Detrás de la máscara. Vol I. XPM. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: XPM
Издательство: Bookwire
Серия: Detrás de la máscara
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788418911897
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sex…, ehhh y todas esas cosas maravillosas que ya no existen.

      »Despilfarraba tanto que no sabía ya en qué gastar el dinero… Hay que ver cómo cambian los tiempos y cómo el mundo se rebeló ante nuestra raza. —Sus ojos vuelven a empañarse de lágrimas.

      —Ehhh, señor, ¿qué es dinero?, no entiendo bien, suena maravilloso, ¡ojalá hubiera nacido antes de la Gran Sequía!

      —El dinero era lo que usábamos para los trueques, ¡qué tiempos! —Sunmen inspira profundamente y espira—, lo destruyó todo… Un consejo te voy a dar, niñita, no dejes de lado a las personas que te quieren porque cuando las pierdes, las echas tanto de menos que desearías ser tú el que está bajo la árida tierra…

      El carrater habla y habla de su vida pasada, sus fantasías, anhela y describe lugares y cosas que ella nunca llegó a conocer, a Sahanna esto siempre le provoca cierta envidia, el hombre usa un lenguaje que, a veces, no entiende del todo, dándose por vencida y agotada su paciencia, ajena a la voz del hombre, decide dedicarse a admirar la bella estampa que se abre ante su atenta mirada...

      Preciosos paisajes de tonos rojizos se abren paso ante ellos, el viento caliente les golpea desestabilizando levemente el «stonefull» (Nota del autor: los «stonefull» o «tonef», son vehículos flotantes, especiales para terrenos donde el aire caliente azota con fuerza, poseen mayor estabilidad y un fuselaje apto para altas temperaturas).

      El intenso calor aprieta en la zona, conforme se acercan a su destino sienten cómo el fuego emana de las entrañas de la tierra, para ella es algo normal, no conoce otro clima, Sunmen empieza a sudar copiosamente, saca un pañuelo sucio del bolsillo del pantalón, se seca el sudor que le cubre toda la cara. Sahanna cuenta los segundos que quedan antes de que aquel hombre empiece a quejarse como siempre por llevarla hasta aquel lugar y del lugar en sí, es bastante molesto, abre la boca para replicarle, pero antes de que la voz se escape de su garganta, su mente ha sopesado los problemas que le puede causar con su madre si es grosera y aunque tenga razones para ello, decide guardar silencio una vez más.

      —No entiendo para qué vienes aquí, es horrible, el calor quema los pelos de la nariz, los «raritos» están acostumbrados, nadie en su sano juicio querría ni acercarse, no sé cómo tu madre…

      Sermonea y se queja sin parar, ya no la mira por el espejo retrovisor, ahora se dirige al mundo en general, es una situación incómoda, a ella no le interesa enfrentarse, así que ocupa su mente en la próxima aventura que le propondrá a su ami, está segura de que será algo emocionante, a Nana siempre se le ocurren planes increíbles.

      Describir a Sahanna sería como explicar el contenido de una caja de Pandora, inquietudes cocinadas a fuego lento que luchan por salir, presionando las paredes que las mantienen cautivas, sus ansias por descubrir el mundo y su energía la hacen un ser especial.

      Aunque, sin lugar a duda, lo que más la corroe y empuja a desear crecer aceleradamente, es el diario que su familia y otros escribieron, una mezcla de aventuras, descubrimientos, pérdidas y renaceres que designaron como: «Historia de la nueva humanidad».

      Su madre le aseguró que cuando fuera más mayor, sin especificar a qué cifra se refería exactamente, se lo dejaría leer, así comprendería la historia de su pueblo, de las breves pero intensas fases a las que el mundo se había visto sometido, cómo este se había transformado hasta llegar a lo que es hoy, descubriría la respuesta a tantos enigmas, ansiaba con ganas «ser mayor» de una vez.

      Para ella, el saberlo todo se había vuelto una necesidad, le gustaba su vida, pero fantaseaba con muchas de las cosas que la gente mayor de Trojo le contaba, para eso necesitaba a Nana. Sahanna creía que cada ser viviente necesitaba de su complemento espiritual.

      A veces, jugaba a vivir esa vida, a hacer todo lo que leía en los libros antiguos, «irse de compras» (aunque no entendiera del todo el concepto), hacer fotos a monumentos, aunque no había visto ninguno, admirar preciosos cuadros, cenar en restaurantes de ensueño, solo había visto uno en ruinas, aunque su mente lo reproducía en todo su esplendor, soñaba despierta con ese mundo que algún día su madre le revelaría con más exactitud…

      ……….

      «No sé qué día es, no importa, estamos vivos, encontramos una vieja fábrica de papel.

      Gracias a esta anónima empresa del pasado, plasmaremos el presente para recordarlo en el futuro».

      Charles T.

      1

       Año 2075 y siguientes…

       La sociedad había llegado casi a la cúspide del conocimiento, científicamente avanzaba a pasos agigantados.

       Las relaciones sociales habían sido engullidas al completo por la tecnología, los únicos hándicaps que seguían existiendo en cuanto a la absoluta sabiduría, eran el espacio y las profundidades marinas…

       La Era del control mental, en matrimonio, con la fabricación de seres autómatas, vacíos y controlables, compuestos de frágiles cuerpos hechos de células vivas.

       Una tecnología que evolucionaba tan rápido que parecía alcanzar la cima en breve, nada cambiaba, todo cambiaba, la explotación de unos sobre otros, la obsesión por el poder, todo ello en concordancia para que la tierra girara en torno a algo que no era su eje natural.

       El tiempo de vida de los organismos era bastante amplio, los estrepitosos fracasos de los acuerdos internacionales para el control de la natalidad, la procreación masiva, inversamente proporcional a los recursos existentes. Todos estos factores y alguno que otro más, hicieron que todo lo que hasta el momento en la sociedad no había sido una preocupación prioritaria, empezara a serlo cuando ya era demasiado tarde.

       La raza humana vivía despreocupadamente, basando sus razonamientos de seguridad en el egoísmo personal y la confianza en el sistema por comodidad.

       Se jugó a la ruleta rusa con la paciencia y el aguante físico del planeta, venía haciéndose desde hacía muchos siglos, hasta que el Estado de Bienestar se vio arruinado por el duro castigo de la madre naturaleza.

       Tras años de soportar catástrofes naturales, ver cómo países enteros eran arrasados unos tras otros, la Gran Sequía sepultó todos los sueños y esperanzas de futuro.

       Asoló el mundo e hizo que toda la población dejara de lado el consumismo, la era digital y lo relativo a lo que la sociedad y el individuo consideraban importante para centrarse en su nueva prioridad: sobrevivir.

       (Nota del autor: No mencionaré las clases bajas, sociedades ni individuos que ya basaban desde siempre, su existencia en una lucha diaria por la supervivencia, porque ellos simplemente «desaparecieron del sistema», una explicación incompleta y tal vez ambigua, pero no se me ocurre otra que mejor lo defina).

       La lucha por los recursos, se tornó en una guerra individualista, cada persona superaba todos sus límites para salir adelante, no era un conflicto entre Gobiernos, era mucho más cruel, terrible, drástico…

      Los inmigrantes climáticos se convirtieron en una plaga para los países en los que los recursos todavía eran «accesibles», se sellaron fronteras, reventadas por avalanchas de personas desesperadas, para, al final, dejar de existir en un mundo donde todos nos convertimos en inmigrantes o mejor llamados, nómadas por la supervivencia.

       Cada uno conocería que no existen los límites cuando la muerte acecha en cada esquina, intentar salvar a las personas amadas se convertiría en una condena a muerte asegurada.

       El agua y cualquier líquido que sirviera para la hidratación corporal, se privatizó, personas con altísimo nivel adquisitivo, lo compraron y embotellaron, para luego venderlo a precios desorbitados o guardarlo en lugares secretos para su supervivencia.

       La inflación