Los animales nos enseñan…. Vanessa Méndez Villalobos. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Vanessa Méndez Villalobos
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Книги для детей: прочее
Год издания: 0
isbn: 9789877984620
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bonito!

      –¡Sí, Jazzi, están alabando a Jesús! –explicó la mamá.

      –¿Saben los pajaritos que hoy es sábado? –preguntó el niño.

      –No lo sé –respondió la mamá–. Lo que sí sé es que los pajaritos can­tan porque agradecen el cuidado que Jesús tiene por ellos, porque ca­da día los alimenta y les provee de un nido donde descansar.

      –Entonces me apuro, ¡quiero estar listo para ir a la casa de Jesús y cantar como esos pajaritos! –expresó Jazzi–. Quiero agra­decerle con mi voz lo feliz que soy porque me da tantos regalos, como la comidita, la camita, la ropa, la escuelita donde voy y to­da mi familia.

      Recuerda lo que nos enseña la Biblia: Jesús es muy bueno. “Si él cuida a las aves, cuidará también de ti”.

      Oremos: “Muchas gracias, querido Jesús, por preocuparte por mí. Por darme tantas cosas lindas para vivir feliz. ¡Gracias! Amén”.

      Tu Biblia dice: “[…] Procuren ustedes que su luz brille delante de la gente”. Mateo 5:16.

      Un día, en las noticias, vi que en una bahía de Japón habría un espectáculo por la noche de las luces. Pero este no sería como los que estamos acostumbrados a ver, con fuegos artificiales, sino que sería natural, con un protagonista llamado “calamar luciérnaga”.

      El calamar luciérnaga puede generar luz gracias a unas células espe­ciales que tiene distribuidas en todo el cuerpo y en sus tentáculos. Usa estas lu­ces brillantes para comunicarse con los demás, para atraer a su presa o para ahuyentar a un enemigo.

      Como vive la mayor parte del tiempo en el fondo del océano, cada prima­vera sube a la superficie a desovar, lo que hace que el agua tome un color azul fluorescente brillante. ¡Es un espectáculo único para muchas personas que llegan a presenciarlo!

      Así como el calamar luciérnaga puede producir luz con su cuerpo, Jesús nos ha dicho que nosotros debemos brillar ante otros; no solo en prima­vera, sino en todo momento, porque él es la Luz del mundo. Tú, como su representante, brilla ante otras personas; de esta manera manifestarás el amor que tienes por Jesús y otros lo conocerán.

      Oremos: “Querido Jesús, deseo brillar siempre por ti, para que otros te conozcan y te acepten como su Salvador. Amén”.

      Tu Biblia dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios”. Éxodo 20:12.

      Te confieso que las arañas me causan mucho miedo, por­que su aspecto no es tan tierno; pero hoy te hablaré de un tipo de araña que me sorprende. Esta arañita teje con esmero su telaraña para colocar allí sus huevitos. Come todo tipo de alimen­to para estar fuerte y así poder alimentar a sus crías cuando nazcan.

      Cuando los huevitos eclosionan, las arañitas salen con mucha hambre y son alimentadas por su mamá. Ella muele el alimento en su boca y luego se lo da a sus crías. Lo más triste de estas arañi­tas es que, conforme van creciendo, van comiendo más y más, hasta llegar a comerse a su mamá, ya que ella no come por alimentar a sus hijos.

      La Biblia dice que debemos honrar a nuestro padre y a nuestra ma­dre, para que nuestros días se alarguen en la tierra. Como hijos, en oca­siones maltratamos a nuestra mamá cuando le contestamos mal o ha­cemos un berrinche. No nos damos cuenta de que, de esta manera, le causamos dolor y se siente triste.

      Cuando quieras hacerle algo indebido a mami o a papi, acuérdate de las arañitas malcriadas y, en vez de hacerlo, dales un beso, un abrazo y diles lo mucho que los amas. De esta manera, estarás obedeciendo a Jesús.

      Oremos: “Querido Jesús, ayúdame a portarme bien. No deseo ofender a mami ni a papi. Deseo obedecerte y honrarte a ti. Amén”.

      Tu Biblia dice: “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva”. Apocalipsis 21:1.

      ¿Recuerdas algún viaje que hayas realizado con algún amigo en el cual te divertiste mucho? Piensa un momentito y dime lo que más te gustó.

      ¡Viajar es algo fascinante! Así conoces muchos luga­res hermosos, personas con costumbres y formas de hablar diferentes, y hasta comidas distintas. Es muy común encontrarse con personas que viajan, al igual que nosotros. Pero ¿te imaginas a un animal viajando? Zarafa fue una jirafa que, por primera vez en la historia, viajó desde África hasta la ciudad de la luz: París. Era un regalo del gobernante de Egipto al rey de Francia. Durante el trayecto pasaron por hermosos paisajes —como la cos­ta y las montañas llenas de nieve—, hasta llegar a su destino.

      Tú y yo haremos un fabuloso viaje a la Canaán celestial. ¡Estoy segura de que te divertirás! Entraremos a esa ciudad donde las calles son de oro, las puertas de perlas y hay un río tan transparente que parece de cristal. Podre­mos comer frutos como el higo, las uvas, la granada y hasta el maná.

      Allá podremos viajar a donde nadie más ha ido y donde habitan personas santas. ¿Te gustaría hacer ese viaje especial? Te invito a que te pre­pares todos los días y te tomes de la mano de Jesús.

      Oremos: “Gracias, Jesús, por ese maravilloso viaje que nos has prometido. Estoy ansioso por hacerlo. ¡Ven pronto! Amén”.

      Tu Biblia dice: “Desde el cielo mira el Señor a los hombres”. Salmo 14:2.

      Pídele a mami que te ayude a realizar la siguiente actividad: asómate por la ventana y trata de ver una hormiga. Si vives en un edificio, también puedes intentarlo. ¿Viste alguna? ¿De qué color era? ¡Es muy difícil! ¿Verdad?

      Nuestra vista no es como la de las águilas. Ellas tienen este sentido muy desarrollado. Pueden estar en el último piso de un edificio de 10 metros de alto y ver a una hormiga. Saben si es de color rojo o negro, pues las águilas tienen la capacidad de distinguir los colores. Como usan demasiado su capacidad intelectual para ver imágenes, sus sentidos del olfato y del gusto están menos desarrollados.

      ¿Tienes una vista de águila? ¿Puedes ver el cielo y lo que Jesús te está pre­parando? Espero que sí. Jesús se interesa por ti. Está pendiente de todo lo que haces. Aunque está en el cielo, tú lo puedes sentir dentro de tu cora­zón y en tu mente, hablándote cada día. Él tiene una mirada más aguda que la del águila, y nada se escapa de su vista. ¡Qué hermoso es saber que nos conoce y nos ve!

      Espero que tú también tengas una mirada de águila, para que cada día descubras en la Biblia el hermoso plan que él tiene para tu vida.

      Oremos: “Gracias, Jesús, porque sé que, aunque estás en el cielo, estás interesado en mí. Amén”.

      Tu Biblia dice: “[…] Somos como el olor del incienso que Cristo ofrece a Dios”. 2 Corintios 2:15.

      Cuando mis hijos eran pequeños disfrutaban de ver una película lla­mada La chinche apestosa. Este insecto iba a un campamento, pero es­taba