En el momento en que uno se siente acusador, indiscreto o inarmonioso en relación con alguna persona, situación, lugar o cosa, es una señal inequívoca de que el yo exterior está interviniendo; la postura que se tiene que tomar es la de enmendarse rápidamente. Cada persona, principalmente los estudiantes, debe tener presente que la única cosa que les debe importar es ver, sentir y ser la Perfección en su propio mundo.
El motivo por la cual, a estas alturas, estoy reiterándolo tanto es por que este punto es de suma importancia, ya que cuando los estudiantes comienzan a experimentar manifestaciones poco comunes, en un principio, sienten la tentación de pensar esto: «Yo puedo utilizar la Ley mejor que esta otra persona». Esto, tú lo sabes sin necesidad de explicártelo, es un error.
La afirmación Yo Soy no se puede utilizar por mucho tiempo, incluso conscientemente, sin comenzar a sentir un convencimiento más profundo cada vez que se dice: «Yo Soy todas las cosas». Recuerda con regularidad lo que estas dos extraordinarias palabras significan, y siempre utilízalas junto con la afirmación: «Cuando digo Yo Soy, estoy poniendo en movimiento el Inmenso Poder de Dios en la afirmación junto con la cual utilicé Yo Soy». En la frase bíblica «Antes que Abraham era, Yo Soy», Abraham simboliza la manifestación exterior de la Vida y Yo Soy el origen de la Vida, que era la manifestación a través de Abraham. De ese modo, antes que cualquier manifestación sucediese ya existía Perfección de Vida, y sin principio y fin la Vida es así.
¡Mi querido estudiante! Mi corazón se llena de júbilo ante la proximidad con la que, varios de ustedes, están sintiendo la certeza de que son la Majestuosa Presencia Yo Soy. Hagan todo lo posible por sentir pacíficamente, plácidamente, y si no les es posible ver de otra forma, cierren sus ojos y admiren la Perfección en todas partes. Se les presentarán más y más pruebas de la extraordinaria Presencia de esta Verdad. Sentirán, oirán, verán y comprobarán ese portento de portentos que como chiquillos han vivido, así como los milagros realizados.
Para ayudarte han sido escritas definiciones y explicaciones sobre el uso de esta Poderosa presencia, Yo Soy. Ustedes, que se aferran a la Verdad, llegarán al triple ejercicio de ver, oír y experimentar los llamados milagros, que lo serán hasta que entiendan de qué manera se originan, después descubrirán que simplemente son verdades y siempre las podrán emplear una vez que las comprendan.
Con toda mi experiencia, acumulada a lo largo de los siglos, no puedo más que decirte, a manera de estímulo, que mi corazón rebosa de satisfacción con tu cercanía a la toma del Cetro del Dominio. ¡Adelante, mi valiente! ¡No titubees! ¡Empuña tu Cetro de Dominio! Elévalo, porque Yo Soy el Cetro, la Llama Inextinguible, la Luz Deslumbrante, la Perfección, que alguna vez conociste. ¡Acércate! Permíteme sostenerte en mi fuerte abrazo, que en donde por tanto han habido dos haya solamente uno, Yo Soy. Yo Soy el Sabio, el Constructor, la Perfección manifestada en este momento.
Una vez más me dirijo a las personas que quieren resolver sus problemas. Únicamente existe una Presencia en el Universo capaz de resolver, y siempre puede, cualquier dificultad y ésa es la Presencia Yo Soy presente en todos lados. ¡Querido! Permíteme decirte con todo afecto: «No tiene ningún mérito querer resolver únicamente un problema, ya que donde había uno puede aparecer una docena, pero si eres consciente de que la Actitud Perfecta es entrar en la Presencia Yo Soy y que ella es el Remediador indiscutible de cada dificultad, harás que desaparezcan todos los problemas tan concluyentemente como que Yo te hablo, porque cuando vives en la Presencia Yo Soy continuamente, calmadamente y con suficiente decisión, en lugar de tener innumerables problemas donde uno no había sido solucionado, habrás entrado en una etapa donde no tienes ni uno.
Decreto al poder en las palabras pronunciadas hoy, que lleven a todo el que las oye o lee la Convicción Verdadera y la Comprensión tras ellas.
Para el Cerebro. «Yo Soy la aceleración de las células de esta (mía o tuya) estructura cerebral, ocasionando que se expanda y reciba de la Poderosa presencia Interna la Dirección Inteligente».
Debes tener presente que posees el poder de aplicar conscientemente tu pensamiento de la forma que quieras a través de la Presencia Yo Soy. Nadie te puede decir qué tienes hacer, porque eres un Ser Libre con Libre Albedrío. Si lograras tomar conciencia de cada pensamiento que pasa por tu mente durante seis semanas, y lo mantuvieses aplicado con la Perfección, notarías los más extraordinarios resultados. Afirma frecuentemente: «Yo Soy el Maestro Interior mandando y controlando cabalmente todos mis procesos de pensamiento, en la Perfección de Cristo, como Yo deseo que sean».
Bendiciendo y sosteniendo a otras personas en la Luz. Cuando visualizas en la Luz o bendices a otros, tienes una actividad doble, pues mandas energía de más calidad. Al realizar esto se tiene como resultado automático una cierta cantidad de protección, pero el pensamiento, la naturaleza en la Luz y la bendición se almacenan sobre todo en nuestra conciencia y simultáneamente incrementa esa facultad en la persona a la cual se ha enviado.
Siempre toma la actitud de que: «Yo Soy lo que quiero Ser». Todo el tiempo debes utilizar, conscientemente, la Presencia Yo Soy. En raras ocasiones, incluso entre los estudiantes, lo que la Presencia Yo Soy representa ha sido entendido plenamente. Sólo esporádicamente ha aparecido un auténtico entendimiento del Yo Soy, Jesús fue el primero en darle importancia en el mundo externo, con excepción de los retiros de los Maestros Ascendidos. Con suma importancia reitero que no debes darle ninguna importancia al elemento tiempo. En el momento en que le das suficiente libertad a la Presencia Yo Soy, la manifestación aparece de inmediato. Vamos, emplea, entiende y permite que la Presencia Yo Soy se haga cargo del tiempo.
En el momento en que haces una afirmación de la Verdad y te aferras a ella, tienes que recibir. Lo exterior por sí solo no tiene ningún poder. Tu obligación es sencillamente la de saber que la Presencia Yo Soy está actuando. En ciertas ocasiones el Yo externo, sin percatarse, está aguardando el momento de la manifestación.
Te puedo garantiza con certeza y emoción que Dios Todopoderoso se impulsa a la acción cuando ordenas en nombre de la Presencia Yo Soy. Siempre recuerda que cuando estás trabajando con personalidades, estás trabajando con la mundo humano, externo, y tienes todo el derecho, así como el poder, de decretar su obediencia y silencio, ya sea en tu propio yo externo o en el otro.
Si consiguieras contar hasta diez antes de hablar, podrías dominar cualquier impulso repentino, detrás de esto existe una Ley Suprema, que puede auxiliar enormemente al estudiante. Cuando hay un impulso repentino, se produce una liberación, o precipitación, de energía almacenada. Si hay enojo, esta se carga energía al momento con alguna clase de ira o destrucción.
Para el poder de autodominio afirmar: «Solamente la Perfección de Dios emerge». Esto guiaría cualquier situación de impulso sin control con la que la persona se enfrente. Si el estudiante ya ha permitido que algo que no es deseable se vaya, lo que procede es extinguirlo conscientemente al momento.
El uso continuo de «Dios Bendiga esto», enfocado hacia objetos inanimados produce increíbles resultados. La forma más sencilla de sentir y ver la Perfección es cargando cada sentimiento y pensamiento que surge con la Perfección. En cuanto tengas el impulso de hacer cualquier cosa, cárgalo inmediatamente con la Perfección.
Historia del Tren de un pueblecito. El sonido del silbato es la advertencia, Yo Soy es el control del tren.
Normalmente las personas no considerarían arrollar niños y matarlos. No obstante por medio del pensamiento-sentimiento y las palabras, liberan energía cargada negativamente, la cual destruye los impulsos más altos en otros. Cuando tu temperamento no tiene control ni dirección, posee las mismas cualidades que todos los demás temperamentos, pero tu Presencia Yo Soy es la mejor manera de controlarla.
No existe en el mundo nada más deplorable que una persona