Orígenes y expresiones de la religiosidad en México. María Teresa Jarquín Ortega. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: María Teresa Jarquín Ortega
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786078509720
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de acción de gracias, arrancándole el corazón en vida, y mojando en la sangre del corazón un papel tan grande como una mano, el cual le pegaban; y según la cuenta que los indios tienen, había ya la sangre de 80 mil cautivos cuando los españoles lo encontraron” (Tena, 2002: 131).

      8 Corroborando la idea de que el Cerro de la Estrella fue escenario desde tiempos novohispanos para la celebración de la Pasión de Cristo, el cura y vicario Navarro de Vargas señala, en su escrito del “Padrón del Pueblo de San Mateo Huitzilopochco” de 1728, que la tercera iglesia construida hacia la “Santissima Trinidad” localizada en el lugar nombrado San Juan Theocolhuacan o Heicolhuacan, en lo “ultimo de la feligresía fundado”, y perteneciente a la jurisdicción del “Barrio de el Calvario Thegpantzolco, Nuevo” [entre avenida Tláhuac y Taxqueña], funcionó como un “monte Calvario donde remata el Via Crusis los Viernes de quaresma que se handa por las calles, y acabada se vuelve a la parroquia [antigua y principal del pueblo que llaman Theopantzolco, en Churubusco]” (Navarro, 1909: 582).

      9 Dentro del padrón del pueblo de Churubusco se menciona el día en que se terminó de construir la actual iglesia de Colhuacan, en la calle “Morelos”. El día 2 de mayo de 1731 fue cuando “se serro el Arco toral y el día seis de Agosto, día de la transfiguración del Señor, se serro la bóveda del Presbiterio”, fecha que coincide con la celebración a San Salvador o la Transfiguración, en el pueblo de Colhuacan (Navarro, 1909: 593).

      10 En un expediente de idolatría llevado a cabo por la Inquisición en el año de 1539 se corrobora lo delicado que era abrir un relicario o un envoltorio sagrado, al grado de que quien lo desatara “moriría” (cit. en León, 1997: 119).

      11 En el 2016 me enteré de que “hace tiempo” (cuatro o cinco años aproximadamente), al Señor del Calvario le tomaron “unas radiografías” los restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En el 2017 me enteré, por un habitante del barrio de San Simón, en la fiesta de la Santísima Trinidad, que autoridades del inah habían tenido pláticas con los encargados de la imagen respecto a su deterioro y estaban a la espera del dictamen para saber si podía seguir saliendo en procesión y “visitas”. El lunes 18 de marzo se llevó a cabo otra reunión con los restauradores del inah para llevar a cabo las acciones pertinentes.

      12 Por ejemplo, en los Primeros memoriales de Sahagún (en Tena, 2012: 87-115) Quetzalcóatl llevaba el rostro y el cuerpo teñidos de negro ( mixtlilmacaticac muchi yn inacayo), a Ixtlilton le pintaban el rostro de negro ( mixtlilmacaticac), Ixcozauhqui tenía los labios abultados con hule de color negro ( mote-nunlcopinticac).

      13 Originalmente la parroquia de la cabecera, en la calle Morelos, estaba dedicada a Santiago Apóstol y poco después se dedicó a san Juan Evangelista, mientras que en el convento se veneraba a san Matías. El convento fue una obra iniciada por los agustinos; aunque tiempo atrás ya habían llegado los franciscanos, en la década de 1530 o antes, en 1519, durante la primera visita de Cortés a la capital de México. Por ello resulta probable que la capilla hecha en una cueva, donde la tradición oral dice que se apareció el Señor del Calvario, haya sido acondicionada por la primera orden mendicante que llegó a América, ya que se existe ahí una columna de piedra que data del siglo xvi.

      14 En el Códice Florentino (libro xii, f. 18r) existe una pictografía en la que se muestra el momento en que Moctezuma ordenó ocultar algunos bultos sagrados, sin mostrar ningún antropónimo que refiera a un tal Axayácatl. En realidad, Axayácatl, sexto tlatoani mexica, fue el padre de Moctezuma Xocoyotzin y Cuitláhuac.

      15 Algunas imágenes del libro xii del Códice Florentino, que tratan sobre la conquista de México, ya han sido trabajadas por Diana Magaloni, Pablo Escalante, Patrick Johansson y Kevin Terraciano. Aquí proponemos una interpretación de las mismas, comparando algunas imágenes de la muerte de Moctezuma II —del Códice Florentino— con los pasajes bíblicos que conocemos sobre la Pasión de Cristo y estable-ciendo sus analogías.

      16 Se dice que cuando estaba “la guerra” en la plaza de México, ya muerto “Montezuma”, el señor de Tacuba llamado Tetlepanquetzcaci subió a la cima del Cu de Huitzilopochtli con su espejo —grande y redondo, llamado nahualtezcatl— y llevó a cabo una “ceremonia” en la que “el espejo se oscureció”, determinando que habían de perder la batalla (González, 1912: 182).

      17 Libro xii, f. 36v.

      18 Idem.

      19 Libro xii, f. 40v.

      20 Ixtlilxóchitl (1977: 49) narra que Nezahualcóyotl, después de hacer algún principal “apóstrofe y parlamento al cuerpo de su rey y señor, lo comenzó a amortajar […]. En la parte más acomodada que vieron, aderezaron lo mejor que pudieron un estrado y asiento real, en donde pusieron el cuerpo del gran Ixtlilxóchitl. Y aquella noche estuvieron con él hasta que otro día al amanecer, lo quemaron, que fue en el [día] que llaman: matlactli ocelotl. Y sus cenizas las guardaron hasta que fuese tiempo de colocarlas en el lugar conveniente a su persona y calidad”.

      21 Códice Tudela, f. 55v.

      22 Libro xii, f. 40r.

      23 Códice Tudela, f. 55r.

      24 En los Testamentos de Culhuacán se hace referencia a los parientes de Moctezuma en el señorío, como doña Juana de Moctezuma quien tuvo dos hijas: doña Luisa Isabel y doña María de Moctezuma. Otro miembro de la familia que vivió en Colhuacan fue don Diego de Moctezuma, hermano del gobernante azteca (Cline, 1986: 10 y 118).

      25 Libro xii, f. 41r.

      26 Libro xii, fs. 22r-22v.

      27 En algunas festividades sacan en procesión la réplica de la imagen del Señor del Calvario, llamada “Señor de la Canoíta”, ya que es llevada sobre una “chalupa” o “trajinera” por las calles del pueblo.

      28 Hay que mencionar que los colores en el mundo mesoamericano estaban en relación con los rumbos cósmicos. Las esculturas crísticas que se han encontrado alrededor del Cerro de la Estrella podrían tener, cada una, su color particular: el Señor de la Cuevita es blanco, el Señor del Calvario es negro, el señor de Santa Marta Acatitla es “amarillo” y el Señor de las Misericordias de San Lorenzo Tezonco es de color “rojo” por tanta sangre.

      29 Anales de Tlatelolco, paleografía y traducción de Rafael Tena, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2004, pp. 62-65.

      Un ejemplo de religiosidad barroca, el culto al Cristo de Chalma, siglo xvii1

      Gerardo González Reyes* Magdalena Pacheco Régules* Rosa María Camacho Quiroz*

      Quien ha visitado el Santo Christo de Chalma con Fe, y devoción, que no haya experimentado en su alma, deseos de servir de al i adelante a aquel Señor, cuya devota imagen represente vivamente lo que obró, y padecio, porque le sirvamos? Que no haya recibido luzes interiores de su entendimiento, para conocer con más viveza las verdades eternas, los engaños del mundo, y las mentiras y apariencias fantásticas de todo lo que no es Dios? [sic].

      Francisco de Florencia (1689: 24).

       Introducción

      Comenzaremos esta comunicación destacando el peso de la tradición y la religiosidad como elementos integradores de la dinámica regional y la formación de las identidades colectivas; en este marco discursivo tratamos de examinar cómo el portento verificado en el temprano siglo xvi en la localidad de Chalma logró un lugar relevante entre las devociones novohispanas de finales del siglo xvii. En esta investigación nos limitamos exclusivamente

       a dar cuenta de algunas situaciones