Conflicto armado en Siria. Janiel Melamed Visbal. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Janiel Melamed Visbal
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587892659
Скачать книгу
militares de alto grado, sobresalientes y condecorados generales que se habían destacado al fragor de la batalla durante la Primera Guerra Mundial.

      El talante militar del gobierno francés en Siria, demostraba la falta de favorabilidad para promover una pronta independencia en el país. Mas aun, cuando desde el poder colonial se obstaculizaba la realización de elecciones para conformar una Asamblea Constituyente. Esto, aun cuando la temprana y necesaria realización de estas elecciones a mas tardar en 1923, había quedado estipulada en el mandato otorgado por la Sociedad de Naciones. Finalmente, estas elecciones solo se realizaron cuando la gravedad de las revueltas populares así lo condicionaron.

      Tal como es ilustrado por Provence (2008), cuando finalmente se realizaron estas elecciones, los resultados favorecieron a políticos de corte nacionalista que promovieron la inclusión en el texto constitucional de artículos controversiales que permitían a la Asamblea Constituyente, por ejemplo, la concesión de indultos, formar un ejército e incluso declarar estados de emergencia sin la autorización francesa o su consulta previa. Sin embargo, el mando francés había presionado para la inclusión de un artículo que les permitía la prerrogativa de suspender la aplicación de cualquiera de estas disposiciones, prerrogativa que efectivamente fue usada al día siguiente de ser aprobado el texto final de la Constitución en 1930, dejándola así sin posibilidad alguna de implementación.

      Por ello, de acuerdo con Saouli (2014), a partir de este momento prácticamente todos los intentos de independencia nacional y reformas sociopolíticas en favor de la autodeterminación y la soberanía siria fueron reprimidos brutalmente por Francia, que habría de mantener intacto este contexto de control colonial desde 1920 hasta 1945. Es decir, hasta el eventual final de la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento de un nuevo orden global liderado por Estados Unidos y la URSS. Para contextualizar, es importante considerar que la cruenta dinámica de la Segunda Guerra Mundial había ocasionado la evidente debilidad resultante tanto para Francia como para Gran Bretaña y proporcionaría finalmente una circunstancia favorable para la independencia de la mayoría de sus colonias, incluyendo Siria. El país obtendría por fin su independencia política en 1946, tras un periodo de colonización relativamente corto si lo comparamos con las notables y prolongadas experiencias coloniales europeas en África y Suramérica.

      Por lo tanto, al igual que otros actores estatales de la región, el diseño e invención de la Siria moderna estuvo basado en los acuerdos políticos realizados entre franceses y británicos sobre los territorios del Imperio otomano para la consolidación de sus intereses coloniales y no en realidades históricas, geográficas o culturales (Robinson, 2012). Esta circunstancia determinó la fundamentación de un Estado sirio sobre fronteras territoriales absolutamente artificiales y arbitrarias, las cuales encapsularon a diversos grupos étnicos y religiosos, entre los cuales destacan musulmanes suníes, alauitas, kurdos, drusos y cristianos, muchos de ellos con graves antecedentes de rivalidad y conflictividad.

      Casi un siglo después, muchas de las motivaciones alrededor de algunos de los conflictos que se desarrollan sobre este territorio en parte reclaman la cohesión y unidad árabe, fracturada a partir de la creación de estos países inventados y la consolidación en el poder de regímenes dictatoriales (Gil, James y Lorca, 2012). Por ello, se logra comprender la manera como, luego de su independencia, el país confrontó una dura realidad caracterizada por la imperante crisis de gobernabilidad, producto de la debilidad estatal en materia de control y presencia efectiva sobre el territorio, por una parte, y debido a profundas diferencias sociales y económicas entre las zonas urbanas y las rurales, por la otra. Esta circunstancia nos lleva a otro común denominador de la realidad política en Siria con distintos actores regionales, el gran número de golpes de Estado sufridos desde su independencia política de Francia el 17 de abril de 1946 y la consolidación en el poder de Hafez al-Assad como uno de los personajes dictatoriales más emblemáticos de la región16.

      Cuando Hafez al-Assad obtuvo el poder, Siria dejó atrás ese lastre característico de gobiernos débiles y propensos a ser frecuentemente depuestos por fuerzas opositoras. Bajo su dirección, el país se adoptó a un régimen autocrático, con altos niveles de resiliencia y estabilidad durante sus 30 años de mandato. Sin embargo, al pasar el legado de poder a su hijo Bashar al-Assad, estas circunstancias de estabilidad ya no pudieron ser garantizadas (Bar, 2006). Se puede incluso pensar que cuando Bashar al-Assad asumió el liderazgo del país no estaba preparado para el ejercicio del poder, pues quien realmente había sido designado para reemplazar a Hafez al-Assad era Bassel al-Assad, el primogénito del dictador y hermano mayor de Bashar.

      Mientras Bassel al-Assad había sido formado a la imagen y semejanza de su padre, contaba con una larga y prestigiosa carrera militar, y era además miembro de las fuerzas especiales del Ejército en Siria, su her mano Bashar al-Assad había sido una figura mucho más introvertida que estudió medicina en la Universidad de Damasco para después especializarse en oftalmología, trabajar en el hospital militar sirio y luego irse a vivir a Londres para una pasantía de entrenamiento en el Western Eye Hospital.

      Inesperadamente, Bassel al-Assad murió en un accidente automovilístico a las afueras de Damasco en 1994, dejando un vacío que debía ser llenado rápidamente y que ocasionó el improvisado retorno de su hermano Bashar a Siria. La tarea del régimen frente a estas circunstancias excepcionales era compleja. Consistía en convertir de manera express a Bashar al-Assad en un próximo dictador en ejercicio, debido a los acumulados problemas de salud de su padre, quien sabía que estaban contra el tiempo para asegurar una tranquila transición de poder en su ausencia (Hof y Simon, 2013).

      Para este momento, en aras de asegurar este tipo de sucesión propia de un inusual modelo de monarquía republicana, Bashar inició apresuradamente tanto su entrenamiento militar como su inducción al complejo mundo de toma de decisiones políticas a la sombra de su padre. Finalmente, Hafez al-Assad moriría en junio del año 2000 y su hijo Bashar asumiría el control del país con tan solo 35 años de edad.

      Este proceso de transformación extrema es detallado de manera clara por Hemmer (2003). El autor lo describe en los siguientes términos:

      A los pocos días de la muerte de su padre, Bashar rápidamente asumió posiciones de liderazgo en 3 de las más importantes instituciones formales de gobierno en Siria: las fuerzas armadas, el Partido Baaz y el Gobierno central [...] A su regreso a casa Bashar era un capitán, al año fue ascendido a mayor, al año siguiente a teniente coronel, en el año 2000 a coronel y luego de la muerte de su padre a general de tres estrellas y Comandante en jefe de las fuerzas armadas. [...] Adicionalmente, fue seleccionado para reemplazar a su padre como secretario general del Partido Baaz. Al mismo tiempo, el Parlamento sirio modificó la Constitución del país para rebajar la edad mínima para ejercer la Presidencia de 40 a 34, en una conveniente y oportuna buena fortuna, pues resultaba ser la edad que tenía Bashar en aquel momento. El Comando regional del Partido Baaz posteriormente nominó a Bashar a la presidencia, siendo secundada por el Parlamento. Un mes después de la muerte de su padre, el pueblo sirio hizo lo suyo en el referéndum presidencial en el cual se aprobó la nominación de Bashar [...] Mientras alguno podría considerar el resultado con 97.29 % de los votos a favor como un hecho emblemático, representa una precipitosa caída del 99.98 % obtenido por Hafez en su anterior nominación presidencial. (pp. 222-223) (Traducción propia)

      Por supuesto, este acelerado proceso de preparación política y militar ha sido desde entonces objeto de múltiples críticas. Muchos detractores de Bashar al-Assad veían en el nuevo liderazgo de Siria a un dirigente joven, inseguro e inexperto. Me explico: Hafez al-Assad era identificado al mismo tiempo como un líder político astuto y un sagaz comandante militar con un profundo sentido de la estrategia y la historia. Sus cualidades dentro y fuera del campo de batalla eran asociadas a una enorme capacidad de gestión, en donde no se dejaba absolutamente nada al azar ni a la improvisación, pues antes de tomar cualquier decisión calculaba profundamente sus repercusiones y requerimientos a largo plazo. Por el contrario, el gobierno de Bashar se caracterizaba por la toma de decisiones de manera impulsiva, y adolecía de la adecuada valoración y preparación para sus repercusiones inmediatas y futuras (Bar, 2006).

       ESTADOS