Agente consciente de esta eclosión fue la Agrupación Espacio, grupo de pintores, escultores, gente de letras y sobre todo arquitectos, que ejerció, a partir de 1947, una intensa labor de proselitismo encaminada a difundir el arte y la arquitectura modernos.
Insistiendo en que la época contemporánea ha determinado un cambio fundamental y que es preciso vivir y expresar este cambio (posición con resabios de romanticismo), la agrupación proclamó la vigencia del arte de Le Corbusier, Gropius, Mies van der Rohe y Wright. Junto a la proclamación de la nueva arquitectura como única expresión autentica del hombre actual en el plano de la construcción, denunció el criterio arquitectónico imperante en el Perú, atacando el uso de los llamados estilos históricos, incluyendo el neocolonial. A este respecto, dice textualmente el manifiesto inicial de la Agrupación Espacio (1947): “Que del ‛greco-romano᾿ o del ‛renacentista académico᾿ hayamos trasladado nuestras preferencias al llamado ‛colonial᾿, no suma ni resta absolutamente nada al problema espe-cífico de superar la etapa de una arquitectura como simple aplicación de elementos estilísticos” (Agrupación Espacio, 1947, p. 2)1.
Aunque su apasionada posición vanguardista llevó a la Agrupación Espacio a hacer algunas afirmaciones inexactas, como la de condenar la arquitectura del siglo XVIII como una de las “combinaciones arbitrarias y alteraciones perfectamente irresponsable de las esencias arquitectónicas antiguas” (manifiesto de 1947), la labor de revalorización de lo esencialmente arquitectónico y la lucha contra el historicismo y el tradicionalismo fue de gran beneficio para la evolución de la arquitectura peruana.
La reforma de la enseñanza de la arquitectura estuvo ligada a la labor de la Agrupación Espacio, ya que muchos de los integrantes del grupo estaban vinculados o iban a estarlo en breve con el Departamento de Arquitectura de la Escuela. En los años 1947-48 la enseñanza cambió eliminándose la elaboración de los proyectos de diseño a base de estilos históricos y proponiéndose como modelos, a los alumnos, las obras de los maestros contemporáneos.
La reforma de la enseñanza pudo realizarse rápidamente debido a que el Departamento de Arquitectura era joven y no había una sólida tradición academicista que, de existir, hubiera ofrecido resistencia a la penetración de las nuevas corrientes, como ha sucedido en otros países.
En el ambiente profesional, y sobre todo entre el público, la evolución fue menos rápida; nunca puede decirse, sin embargo, que haya sido lenta pues hoy —15 años más tarde— la arquitectura moderna se ha generalizado en Lima y está comenzando a penetrar en otras ciudades del país.
La aparición de la nueva arquitectura en provincias está vinculada a dos hechos:
1.- A que, en el actual período el fenómeno de expansión urbana y comercialización del centro que se inició en Lima, y en menor grado en Arequipa, durante el tercer período ha comenzado a realizarse en varias otras ciudades provinciales.
2.- A la acción de profesionales arquitectos radicados en esas ciudades, lo que tal vez puede considerarse como la imitación de un proceso de descentralización.
Paralelamente a la aparición en el Perú de la arquitectura moderna, se ha producido un fenómeno negativo: la calidad arquitectónica de las obras hechas por aficionados y por profesionales no arquitectos ha descendido notablemente. En los períodos precedentes existía una cultura arquitectónica de aficionado o empírico que permitía, mediante el conocimiento de unas cuantas reglas de composición y construcción, levantar edificios técnica y estéticamente aceptables. Estos conocimientos se basaban en la tradición, es decir, constituían una herencia que, pasando de generación en generación, iba evolucionando.
Con el advenimiento del tercer período, esta cultura arquitectónica empí-rica se debilitó, y en el cuarto ha entrado en plena decadencia. Así, el lenguaje arquitectónico vernacular, común y corriente, de todos los días, que existía antiguamente, puede decirse que ha desaparecido o que ha perdido su antigua coherencia o calidad.
A esta crisis del lenguaje arquitectónico vernacular han contribuido dos hechos: Primeramente, la aparente incapacidad de la arquitectura moderna de servir de modelo para obras ingenuas, populares o hechas por aficionados y seguidamente al carácter crasamente comercial de muchas de las obras. Dentro de este criterio, el edificio —sea casa, edificio de departamentos o edificio de oficinas— es ante todo un instrumento para producir renta y muchas veces solo esto. El gusto o ideal de la técnica y lo artísticamente bien hecho no tiene cabida en el proceso y de ahí la proliferación, en nuestras ciudades, de la subarquitectura.
¿Cuáles son las características concretas de la arquitectura del cuarto período?
En el plano de la tipología, la evolución de los tipos que aparecieron en el tercer periodo: el edificio de departamentos, el edificio de oficinas, la casa suburbana. Asimismo, la aparición de nuevos tipos, como los grandes almacenes (que sin embargo, tuvieron precursores en el tercer período), el edificio comercial de mayor altura, el supermercado, el servicentro, etc.
Con respecto a los nuevos tipos, quiero hacer destacar el tema de la vivienda económica. El interés en los problemas arquitectónicos de la vivienda colectiva, de los agrupamientos o unidades vecinales se presentó desde el inicio del período. Sus principales causas fueron:
1.- La conciencia que se creó frente a los problemas de vivienda que con el cambio de estructuración y la expansión de la población, comenzaron a agravarse visiblemente.
2.- E1 hecho de que, junto con el lenguaje arquitectónico de los maestros europeos del período racionalista, llegaron también al Perú las preocupaciones y planteamientos sociales de estos, entre los cuales figuraban, en lugar importante, los problemas de la vivienda colectiva, problemas que Europa había tenido que afrontar después de la Primera Guerra.
Como la arquitectura moderna de después de 1947, también los conjuntos de vivienda económica que se proyectaron y construyeron entre 1947 y 1955 tuvieron, en el tercer período, sus precursores que fueron los llamados “barrios obreros”, de alrededor de 1939.
Para terminar, cabe formular, en lo referente a la expresión de la arquitectura del cuarto período, las siguientes dos preguntas:
1.- ¿Cómo se presenta, desde el punto de vista estilístico, esta arquitectura?
2.- ¿Hay una arquitectura moderna peruana o hay simplemente arquitectura moderna hecha en el Perú?
Simplificando la realidad, es posible distinguir dos tendencias básicas en la arquitectura del cuarto período.
1.-La primera es una tendencia de orientación internacional, basada en la interpretación local de los lenguajes arquitectónicos creados por los maestros modernos.
Dentro de esta tendencia, existe una corriente racionalista que pone el énfasis en la pureza de la línea, el uso del hierro y del vidrio, y la exhibición de la estructura o por lo menos la preeminencia de los valores estructurales. Su plástica deriva, en una u otra forma de Le Corbusier de los años 30, del Gropius, del Bauhaus, o de Mies van der Rohe.
Al lado de esta y siempre dentro de la tendencia internacional, existe una corriente más libre y decorativa que introduce ele-mentos derivados del lenguaje de Wright, combinados o no con elementos racionalistas, produciendo una arquitectura horizontal y dinámica, de aleros largos y cuerpos volados, con muros de piedra rústica, ladrillo descubierto o diversamente texturados, y grandes superficies vidriadas.
2.- La segunda tendencia, escapa más que la anterior a las influencias internacionales. Es una arquitectura, relativamente cerrada al exterior y planeada con frecuencia alrededor de patios. En su plástica, el rol principal no lo desempeña la composición dinámica de la línea y de la superficie tensa o transparente, sino el volumen liso y compacto y el muro limpio y continuo, perforado con ventanas angostas y verticales,