Chiribiquete. Carlos Castaño-Uribe. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Carlos Castaño-Uribe
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789585240032
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parques nacionales. Adicionalmente, en el ámbito de gestión regional se cuenta con 258 áreas protegidas en diferentes categorías y 700 Reservas Naturales de la Sociedad Civil, producto de la generosa iniciativa privada de conservación, complementaria a la iniciativa pública.

      Además de ser la estrategia por excelencia para conservar la naturaleza, las áreas protegidas son escenarios ideales para la educación ambiental, la recreación y el turismo, y son reconocidas por ofrecer a quienes las visitan bienestar y salud física, espiritual y emocional. Ellas ofrecen oportunidades privilegiadas para la investigación científica y hoy sabemos que son indispensables para mitigar los efectos del cambio climático y prevenir los desastres naturales.

      En el sistema de Parques Nacionales de Colombia, cada una de las áreas tiene un valor e importancia propios por lograr representar los más importantes ecosistemas y, en su conjunto, consiguen garantizar la preservación de la naturaleza de este país megadiverso. Empero, entre todos los parques nacionales de Colombia, Chiribiquete sintetiza, como ninguno, este tesoro natural. Su administración y manejo son el mayor reto del equipo de Parques Nacionales para lograr una gestión efectiva.

      Localizado en los departamentos de Caquetá y Guaviare (municipios de Cartagena del Chairá, San Vicente del Caguán y Solano, en Caquetá; y municipio de Calamar, en Guaviare), en el corazón del país, al oeste del Escudo Guyanés, al este de la cordillera de los Andes, al norte de las planicies del Amazonas, al oeste de la región superior del río Negro y al sur de las sabanas del Orinoco, constituye el área protegida más grande de Colombia con una superficie de 4’268.095 hectáreas. Declarado parque nacional en 1989, ha sido ampliado en dos ocasiones. En él se reúnen e interactúan las características de los ecosistemas de estas cuatro regiones biogeográficas con un nivel de conservación excepcional. Chiribiquete es único por su cadena montañosa, que data del Precámbrico y que forma parte del Escudo Guyanés, que es de las más antiguas del planeta y que se levanta en medio de la planicie amazónica.

      En él se combinan variados tipos de vegetación en lo alto de los tepuyes, planicies de inundación, grietas y cavernas. Es también estrella hidrográfica con vegetación y caños de aguas oscuras propias de la selva, cascadas y ríos, que forman un paisaje sin igual, bello y majestuoso.

      Este entorno natural, que se ha preservado durante siglos de evolución y adaptación, tiene una excepcional riqueza biológica pues es refugio de gran cantidad de especies de animales y plantas, algunas de ellas en peligro, de las cuales muchas se han desarrollado con características únicas.

      Ocho expediciones científicas se han hecho a Chiribiquete, integradas por los más importantes científicos de Colombia, expertos en los más variados temas, quienes han hecho inventarios y descubrimientos asombrosos en este parque nacional. Cada vez que llegan a un sitio encuentran especies nuevas para la ciencia, gran cantidad de endemismos propios de Chiribiquete o del Escudo Guyanés o del ecosistema amazónico: hasta la última expedición se encontraron y reportaron 1.801 especies de plantas vasculares, 82 especies de mamíferos, 60 especies de reptiles y 57 especies de anfibios, el jaguar, la danta, el delfín rosado, murciélagos, aves, mariposas y peces. Sabemos que es inmensa la oportunidad de seguir explorando, investigando y conociendo la infinita riqueza natural de este sitio excepcional.

      El Parque Nacional Chiribiquete es único también por ser un testimonio de la milenaria cultura amazónica, ya que tiene el más antiguo y grande complejo pictográfico arqueológico de América. Cincuenta murales hoy descubiertos, que acogen más de 70.000 dibujos con representaciones humanas, plantas y animales en interacción, rituales y costumbres propios de esta región, localizados en los abrigos rocosos, constituyen el arte rupestre más antiguo descubierto hasta ahora en este continente.

      Tal es el tema que desarrolla este magnífico libro, en el cual Carlos Castaño Uribe –quien siendo director de Parques Nacionales lo descubrió, junto con un grupo de expertos, y desde entonces lleva tres décadas estudiándolo incansablemente– consigna los resultados de la perseverancia en su exploración y estudio, así como la firme decisión de alzar la voz para lograr su protección.

      Conocer lo que hay en este extraordinario lugar mostró al Estado colombiano la urgencia de buscar su reconocimiento por parte de la Unesco como un sitio excepcional universal. Para ese efecto, se desarrolló todo el proceso liderado por la Cancillería, el Ministerio de Ambiente, Parques Nacionales de Colombia, el Ministerio de Cultura y el ICANH, junto con científicos de diversas instituciones y universidades, bajo la dirección de Carlos Castaño. Como resultado, en el año 2018 se logró su inclusión en la lista de Patrimonio Mixto, Cultural y Natural de la Humanidad. Es el primero que tiene Colombia en esta categoría y, sin duda, el más extraordinario tesoro de los colombianos y uno de los más importantes del mundo.

      Por todo esto tenemos la gran responsabilidad de protegerlo, de evitar que se altere, que pierda su integridad, que se intervenga y que se malogre su estado prístino. El Estado colombiano, las instituciones y la sociedad debemos unirnos para lograr su protección, que hoy se encuentra en alto riesgo. La deforestación y la ocupación ilegal de la reserva forestal que rodea a Chiribiquete avanzan peligrosamente y pueden llegar a afectar de manera grave el parque nacional. Invito a todos los colombianos a que asumamos su protección como causa propia, como lo hicieron los pueblos indígenas durante siglos, a que todos adoptemos el compromiso de ser, a partir de hoy, los ¡Defensores de Chiribiquete!

      Dedicatoria

      A Cristal y a mis hijos Juan Diego, María José, Ilan y Chloé, porque con su amor, su apoyo incondicional y su paciencia me dieron el tiempo y el espacio para escribir este libro. Pero, en particular, por haber sido parte del entendimiento cómplice de lo que significa la cosmogonía ancestral y el respeto a la sacralidad de Chiribiquete, que hemos compartido durante muchos años. A mi madre por su sensibilidad y su oportuna orientación para respetar y amar la naturaleza, desde siempre.

      CARLOS CASTAÑO-URIBE

      Por los rasgos propios de las formaciones geológicas de carácter arenisco que están sobre el cratón precámbrico, y por la gran cantidad de agua que discurre permanentemente por entre las rocas, se da un fenómeno de disolución y erosión que modela esta superestructura. A lo largo de miles de años, estos fenómenos han labrado gran cantidad de cuevas y generado ríos subterráneos como el de esta imagen. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.

      Muchos de los tepuyes de Chiribiquete reúnen características excepcionales como paredes inusualmente verticales y cimas planas. No obstante, en la zona norte aparecen domos o inselbergs rocosos con formas muy caprichosas, como estos bellos afloramientos rocosos que, desde lo simbológico y lo cultural, tienen además gran significado espiritual. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.

      Las coberturas boscosas correspondientes al bioma selva húmeda de la Amazonia y Orinoquia, y a los distritos biogeográficos Yarí-Mirití (Guyana) y Caguán-Florencia (Amazonia), que presentan un alto nivel de integridad ecológica, están expuestas y depositadas en Chiribiquete sobre las amplias extensiones y planicies selváticas, algunas de las cuales muestran y exponen las masas rocosas, como en el caso del río Macayá, cuyo lecho se constituye en un cauce milenario labrado por acción del agua. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.

      La confluencia de aguas blancas y negras en el Parque es frecuente. La coloración deriva de su origen. Aquí se integran el río Ajaju y el río Negro. Fotografía: Jorge Mario Álvarez Arango.

      Introducción

      Tuve que eliminar conocimiento para hacerle espacio a la creencia.

      KANT