50 leyes del poder en El Padrino. Alberto Mayol. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Alberto Mayol
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789563248302
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un ejercicio del poder sustentado por una idea del mundo (configuración de las imágenes de mundo); esta permite que el acto de poder tenga un pleno significado para quienes lo viven. En el ideal kantiano, nada de lo que es ejecutado desde el poder puede ser considerado impertinente o arbitrario, incluso si a un observador externo le parece un evento impertinente o arbitrario. Hacer caer diez jóvenes a un volcán, que sacerdotes posean carnalmente en un ejercicio de violación (a nuestros ojos) a un número de vírgenes en un templo, el más brutal castigo a la omisión de un movimiento corporal en un rito… Todos esos actos y muchos equivalentes pueden ser legítimos bajo un determinado escenario en el que la acción del poder queda inscrita e incorporada, sin bordes rugosos (por decirlo de alguna manera), en un marco normativo y simbólico suficientemente adecuado para darle sentido a la conducta realizada.

      La reflexión sobre el poder ha sido mucho menos frecuente que la reflexión sobre la política. Y es que la política tiene forma y el poder es amorfo. En tanto tal y como buen misterio, el problema del poder se experimenta desde su ejercicio o su padecimiento, es un concepto fundamental que se resiste a la teorización. Cabe recordar que la teoría es, por necesidad, el alejamiento del objeto para poder rodearlo y construir, desde ese ejercicio, el marco que delimita su capacidad explicativa. Pero el poder es una cosa tan sencilla, tan brutalmente sencilla que, en palabras de Kant, es la fuerza que vence a otra fuerza. El poder es una relación, es un lado de la relación, es el lado triunfante, es el que puede. El poder puede. Simple sentencia que lo resume todo.

      ¿Por qué 50 leyes? Razones y arbitrios

      El Padrino es una obra de dos autores que retoma la discusión sobre el poder. Sus compañeras de ruta no son películas de Hollywood ni novelas sobre las sensibles y atractivas tramas del poder y el dinero. El opus es una reflexión, una filosofía sobre el poder. Está hecho en registro literario, tal y como lo hizo Balzac, tal y como lo hizo Brecht. Pero los compañeros de ruta de Puzo/Coppola son Sun Tzu, Aristóteles (que entiende el poder no solo en la cuestión de la polis, sino en la de la propiedad), Maquiavelo, Hobbes, Montesquieu, Dostoyevski, Weber, Freud, Kelsen, Arendt, Schmitt, Foucault; por nombrar una variopinta trenza de sistematizaciones sobre diferentes dimensiones del poder.

      La tesis que expongo en este libro es simple. Y es doble. El Padrino, como opus (como la totalidad de sus obras en distinto registro), es una discusión actualizada de El Príncipe de Maquiavelo. Puzo ha visto que el poder ya no está en la política y prefiere visitar con su pluma la figura mitológica de un empresario, de un experto en negociaciones, de un tipo que está de acuerdo con Marx en lo importante (las leyes las hacen los ricos para seguir siendo ricos, la superestructura es la réplica ideológica de la estructura) y que está en desacuerdo con Marx en lo más importante (a la hora del triunfo sobre la ley, di “no” a la revolución, y di “sí” a la privatización de las ganancias). Michael Corleone lo dice: la mafia es una estructura antiliberal y antisocialista, que trabaja para el capitalismo. La tradición, la tribu, se pone al servicio de la maquinaria, de la mera ‘operación’ de las grandes finanzas capitalistas. Cualquier parecido con su periódico de hoy no será coincidencia.

      El Padrino es una obra que enfrenta a la tradición con el capitalismo. Y es la derrota de la tradición como fundamento, pero al mismo tiempo es la derrota del capitalismo como ideal. Y de esta manera se convierte en una señal de época: la pérdida de todo contenido, el fin de todo lo sagrado. Porque al final la única realidad del capitalismo no será en absoluto la ilusión liberal de la competencia y del mérito. El capitalismo no será más que su simple proceso de acumulación. Y en ese proceso las estructuras de la mafia serán una compañía muy atractiva y eficiente. Porque si se trata de construir un monopolio, un imperio, si se trata de un pueblo sumiso ante una divinidad; entonces la ley inaudible (pero oral) de la mafia es una herramienta insustituible. Para deshacerse de todo fundamento, el capitalismo exige el crimen. Y solo la organización del crimen es eficiente. Pero esta organización es sólida porque se cimenta en una tradición. Sin embargo, la tradición es un contenido, es un territorio sagrado. Y donde hay sacralidad hay límites y fronteras que el capitalismo no desea. La mafia hará al capitalismo completamente libre de toda norma, lo convertirá en paraíso (dejar hacer, dejar pasar) e infierno a la vez (impunidad de la violencia, muerte y arbitrio). Y el capitalismo hará de la mafia un sistema operativo, un ejército a veces, un centro logístico después, la oficina de cobranza en otro instante.

      Asumida la profundidad del ejercicio de la dupla Puzo/Coppola, el trabajo emprendido y que a continuación expongo en detalle ha llegado a una cifra de 50 leyes del poder. Al principio fueron 20, luego 30, finalmente estalló hasta las 50. Fue un ejercicio, disculpen lo absurdo del término, ‘inductivo’. Me refiero a que fue la experiencia de lectura (y no la lectura en sí misma) la que determinó las leyes y su forma. Evité las leyes demasiado genéricas, por perder capacidad aplicada. De todos modos, no pude evitar que algunas de esas leyes tengan más bien la forma de enunciación de una reflexión filosófica, pero eso se ha ejecutado de tal manera solo cuando ha parecido imprescindible.

      Si acaso has leído El Príncipe de Maquiavelo habrás notado la intencionalidad de los títulos de cada capítulo. Una sistematización de ellos nos ayudará a comprenderlo mejor.

Capítulos de El Príncipe Categoría general de análisis
Capítulo I: Cuántas son las formas de principado y cómo se adquieren (Quot genera principatum et quibus modis acquirantur).Capítulo II: Los Principados hereditarios (Principatibus hereditaris).Capítulo III: Los Principados mixtos (De Principatibus mixtis).Capítulo VI: Los Principados nuevos que se conquistan con los propios ejércitos y la propia virtud (De Principatibus novis qui armis propiis et virtute acquiruntur).Capítulo VII: Los Principados nuevos que se conquistan gracias a la suerte y a las armas de otros (De principatibus novis qui alienis armis et fortuna acquiruntur).Capítulo VIII: De los que se han llegado al principado mediante delitos (De his qui per scelera ad principatum per venere).Capítulo IX: El Principado civil (De principatu civili).Capítulo XI: Los Principados eclesiásticos (De Principatibus ecclesiasticis). Son capítulos donde se clasifican las formas de principado según su forma de adquisición. De este modo Maquiavelo enseña que el origen de un principado es un aspecto central para comprender su historia posterior, sus posibles evoluciones y sobre todo para entender cuánto poder y de qué forma es el poder que poseen los gobernantes.
Capítulo V: Cómo hay que gobernar las ciudades o los principados que, antes de ser ocupados, vivían con sus propias leyes (Quomodo administranda sunt civitates vel principatus qui antequam occuparentur suis legibus vivebant).Capítulo X: Cómo hay que valorar las fuerzas de cada principado (Quomodo Onmium principatuum vires perpendi debeant).Capítulo XII: Tipos de ejército: los ejércitos mercenarios (Quot genera militiae et de mercenariis militibus).Capítulo XIII: Los ejércitos auxiliares, mixtos y propios (De militibus auxiliaris mixtis).Capítulo XIV: Deberes de un príncipe frente al ejército (Quod pricipem deceat circa militiam).Capítulo XV: Cualidades por las que los hombres, y especialmente los príncipes, son loados o criticados (De his rebus quibus homines et praesertim principes laudantur aut vituperantur).Capítulo XVI: Liberalidad y parsimonia (De liberalitate et parsimonia).Capítulo XVII: Crueldad y humanidad: ¿Es mejor ser amado que ser temido, o viceversa? (De crudelitate et pietate et an sit melius amari vel timeri vel e contra).Capítulo XVIII: De qué forma tiene que mantener su palabra un príncipe (Quomodo a principibus sit servanda).Capítulo XIX: Cómo evitar el desprecio y el odio (De contemptu et odio fugiendo).Capítulo XX: Utilidad o inutilidad de las fortalezas y de muchas otras medidas que los príncipes toman cotidianamente (An arces et multa alia quae cotidie a principibus fiunt utilia an inutilia sint).Capítulo XXI: Qué debe hacer un príncipe para ser estimado (Quid prinicipem deceat ut egregius habeatur).Capítulo XXIII: Cómo evitar a los aduladores (Quomodo adulatores sint fugiendi). Evidentemente el corazón de la obra está en los capítulos que enseñan a gobernar, que muestran el camino para acumular poder, para no dilapidarlo, que señalan cómo deben tomarse las decisiones en el ejercicio del gobierno y cómo resolver ante dilemas fundamentales (cuándo ser generoso, cuándo ser austero; cuándo

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