El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli. Vicente Gómez Benedito. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Vicente Gómez Benedito
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788491341291
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No eran extrañas estas tierras al almirante, quien ya percibía desde hacía años buena parte de las rentas de las dos villas, además de disponer de una cantidad importante de bienes inmuebles.61 Por esta razón, entiende Josep Torró que la concesión real «estarà sancionant un estat de coses i arrodonint les prerrogatives que l’almirall ha pogut consolidar a la zona des de 1276».62 La concesión regia de Cocentaina y Alcoi suponía para Roger de Lauria ampliar considerablemente sus dominios territoriales en el sur valenciano, consolidando un robusto estado feudal en territorio de frontera. La posesión de los primeros territorios para el almirante en la montaña alicantina databan de 1270, cuando se le concedían a su madre los intrincados valles de Seta y Travadell, contiguos a Cocentaina. Con posterioridad, se le otorgaría o compraría las villas costeras de Calp y Altea, el lugar de Torre Manzanas, además de otros territorios más distantes, como eran Navarrés, Santa María del Puig, Beselga y Castellnou. Todo este importante conjunto patrimonial se completaba con la concesión real del mero imperio en 1297, lo que permitía a Roger de Lauria ejercer las jurisdicciones civil y criminal en todas sus poblaciones.63

      Los dominios territoriales del almirante se disgregaron a la muerte sin descendencia de su hijo en 1324, lo que supuso un complicado pleito sucesorio, resuelto con el arbitraje real de mayo de 1325, que dividió la herencia entre su segunda mujer y tres de sus hijas. La Baronía de Cocentaina pasó a manos de Beatriz de Lauria y Lanza, hija mayor de Roger, quien estaba casada con Jaime de Jérica. Este enlace matrimonial explica por qué la Baronía de Cocentaina estuvo ligada a la Casa de Jérica durante más de cincuenta años, hasta que en el año 1378 Juan de Aragón la vendió a su suegro, el rey Pedro IV el Ceremonioso, por 76.000 florines de oro. Comenzó entonces una enmarañada sucesión de acontecimientos por la posesión de la Baronía contestana que no finalizó hasta que en el año 1448 pasó a manos de los Corella, segundo de los grandes linajes nobiliarios que estuvo al frente de la Casa de Cocentaina.

      El papel de los Corella no se limitó a la consolidación del Condado de Cocentaina, como ya había ocurrido con sus antecesores. Todos destacaron por sus servicios a la Corona, en especial el II conde, Juan Ruiz de Corella, también gobernador general de Valencia como su padre, quien tuvo un papel prominente en la Guerra de Sucesión castellana al lado de los Reyes Católicos. La fidelidad de los Corella les permitió recibir diferentes privilegios y franquicias de los monarcas españoles, pero sus posesiones territoriales no se vieron prácticamente alteradas. Serán, de nuevo, los enlaces matrimoniales los que expliquen el crecimiento de la Casa o, más bien, su liquidación como linaje nobiliario.

      En 1615, el noveno conde de Cocentaina, Jerónimo Ruiz de Corella, contraía matrimonio con la hija del marqués de Las Navas y conde de El Risco, Jerónima Dávila y Manrique. El enlace matrimonial se configuraba como una más de las alianzas entre casas nobiliarias en ascenso durante los inicios del seiscientos, pero con improbables repercusiones patrimoniales, como evidenciaba la existencia en el momento de la boda de Jerónima de tres hermanos mayores. No obstante, los acontecimientos iban a desarrollarse por unos derroteros inesperados. La precoz muerte del noveno conde sin sucesión masculina suponía el fin del linaje de los Corella y ponía en serios aprietos la gestión del Condado y la sucesión patrimonial. Afortunadamente para el patrimonio familiar, la enérgica actuación de la condesa viuda permitió proteger los intereses de su hija primogénita, Antonia Corella Dávila. En estas circunstancias hay que entender el enlace matrimonial en 1629 de Antonia, una niña de escasos diez