Francisco de Asís. Raniero Cantalamessa. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Raniero Cantalamessa
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788428835039
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      PRESENTACIÓN

      Este libro contiene un ensayo sobre Francisco de Asís como genio religioso y diversos escritos más breves sobre aspectos particulares de la santidad del Poverello. El primero nació en el contexto de una investigación a nivel internacional sobre los genios religiosos de la humanidad; los segundos han tenido un origen oral, a menudo ocasional. De ahí la diferencia de extensión y estilo de las dos partes.

      Durante las últimas cuatro décadas de mi vida, es decir, desde que me he dedicado a tiempo completo a la predicación, he tenido varias ocasiones de escribir o hablar de mi seráfico padre san Francisco. No fui yo quien eligió en el despacho los temas y los títulos de mis intervenciones. Me fueron propuestos –y a veces impuestos– por circunstancias particulares, empezando por el VIII centenario del nacimiento del Santo, en 1982, hasta la subida a la sede pontificia del cardenal Bergoglio, que, por primera vez en la historia, ha elegido llamarse con el nombre del Poverello de Asís.

      Mi primera predicación de Adviento a la Casa Pontificia, tenida en su presencia en el año 2013, tuvo como tema la figura y la misión de Francisco de Asís. Pretendía ser un signo de gratitud de la familia seráfica al papa por la elección del nombre y un estímulo en el propósito que él manifestó en el momento de la elección de llevar al corazón de la Iglesia algo del espíritu del Poverello. No sabía entonces lo que en los años siguientes superaría, en esto, nuestras expectativas y las del mundo entero. Dos de las meditaciones pronunciadas en aquella ocasión se han insertado en esta colección.

      Un conocido teórico de la comunicación social, Marshall McLuhan, acuñó el eslogan «El medio es el mensaje». Con ello quería decir –o al menos hoy se quiere decir– que el medio de transmisión de una noticia o de una historia –por vía oral, mediante escritura, impresión, Internet, etc.– influye en su contenido, determinando su interpretación y destino. Yo creo que se puede decir con la misma verdad que «el lugar es el mensaje», y también que «el tiempo es el mensaje»; en otras palabras, que la circunstancia en la que se trata un tema y el público ante el que se trata ayudan a captar, del tema mismo, diferentes aspectos y a veces antes desconocidos. Yo he hecho la experiencia de esto en persona a propósito de mi comprensión de Francisco.

      Todos estos hechos me han empujado a reunir las diferentes intervenciones en un volumen. He conservado el orden cronológico en el que nacieron, también porque refleja mi personal camino de profundización de la figura y del mensaje de Francisco a lo largo de los años. Deliberadamente, no he querido eliminar alguna repetición, porque esto, creo, sirve para hacer resaltar ciertos rasgos esenciales de la personalidad del Santo que emergen desde cualquier ángulo que se la observe.

      Espero que resulte suficientemente claro que el centro focal de todo no es Francisco de Asís, sino quien ha llenado su vida y de quien él fue un icono viviente, Jesucristo. No sabría, en caso contrario, cómo hacerme perdonar por Francisco el haber osado añadir un enésimo título a la inmensa bibliografía sobre él. «El siervo de Dios –solía decir Francisco– es como una tablilla de madera sobre la cual el pintor ha pintado una imagen espléndida. Nadie atribuye a la madera la gloria de la imagen, sino que toda alabanza se dirige al artista que la ha pintado en ella» (Leyenda de Perusa 104).

      1

      FRANCISCO DE ASÍS, «GENIO RELIGIOSO»

      La investigación sobre los genios religiosos de la humanidad

      El 16 de noviembre de 1972, la UNESCO, la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Cultura, firmó la Convención sobre lo que debe ser considerado «Patrimonio de la humanidad» (en inglés, World Heritage). La lista de los sitios y de otras realidades comprendidas en la categoría ha llegado por el momento a la cifra de 1.052, repartidos en 165 Estados del mundo, pero está en continuo aumento. El estudioso judío Alon Goshen-Gottstein, fundador del Instituto Elías para el Diálogo entre las Creencias, con sede en Jerusalén (The Elijah Interfaith Institute), tuvo la intuición de extender la categoría de «Patrimonio de la humanidad» desde los lugares y los artefactos humanos a las personas, es decir, a los hombres y mujeres que han dejado una huella indeleble en la historia religiosa de la humanidad, aplicándoles la categoría de «genio religioso».

      El concepto de «genio religioso» no nace hoy. El gran estudioso de la psicología William James lo había empleado ampliamente en sus investigaciones, pero con un interés exclusivamente científico, para definir la personalidad del sujeto mismo y sus posibles componentes patológicos 1. El tema fue debatido también en otro ámbito más pertinente a la religión. En el mismo año de la convención de la UNESCO –1972–, el hombre de negocios y filántropo Sir John Templeton (1912-2008) instituyó un premio anual destinado al sector de la religión y del espíritu, que podemos considerar como un suplemento al Premio Nobel de la Paz.

      El premio, se lee en la web de la Templeton Foundation, pretende honrar a personas vivas que han contribuido de forma excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida a través de intuiciones, descubrimientos u obras prácticas. El premio tiende a identificar a «empresarios del espíritu», es decir, individuos superiores que han dedicado sus talentos a dilatar la visión de la razón de ser del ser humano y de la realidad última. El premio no está reservado a una particular tradición o idea de Dios, sino que se propone más bien promover el progreso en el esfuerzo humano de comprender las diversas manifestaciones de lo divino.

      El premio ha sido concedido a filósofos, teólogos, miembros del clero, filántropos, reformadores, fundadores de nuevas Órdenes religiosas, movimientos sociales o científicos, incluidas las investigaciones sobre el origen del universo. La lista de los premiados desde 1973 hasta hoy muestra la variedad de intereses tomados en consideración, y ni siquiera excluye a ateos o agnósticos. Entre las atribuciones más vinculadas al factor religioso y más familiares a los cristianos se debe enumerar a la Madre Teresa de Calcuta –la primera premiada, en 1973–, al Hermano Roger Schutz, fundador de Taizé, a Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, al cardenal Leo Suenens y a Jean Vanier (2015). El premio del año 2016 fue concedido a Rabbi Lord Jonathan Sacks, antiguo rabino jefe de las congregaciones judías reunidas de la Commonwealth.

      El proyecto del Instituto Elías para el diálogo entre las creencias se inscribe en este proyecto, pero con importantes novedades que constituyen una iniciativa nueva y pionera. Ante todo, el campo no se limita a personalidades vivas –como sucede también en el Premio Nobel–, sino que abarca toda la historia de la humanidad. Más aún, por su naturaleza, tiende a excluir a los vivos, en los que no está garantizada una cualidad esencial del genio religioso, que es la de la duración en el tiempo y la confirmación de la historia. En segundo lugar, el factor religioso se toma aquí en un sentido mucho más preciso y restringido; el adjetivo «religioso» no es menos importante que el sustantivo «genio».

      Sin embargo, me parece que es otra la mayor novedad. En este nuevo proyecto no se trata simplemente de identificar personalidades merecedoras de reconocimiento en el marco de los valores del espíritu, sino de valorar lo que en ellas puede ser visto como «patrimonio de toda la humanidad», o al menos de todas las religiones. Es un paso adelante también dentro del diálogo entre las religiones, iniciado, en los católicos, por el decreto Nostra aetate, del Concilio Vaticano II. Desde el simple conocimiento y estima recíproca se propone pasar a la recíproca edificación y al mutuo enriquecimiento. En otras palabras, el diálogo interreligioso es visto no solo como vía para descubrir los valores presentes en otras creencias, sino también como un medio para comprender mejor las virtualidades presentes en la propia.

      El nuevo proyecto que ve comprometidos a representantes y estudiosos de varias religiones se ha concretado hasta ahora en una investigación de amplio alcance. En ella, Alon Goshen-Gottstein, principal promotor del proyecto, hace la historia de la categoría de genio religioso, destaca las semejanzas y las diferencias respecto a la de santo, sabio y mártir, y sobre todo propone una serie de criterios con los que identificar quién responde a los requisitos para ser definido como tal. Identifica seis «requisitos fundamentales» que deberían estar presentes para poder hablar de genio religioso: amor, pureza (entendida en el sentido del proceso de purificación necesario en el ser humano para sacar la perfección),