Belén quedo preñada de Kshamenk y su cría recién nacida muere en 1998. Belén muere el 4 de febrero del año 2000 con cuatro meses de preñez. Durante doce años realizó espectáculos para ganar su comida, tal como hacían los esclavos.
El 17 de noviembre de 1992 personal del acuario localiza al menos cinco orcas que según dicen estaban varadas y en vez de poner sus conocimientos y esfuerzos para devolverlas al mar, capturan uno de los ejemplares que muere durante el traslado. Intentan lo mismo con un segundo ejemplar que tiene una dudosa muerte en la pileta del acuario, dos días después. Por consiguiente llevan a cabo un tercer intento trasladando a un macho que desde entonces permanece cautivo. No conozco que sucedió con el resto del grupo, que supuestamente regresaron al mar. Kshamenk es en la actualidad es el único sobreviviente, pero seguramente le espera el mismo destino de sus predecesores.
Si sumamos la muerte de Milagro, Belén, su cría muerta al nacer y la que estaba gestando cuando ella muere y los dos ejemplares muertos durante el intento de captura antes descripto, tenemos que el único acuario de Argentina que tiene orcas en cautiverio tiene la triste estadística de seis orcas muertas.
En Argentina, hasta el momento las únicas orcas rescatadas de un varamiento que fueron devueltas al mar, son tres ejemplares varados en Península Valdés. Tengo conocimiento que solo una hembra de orca fue regresada al mar por el acuario, me queda la duda si fue un acto compasivo o porque se trataba de un ejemplar con un tamaño poco apto para el cautiverio, enfermo o porque personal de la Prefectura Naval Argentina se encontraba en el lugar, además de testigos de un rally 4x4 de quienes tengo la filmación de las acciones.
En USA se estima que el 70% de las ganancias económicas del Sea Word es por la presencia de orcas. Creo que no quedan dudas de las causas por las cuales las orcas “rescatadas” y llevadas al acuario nunca fueron dejadas nuevamente en libertad.
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IDENTIDADES Y PREHISTORIA
“Precisamos tener un concepto de los animales nuevo, más sabio y, quizá, también más místico...No son nuestros hermanos, ni nuestros criados; son otra raza, atrapada junto a nosotros en la red de la vida”
Henry Beston
A diferencia de la mayor parte de los delfines, las orcas tienen un cuerpo muy robusto. Los grandes machos pueden medir más de 9,5 metros y pesar más de ocho toneladas, mientras que las hembras superan los seis metros y pesan más de cinco toneladas. Los cachorros nacen con aproximadamente 1,80 a 2,50 metros de longitud y unos 180 kilos.
Las hembras alcanzan la madurez sexual a partir de los catorce años, cuando llegan a una longitud de aproximadamente 4,6 a 5,4 metros; los machos, a los quince años, cuando tienen una longitud aproximada de 5,2 a 6,2 metros, si bien alcanzarían la madurez social entre los veintiuno y veinticinco años de edad. Los ciclos reproductivos varían entre poblaciones: en el Atlántico Noreste ocurre desde fines del otoño hasta mediados del invierno; en Patagonia se observaron crías entre los meses de febrero y abril y en noviembre y diciembre.
La gestación dura entre doce y dieciséis meses. Como tiene un cachorro cada cinco a diez años, la hembra llega a cuatro o cinco pariciones a lo largo de sus veinticinco años de vida reproductiva. Parece que nace la misma cantidad de machos que de hembras; la mortalidad neonatal se ubica en un 43 por ciento.
La cría es amamantada durante un año y puede depender de la lactancia durante al menos dos años. El destete se produce cuando el cachorro mide unos 4,3 metros de longitud. Durante el amamantamiento el cachorro no chupa el pezón de la madre: la leche sale expulsada en forma de chorro a su boca. Solo debe envolver el pezón con la lengua en forma de tubo, para evitar que la leche se desperdicie en el mar.
Las hembras en libertad viven unos cincuenta años, con una longevidad máxima de ochenta; la expectativa de vida de los machos es de aproximadamente veintinueve años, con una longevidad máxima de sesenta años. En cautiverio, salvo raras excepciones, el promedio desciende a cinco o diez años.
Los machos adultos se distinguen por la aleta dorsal triangular –alta y recta, sin soporte óseo– ubicada ligeramente antes de la mitad del dorso. El animal la utiliza para su estabilidad cuando desarrolla grandes velocidades; también en su balance corporal cuando ataca. Llega a medir hasta dos metros de altura (entre el 10 y el 15 por ciento de su largo corporal) y la mitad en las hembras, que la tienen curvada hacia atrás. Los cachorros y los machos jóvenes también tienen la aleta dorsal levemente curvada hacia atrás, lo cual genera confusión para identificar el sexo. Con la edad, aumenta en tamaño absoluto y relativo: más alta que ancha en machos viejos, esta aleta crece de modo notable a partir de los diez años. En algunos ejemplares viejos la punta se enrolla; también pueden aparecer inclinaciones hacia delante o desviaciones en toda su longitud.
Las aletas pectorales –ubicadas a ambos lados del cuerpo, más cerca del hocico que de la aleta caudal– son muy largas, anchas y redondeadas. Conservan los huesos de los miembros anteriores (igual que una mano) y en los machos adultos llegan a medir hasta dos metros de longitud por 90 centímetros de ancho; las de las hembras son hasta dos veces más pequeñas.
La fibrosa aleta caudal (generalmente llamada cola) se halla en posición horizontal, carece de soporte óseo y puede superar los 2,70 metros de ancho. Junto con los fuertes músculos del pedúnculo caudal, le permite a la orca impulsarse a velocidades de más de cincuenta kilómetros por hora. Esta aleta tiene una pronunciada hendidura central en su borde exterior; en orcas maduras, los extremos se curvan hacia abajo.
Las aletas de los cetáceos no cumplen únicamente la función de desplazar, estabilizar y dirigir la natación y buceo del animal. Constituyen un importante órgano táctil durante la socialización entre individuos: en la relación madre cría, en los juegos y en las relaciones sexuales. También son útiles para la intimidación: golpean con ellas la superficie del agua o las presas, que pueden terminar a varios metros.
El contraste del color negro y blanco de su cuerpo es muy marcado, incluso en los individuos cuyas partes claras tienden en realidad a un tono amarillento. El dorso es negro uniforme, con una pigmentación grisácea a blanca ubicada detrás de la aleta dorsal que cae hacia ambos flancos del dorso del animal y termina en punta hacia delante: la montura. En animales muy pequeños esta montura está casi ausente; su forma varía entre individuos y difiere entre el lado derecho y el izquierdo.
La zona ventral es blanca, desde la garganta hasta el área genital; el color abraza en forma de onda convergente los flancos del animal y toma la forma de un tridente. La aleta caudal también es blanca en su parte ventral, con un marcado borde de color negro; las pectorales son negras en ambos lados. Encima y hacia atrás de los ojos hay más blanco: un óvalo llamado mancha post-ocular, que varía de forma y tamaño entre individuos (y, a veces, en un mismo ejemplar).
Los colores del cuerpo de un animal desempeñan un importante papel en relación a su conducta, ya se trate de una presa como de un predador. Es muy común que los animales presenten su dorso oscuro y su vientre claro para contrarrestar el efecto de las sombras, que de otra manera serían muy fuertes y lo harían destacable. Por ejemplo, cuando una orca se desplaza cerca de la superficie del mar, puede pasar desapercibida para cualquier animal que observe desde el fondo: su silueta, por efecto de su vientre blanco, se confunde con los reflejos plateados que produce la reflexión solar. Y si se desplazara por el fondo marino, desde arriba es difícil diferenciar su dorso negro de la oscura profundidad.
¿Qué pasa cuando se la observa lateralmente y casi a un mismo nivel? En mi experiencia de buceo con orcas, el contorno de sus cuerpos (a unos siete metros de distancia