Nuevas voces de política exterior. Cristóbal Bywaters C.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Cristóbal Bywaters C.
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789562892292
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adjetivo emprendedor, que en el ethos neoliberal se asocia al individuo meritocrático en el ámbito de los negocios, esta aproximación diplomática no se corresponde con la idea de un “llanero solitario” o un país fenicio sin pertenencia regional. Junto con las capacidades particulares del Estado en cuestión, el enfoque emprendedor descansa tanto sobre formas de poder intrínseco al Estado como sobre formas de poder colectivo y derivativo 84 con otros actores del sistema internacional, ya sea a través de coaliciones ad-hoc o mecanismos más formales de cooperación e integración. En este sentido, lejos de ser excluyente, la diplomacia emprendedora tiene el potencial de servir de instrumento para la reafirmación del compromiso y pertenencia chilena en América Latina, por medio del desarrollo de iniciativas asociativas con la región y nuestros vecinos.85

      A fin de ser exitosa, la puesta en marcha de una diplomacia emprendedora requerirá a lo menos tres adaptaciones institucionales. En primer lugar, implica la adopción deliberada de una estrategia diplomática de nicho.86 La diplomacia de nicho consiste en la concentración de capacidades diplomáticas altamente especializadas en áreas temáticamente delimitadas en las cuales el país cuenta, por sus atributos y/o experiencia histórica, con intereses y ventajas particulares. El cultivo de nichos diplomáticos requiere de una decisión política que asigne los recursos necesarios para el desarrollo de capacidades diplomáticas, técnicas y administrativas que, por su nivel de especialización, son también de nicho. No es que la política exterior chilena no haya, a la fecha, cultivado este tipo de diplomacia. Como se ha sugerido anteriormente, el ejemplo más claro de diplomacia de nicho ha sido la política comercial. Si bien los acuerdos comerciales constituyen uno de los elementos más representativos del ciclo extensivo de desarrollo neoliberal,87 en su negociación la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (hoy Subsecretaría) adquirió niveles de experticia tales que, en las postrimerías del ciclo post-dictatorial, logró incluso impulsar y liderar la iniciativa que rescató y modificó el tpp tras la salida de Estados Unidos. Este caso destaca como un ejemplo de los evidentes beneficios del cultivo persistente de nichos diplomáticos.

      Una segunda adecuación para una diplomacia emprendedora es la introducción y desarrollo de capacidades sustantivas de planificación estratégica en el diseño de corto, mediano y largo plazo de la política exterior —una herramienta de primera necesidad para un país pequeño con grandes ambiciones y crecientes responsabilidades internacionales como Chile.88 Para que la diplomacia chilena se posicione de manera sostenible, responsable y consistente, a la vanguardia internacional en nichos tales como el cambio climático, la igualdad de género y la gobernanza de los actores globales digitales,89 es necesario que la planificación de la política exterior se haga de manera coordinada con otras agencias y niveles del Estado, potenciando la diplomacia subestatal, por ejemplo.

      En consonancia con la situación general del Estado chileno, persiste dentro de la Cancillería y entre las élites dirigentes un notable déficit de reflexión político-estratégica tanto sobre el modelo de desarrollo económico, como respecto al lugar que el país aspira a ocupar en el mundo y los medios necesarios para ello. Se trata de una de las principales limitaciones del proceso de internacionalización de las últimas décadas.90 Ello no es de extrañar. La política exterior post-dictatorial tuvo lugar en un contexto internacional de generalizado escepticismo respecto del rol del Estado y de relativa desatención al medio externo en que este se desenvuelve. El componente estratégico de las políticas exteriores, por consiguiente, tendió a caer en la irrelevancia. En el contexto de la hegemonía neoliberal ha bastado con dejarse llevar por las “inexorables fuerzas de la globalización”.91 Ubicada en las antípodas del neoliberalismo, la planificación estratégica fue desplazada por la primacía de la lógica cortoplacista de la competitividad económica que ha reconstituido el rol de los Estados en la era contemporánea.92 Estos factores, sumados a las fuerzas inerciales propias de las políticas exteriores93 y la extendida percepción de éxito de la inserción internacional del país, contribuyeron a que la reflexión estratégica fuera visualizada como innecesaria y/o potencialmente costosa.

      Contrario a lo que podría asumirse, la planificación estratégica no rigidiza la política exterior, sino que tiene el potencial de hacerla más flexible, creativa y eficaz. Además de ser de utilidad para el cultivo de nichos temáticos, puede ser de especial ayuda para dar proyección e innovación a nuestras relaciones vecinales. En cualquier caso, la planificación estratégica permitirá, a lo menos, identificar la posición que el país aspira a alcanzar; generar las condiciones para asegurar una vinculación funcional entre política interna y externa; e identificar los requerimientos para maximizar los recursos de poder existentes. A partir de estos factores se podría construir una proyección internacional con amplio apoyo de la sociedad.

      Finalmente, una diplomacia emprendedora requerirá adecuar las instituciones gubernamentales que ejecutan la política exterior. A nivel central, la Cancillería debe resignarse a la pérdida del monopolio de la política exterior y fortalecer su vinculación estratégica con otros organismos estatales que poseen agendas internacionales relativamente autónomas, como los ministerios de Medio Ambiente, Energía y de Obras Públicas. A nivel regional y local, es necesario contar con una diplomacia subestatal más efectiva y basada en estrategias de desarrollo regional más robustas.94 Una mayor coordinación y planificación conjunta del nivel central y regional es un componente básico para la integración de políticas internas y externas propia de la diplomacia emprendedora. Se debe, además, impulsar un nuevo modelo organizacional para el Servicio Exterior chileno que ponga en valor la competencia y experiencia profesional, la diversidad y la equidad, la formación académica permanente y el pensamiento crítico y creativo.95 La carrera funcionaria debe promover y facilitar la especialización de sus diplomáticos, en lugar de desincentivarla como en la actualidad,96 así como fomentar su formación transprofesional, a fin de adecuarse apropiadamente a los nuevos contextos digitales de la diplomacia pública.97

      El libro

      Nuevas voces de política exterior se propone contribuir a la reducción de tres brechas que caracterizan el campo de las relaciones internacionales del país, en general, y el área de la política exterior, en particular. Una primera brecha es de tipo generacional. La forma en que convencionalmente se ha pensado, formulado e implementado la política exterior contemporánea ha respondido, en parte importante, al trabajo intelectual y político de una destacada generación de internacionalistas que, desde distintas posiciones, ha tenido a su cargo la conducción de las relaciones exteriores del país durante las últimas décadas. En su rol de oposición a la dictadura en la década de los 80, dicha generación jugó un rol importante en la definición de las bases de la política exterior para cuando el régimen democrático fuese reestablecido. Una vez que ello ocurrió, buena parte de sus integrantes pasó a ocupar importantes roles de conducción de las relaciones exteriores y diplomáticas y muchas de las ideas programáticas se convirtieron en política pública. La notable influencia de esta generación ha tenido como externalidad negativa una limitada renovación de los cuadros políticos e intelectuales de la política exterior. Eso explica las motivaciones para convocar, en este volumen, a destacados representantes de nuevas generaciones de internacionalistas.

      En segundo lugar, este volumen también busca aportar a la reducción de la brecha de género que caracteriza a la política exterior. Por ello, en su diseño, la paridad de género fue un criterio básico e irrenunciable desde el comienzo. La política internacional ha sido tradicionalmente considerada como un ámbito de la vida social reservado, por una supuesta idoneidad, al género masculino. Así como en el resto del mundo, en Chile son pocas las mujeres que han logrado acceder a posiciones de poder en el área. A modo de ejemplo, al día de hoy solo dos mujeres han ocupado los cargos de ministra y subsecretaria de Relaciones Exteriores. La situación no es muy distinta al interior del Servicio Exterior: pese a algunos avances en el ingreso a la carrera diplomática desde el retorno a la democracia, este continúa siendo desproporcionadamente dominado por hombres, así como por barreras institucionales que ponen a las mujeres en una situación de desventaja estructural en el desarrollo de sus carreras. ¡Ni hablar de cuántas diplomáticas de carrera han alcanzado el rango de embajadora! Más allá del Edificio Carrera, el debate público en estas materias continúa siendo dominado por hombres, tanto en los medios de comunicación como en las comisiones de relaciones exteriores del Congreso Nacional.