DIGNIDADES Y OFICIOS DE LA ORDEN DE MONTESA EN 1320
Si el maestre Soler ostentaba la primera dignidad de la Orden, recaía la segunda en la figura del comendador mayor, oficio que no documentamos durante el efímero mandato de frey Guillem d’Erill, sino al comienzo del gobierno del maestre Soler y que recayó en la persona de frey Berenguer de Montoliu, quien lo ejerció al menos entre el 23 de marzo de 132010 y el 26 de mayo de 1322.11 Su principal cometido era el de ayudar al maestre en el ejercicio de sus funciones y sustituirlo cuando fuese necesario.
El clavero era la tercera dignidad de la Orden, pero el oficio fue establecido el primer día del mandato de frey Guillem d’Erill, y tuvo un papel muy importante en las semanas siguientes, pues la enfermedad sobrevenida del maestre provocó que el clavero, frey Erimán de Eroles, le sustituyera en el proceso de toma de posesión de las primeras poblaciones de la Orden de Montesa a las que tenían previsto acudir. Este primer clavero permaneció en su puesto al menos hasta el 20 de noviembre de 1320,12 pasando después a desempeñar otros cargos u oficios dentro de la Orden. Si nos atenemos al sentido estricto de la palabra, era misión del clavero la de custodia de las llaves del convento, pero las Definiciones13 de 1326 señalan, en su artículo 22, que el clavero debería proveer al convento de todo lo necesario para el sustento de los freires, y en caso de que en algún momento faltase pan, vino, carne, pescado, queso o aceite, estaría a pan y agua tantos días cuantos se hubiera carecido de alguna de estas cosas.
Durante el primer año de mandato del maestre Soler y, con carácter transitorio, hasta que se distribuyó el territorio de Montesa en encomiendas, en vez de comendadores hubo lugartenientes del maestre. Sus funciones figuran especificadas en los correspondientes títulos de nombramiento. Es ahí donde podemos leer que el maestre los declaraba sus procuradores, con licencia para regir, gobernar, procurar y administrar en el lugar de destino de que se tratase, lo que implicaba ostentar la autoridad maestral delegada sobre personas y bienes y, por tanto, podrían pedir o exigir y con ello recaudar las rentas pertenecientes a la Orden. También podían otorgar cartas de venta o establecimientos a favor de particulares, conceder cartas de pago o ápocas por cantidades recibidas, y en general llevar a cabo cuantos actos fuesen necesarios, incluso apertura de pleitos, para defender los derechos de la Orden. Se trata, en definitiva, de las mismas funciones que tendrían en adelante los comendadores, pero en esta etapa tan inicial, cuando todo estaba por hacer, estas cartas notariales de apoderamiento, pues es lo que en esencia parecen, eran instrumento jurídico suficiente para que en los diferentes pueblos de la Orden y sin mayor demora, sus habitantes se acostumbraran a tener en los administradores un referente que los vinculara directamente con la institución recién creada. Las lugartenencias documentadas son las siguientes:
Año 1320 | ||
24/4 | Frey Berenguer de Montoliu | Montesa/Perputxent/Sueca/Silla14 |
22/6 | Frey Bernat Sarroca | Onda/Vilafamés15 |
23/6 | Frey Guillem Cerdà | Sueca16 |
23/6 | Frey Juan Pérez de Mallén | Casa de València17 |
28/7 | Frey Berenguer d’Erill | Peñíscola18 |
2/11 | Frey Arnau Pedrissa | Castell de Cervera (S. Mateu)19 |
Año 1321 | ||
17/1 | Frey Berenguer de Montoliu | Tinença Coves de Vinromà20 |
Las lugartenencias fueron desapareciendo a partir de comienzos de 1321, con el establecimiento de los oficios de comendadores. Sin embargo, algunos de los lugartenientes continuaron ejerciendo funciones en los mismos lugares, tras ser ratificados en estos como sus primeros comendadores, como fue el caso de frey Bernat Sarroca en Onda, frey Berenguer d’Erill en Peñíscola y frey Bernat de Montsonís en Culla.
El oficio de comendador, por tanto, guarda un notable parecido con el de lugarteniente, al que sustituye. Casi no se conocen documentos de nombramiento de comendador durante el mandato de frey Arnau de Soler, aunque sí el del primero, frey Fernando Pérez de Aragón, antes referido, nombrado el 31 de marzo de 1320 para hacerse cargo del castillo de Perputxent. En unas pocas líneas se definieron sus competencias, y el fragmento que nos interesa dice así:
... que vos sciats comanador del dit castell e los hòmens d’aquell castell, axí christians com sarrahiïns, mantengats e deffenats, donan a cada ú dret e justícia en totes coses e per totes, e demanets, cullats e reebats, e demanar, cullir e reebre façats, calònies e tots altres drets a nós pertanyents en lo castell damunt dit e en sos térmens, e que puscats fer e espatxar totes altres coses que sien a profit de nós o del orde damunt dit...21
Desde comienzos de 1321 ya disponemos de numerosas noticias relativas a la existencia de comendadores en Ares, Borriana, Cervera, Coves de Vinromà, Culla, Onda, Peñíscola, Perputxent, Sueca, València, Vilafamés y Xivert. En Silla lo documentamos por vez primera en 1325. También existía la figura del subcomendador o lugarteniente de comendador, que no solo hacía funciones de alcaide, sino también otras, como la de sustituir la ausencia del titular de la encomienda.
El prior del convento de Montesa era el superior, o prelado ordinario. Durante los ocho años de mandato del maestre Soler encontramos en la documentación ocho freires ejerciendo ese oficio, demasiados para tan poco tiempo y en algunos casos coincidentes, lo que hace pensar que solo algunos lo eran del convento de Montesa y otros lo fueron en los prioratos de Cervera o Castielfabib. 22
Otros oficios. El rector de la iglesia de Montesa fue frey Berenguer d’Aravill entre 1320 y 1325, y el oficio de cantor lo ejercía frey Pere d’Olives en 1322. Fue sacristán frey Joan de Sant Pere entre 1322 y 1325; y el oficio de obrero lo tenían frey Ramón de Castellvell en 1322 y frey Bernat de Torre en 1323.
Freires. En el momento de creación de la Orden de Montesa fueron diez los freires que iniciaron la andadura en compañía del maestre Erill.23 Además de estos, a lo largo del mandato del maestre Soler hemos podido identificar un total de treinta y nueve más, de los cuales muchos desempeñaron uno o más oficios en la Orden, pero otros, en cambio, no ocuparon ninguno y su nombre es poco frecuente en la documentación conocida. Figuran todos relacionados en un apéndice a continuación de estas páginas.
Familiares y donados. Se trataba de personas que por devoción hacia la Orden de Montesa