Las azulejerías de la Habana. Inocencio V. Pérez Guillén. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Inocencio V. Pérez Guillén
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788437094229
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      Mi reconocimiento ha de extenderse también a quienes han posibilitado la publicacón del libro tal como yo lo había deseado siempre: el Museu del Taulell d’Onda y su director Vicente Joan Estall i Polés; el consistorio del que directamente depende esta institución, presidido por D. Enrique Navarro Andreu y la Universitat de València, especialmente su Vicerrector de Cultura Dr. Rafael Gil Salinas.

      IV. PÉREZ GUILLÉN

       1

       AZULEJERÍAS

       EN LA HABANA

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       AZULEJERÍAS EN LA HABANA:

       LAS IMPORTACIONES Y LOS USOS ARQUITECTÓNICOS

      EL NÚCLEO MONUMENTAL Y URBANÍSTICO de La Habana Vieja fue declarado por la Comisión para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en sesión celebrada el 14 de diciembre de 1982, Patrimonio de la Humanidad. Es una de las causas por las que la preservación en La Habana de elementos originales de todo tipo es realmente excepcional e incluye, prácticamente intacto el más importante conjunto de cerámica arquitectónica española del siglo XIX que permanece in situ.

      La mayor parte de estas azulejerías –según hemos podido comprobar– son importaciones valencianas (fábricas de la ciudad de Valencia, de Castellón de la Plana, de Manises o Quart de Poblet, pero sobre todo de Onda) y no sevillanas, como en Cuba se estimaba hasta ahora generalmente.

      Aunque Onda es la localidad con mayor número de fábricas identificadas (El Bólido, La Campana, Cipriano Castelló Alfonso, Eloy Domínguez Veiga, La Esperanza, El León, El Molino, Nueva Ondense, La Valenciana), quedan en minoría si las comparamos con el conjunto de centros de producción detectados; sin embargo el volumen de las exportaciones procedentes de esta localidad castellonense en el periodo colonial, a juzgar por las azulejerías descubiertas, es superior al que llegó del resto de procedencias. Es por ello el de La Habana sin duda el mayor conjunto de azulejos de Onda del siglo XIX existente en la actualidad. Resulta además ampliamente representativo del comercio exportador a América, ya que el puerto de La Habana –donde nunca existieron hornos cerámicos– fue receptor y redistribuidor para el resto del continente, mientras perteneció a la Corona de España, de este tipo de productos cerámicos llegados de la metrópoli. A pesar de su importancia excepcional, estas azulejerías no han sido hasta la fecha fotografiadas ni inventariadas y mucho menos objeto de un estudio riguroso como el que proponemos.

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      Nuestro trabajo de investigación abarca varios aspectos: investigación de campo, la más extensa; consistió en un exhaustivo rastreo, edificio por edificio, del centro histórico de la capital de Cuba y de los ensanches del siglo XIX (Calzada del Cerro, Paseo del Prado, etc.). Además realizamos una revisión completa y toma de muestras de los fondos procedentes de derribos –a lo largo de muchos años– que se conservan en almacenes del Museo del Gabinete de Arqueología y no han sido inventariados hasta ahora. Igualmente contamos con los fondos –escasos pero de gran interés– del Museo de la Ciudad en el Palacio de los Capitanes Generales; de la Casa de la Obrapía; de la Casa del Árabe y de alguna incipiente colección privada.

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      Incorporamos a nuestro estudio una serie de hallazgos inéditos procedentes de campañas de excavaciones arqueológicas realizadas por especialistas cubanos, sí inventariados, pero no estudiados hasta ahora.

      Todas estas azulejerías han sido sometidas a un trabajo de sistematización que supone su ordenación cronológica, estilística, orígenes fabriles, tipologías, funciones, fuentes y modelos, etc., tras el cotejo con productos valencianos, con la documentación que conocemos y con la casi inexistente bibliografía especializada al respecto.

      LAS EXPORTACIONES DE AZULEJOS EN AMÉRICA

      El mercado americano fue para la azulejería valenciana del siglo XIX un estímulo nada desdeñable para la producción; sólo conocemos datos estadísticos de la exportación de azulejos a distintos países del Nuevo Continente en la segunda mitad del siglo XIX, recogidos por la Dirección General de Aduanas y Aranceles a partir de 18491. Entre esta fecha y 1860 no disponemos de cifras de azulejos enviados desde cada puertoaduana español y únicamente conocemos la cantidad global que llega a cada país americano. Hay que determinar pues, a partir de los restos que permanecen allí aún in situ, la procedencia hispana más concreta y la intensidad del flujo exportador de cada centro. A partir de 1861 sí sabemos las procedencias portuarias y por consiguiente el área geográfica de fabricación.

      El puerto de Cádiz, del que procederían los azulejos holandeses de La Habana (cfr. cat. 468 ss.) apenas exporta azulejos en el siglo XIX y cuando lo hace se trata de cantidades muy poco importantes, lo que evidencia la escasa envergadura industrial de la azulejería sevillana que, hasta que el propio puerto de Sevilla fiscalice las salidas, debe utilizar necesariamente esta vía por su proximidad geográfica. En 1864 se embarcaron por el puerto de Cádiz 7.000 azulejos, pero no con destino a América sino “a África” y sí se exportaron en cambio ladrillos a Cuba, donde como veremos no había hornos cerámicos, ni siquiera para elementos constructivos de producción sencilla. En 1865 fueron expedidos desde Cádiz 5.000 azulejos y ya no se menciona más exportación hasta 1876 en que la cantidad fue de 3.800 Kg2; luego descendió: en 1877 tan sólo de 1.000 Kg y en 1879, 127 Kg, una cifra casi ridícula que no fue mucho mayor en 1881 (1.300 Kg) pero aún disminuyó en 1883 (40 Kg) y 1885 (90 Kg). A partir de 1886 Cádiz aumento las ventas de azulejos a América pero siempre en cantidades muy modestas si se comparan con las que aquellos años salían desde Valencia o Barcelona sólo hacia ese continente3. Hasta final de siglo únicamente en dos casos la exportación azulejera desde Cádiz tuvo algún relieve; en 1890, cuando salieron más de 11.000 Kg y sobre todo en 1892 cuando se alcanzaron más de 14.000 Kg, superando –ese año– al puerto de Valencia que registró excepcionalmente una baja precisamente entonces. Si se relacionan las exportaciones de Cádiz con la producción de Sevilla hay que mencionar enseguida que esta ciudad empezó a remitir desde su propia aduana, y de forma simultánea a Cádiz, partidas de azulejos desde 1883. Estas cantidades fueron al principio también muy modestas4 (304 Kg en 1883, pero destinados a países europeos y africanos y 165 Kg en 1884 que sí fueron a América) y aunque luego se incrementaron –en 1895 se sobrepasaron los 14.000 Kgy en 1896 los 15.000 Kg; en 1899, 11.873 Kg– muchos años sólo fueron algunos centenares de kilos los exportados. Incluso teniendo en cuenta que en 1898 y 1899 se incorporaron a esta actividad exportadora los puertos de Algeciras (11.091 Kg) y Ayamonte (28.726 Kg), las cifras en el mejor de los casos están muy lejos de las valencianas. En términos generales hay que admitir la perdurabilidad de los vidriados de forma que incluso fragmentados, reducidos a escombros o víctimas de reformas de los edificios que los contenían, deben permanecer, bien in situ bien soterrados, en espera de una investigación arqueológica que sin duda acaecerá en el futuro5.

      Por el puerto de Málaga salieron sólo ocasionalmente (en 1891, Y entre 1894 y 1899)6 azulejos. En 1894 llegaron a más de 11.000 Kg, pero los otros años fueron cantidades muy poco importantes.

      Alicante sí exportó sistemáticamente productos cerámicos en el siglo XIX: ladrillería, lozas y barros vidriados ordinarios con destino a Argelia; en 1880, excepcionalmente salieron de allí 1.270 Kg de azulejos. En 1886 coincidiendo con el inicio de la actividad de una fábrica de mosaicos situada en el sur de Valencia, La Alcudiana, se expidieron desde Alicante 4.000 Kg de mosaico y loseta que debían proceder de esa fábrica y al año siguiente esa cantidad se incrementó hasta 41.123 Kg. Sin embargo, en el resto del siglo no se embarcaron más azulejos por este puerto.

      Palma de Mallorca tampoco exporta azulejos a pesar de contar con alguna fábrica; de su puerto salen partidas de “barro obrado” hacia Argelia principalmente y según las