe el peligro de transmitir la idea de que el significado es conocido por los expertos del currículum y, por lo tanto, tratado como no problemático. Aunque los dos puntos de Tripp son claramente válidos, no llega a esclarecer plenamente el problema presentando una simple definición aparentemente arbitraria.
Tabla 1.1: Algunas definiciones de currículum
... todas las experiencias planificadas que proporciona la escuela para fomentar que los alumnos alcancen, lo mejor posible, los resultados de aprendizaje diseñados.
(Neagley y Evans, 1967)
... currículum es una serie estructurada de intencionados resultados de aprendizaje.
(Johnson, 1967)
... todo el aprendizaje que es planificado y diseñado por la escuela, tanto si se lleva a cabo en grupos o individualmente, dentro o fuera de la escuela.
(Kerr, 1968)
... cualquier intento de comunicar los principios y características esenciales de una propuesta educativa de tal forma que permanezca abierta a discusión crítica y sea capaz de una traslación efectiva a la práctica.
(Stenhouse, 1975)
...un currículum es formular y llevar a la práctica una propuesta educativa, que es enseñada y aprendida dentro de una escuela u otra institución, y por la cual esa institución acepta tres niveles de responsabilidad, el de súbase lógica, el de su real puesta en práctica, y el de sus efectos.
(Jenkins y Shipman, 1975)
... un conjunto organizado de intenciones formales de educación o entrenamiento.
(Pratt, 1980)
... un programa de actividades (de los profesores y los alumnos) diseñadas de tal forma que los alumnos conseguirán tanto como sea posible ciertos fines u objetivos educativos y escolares.
(Barrow, 1984)
Fuente: Barrow (1984)
Barrow (1984) presenta una lista de ocho definiciones del currículum provenientes de destacados escritores y muestra que, aunque algunas definiciones comparten características e inquietudes similares, pocos se ponen de acuerdo sobre los rasgos que se deberían enfatizar para llegar a un consenso sobre el conjunto de significados que legítimamente debe transmitir el término “currículum”.