Teoría y análisis de la cultura. Gilberto Giménez Montiel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Gilberto Giménez Montiel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786078768264
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meramente analítica). Creo que se facilitarían las cosas si se le tratara como un concepto afín al de “clan” y al de “religión”, pero no al de “liberalismo” o “fascismo”.

      En sentido antropológico, propongo entonces la siguiente definición de nación: es una comunidad política imaginada, e imaginada como intrínsecamente limitada y soberana.

      La nación es imaginada como limitada porque la mayor de ellas, la que cuenta tal vez con mil millones de habitantes, tiene límites finitos aunque elásticos, más allá de los cuales hay otras naciones. Ninguna nación se imagina a sí misma como coextensiva con la humanidad. Ni siquiera los nacionalistas más mesiánicos sueñan con el día en que todos los miembros de la raza humana vengan a unirse a sus naciones del modo en que era posible en algunas épocas, por ejemplo, que los cristianos soñaran en un planeta totalmente cristiano.

      La nación se imagina como soberana porque el concepto surgió en una época donde la Ilustración y la Revolución estaban socavando la legitimidad de los reinos dinásticos jerárquicos divinamente regulados. Llegadas a la madurez en una etapa de la historia humana en donde aún los más devotos adherentes de cualquier religión universal tuvieron que confrontarse inevitablemente con el pluralismo viviente de tales religiones y con el alomorfismo entre los reclamos ontológicos de cada fe y su extensión territorial, las naciones sueñan con ser libres y, cuando es bajo la autoridad de Dios, directamente así, sin mediaciones. La garantía y el emblema de esta libertad es el Estado soberano.

      Finalmente, es imaginada como una comunidad porque, pese a la actual desigualdad y explotación que pueden prevalecer en cada una de ellas, la nación se concibe siempre, a lo sumo, como una profunda camaradería horizontal. En última instancia es esta fraternidad lo que ha hecho posible en los dos últimos siglos que millones de personas no tanto mataran, sino murieran voluntariamente por estas limitadas imaginaciones.

      Tales muertes nos enfrentan abruptamente con el problema central planteado por el nacionalismo: ¿qué es lo que hace que las reducidas imaginaciones de la historia reciente (no más de dos siglos) hayan generado tan colosales sacrificios? Creo que un principio de respuesta se encuentra en las raíces culturales del nacionalismo.

       Bibliografia

      GELLNER, Ernest, Thought and Change, Weidenfeld and Nicolson, Londres, 1964.

      HOBSBAWM Eric, The Age of Revolution, 1789–1848, Mentor, Nueva York, 1964.

      KEMILÄINEN, Aira, Nationalism: Problems Concerning the Word, the Concept and Classification, Kustantajar, Jyväskylä, 1964.

      MARX, Karl y Engels, F. The Communist Manifesto, vol. I, en Selected Works, Foreign Languages Publishing House, Moscú, 1958.

      NAIRN, Tom, The Breakup of Britain, New Left Books, Londres, 1977.

      RENAN, Ernest, “Qu’est–ce qu’une nation?”, en Œuvres Complètes, vol. I, Calmann–Lévy, París, 1947–61, pp. 887–906.

      SETON–WATSON, Hugh, Nations and States. An Inquiry Into the Origins of Nations and the Politics of Nationalism, Westview Press, Boulder, Colorado, 1977.

      *- Benedict Anderson, Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, Verso Editions and nlb, Londres, 1983, pp. 12–16, en la décima edición de 2000, pp. 2–7. Traducción de Gilberto Giménez.

      1- Quienquiera tenga dudas sobre la afirmación de esta semejanza del Reino Unido con la URSS bajo este aspecto, debería preguntarse a qué nacionalidad remite el término Reino Unido: ¿a la nacionalidad brito–irlandesa?

      2- Eric Hobsbawm, “Some Reflections on ‘The Breakup of Britain’”, en New Left Review, núm. 94, septiembre–octubre de 1977, p. 13.

      3- Ver, su Nations and States, p. 5.

      4- Ver, su “The Modern Janus” en New Left Review., núm. 94, noviembre–diciembre de 1975, p. 3. Este ensayo se encuentra también en The Breakup of Britain como capítulo 9 de la obra, pp. 329–363.

      5- Karl Marx y Friedrich Engels, The Communist Manifesto, en The Selected Works, vol. I, p. 45. En cualquier exégesis teórica, las palabras “por supuesto” deberían encender luces rojas para el lector entusiasmado.

      6- Como anota Aira Kemiläinen, los “padres fundadores” gemelos de la erudición académica sobre el nacionalismo, Hans Kohn y Carleton Hayes, argumentan persuasivamente a favor de esta fecha. En mi opinión sus conclusiones no han sido seriamente cuestionadas, salvo por algunos ideólogos nacionalistas de ciertos países. Kemiläinen observa también que el término “nacionalismo” no fue empleado en forma generalizada sino hasta fines del siglo XIX. No aparecía, por ejemplo, en muchos diccionarios del siglo XIX. Cuando Adam Smith evoca la riqueza de las “naciones” se refiere con este término sólo a “sociedades” o estados. Aira Kemiläinen, The Nationalism, pp. 33 y 18–49.

      7- The Breakup of Britain, p. 359.

      8- Cf. Seton–Watson, Nations and States: “Todo lo que puedo decir es que una nación existe cuando un número significativo de personas en una comunidad se consideran como fundadores de una nación o se comportan como si formaran una nación”. Podemos cambiar “se consideran” por “se imaginan” (p. 5).

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