La política del Espíritu. Darío López R.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Darío López R.
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9786124252464
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poner en entredicho o hacer peligrar la situación. Por eso Jesús no tarda en ser visto, y con toda razón, como una clarísima y actual amenaza para dicho orden (Brueggemann 1986:99).

      La opción galilea de Jesús subraya entonces que desde la solidaridad con los indefensos de la sociedad y con las víctimas de todas las violencias, desde un compromiso hondo e irrenunciable con los menospreciados del mundo, desde los pobres de la tierra y desde el mundo de los desheredados, comenzó a proclamarse la buena noticia del reino de Dios. El pregón del reino comenzó a proclamarse en Galilea, desde la marginalidad y la insignificancia, y se fue difundiendo desde el mundo de los pobres y los excluidos, hacia el centro del poder. La buena noticia del reino de Dios fue avanzando, desde la periferia al centro, desde Galilea a Jerusalén, y desde Palestina a Roma.

      ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? La respuesta a esta pregunta exige delinear cuál fue la propuesta social y política de Jesús el galileo, amigo de los proscritos de la tierra, artesano de una nueva manera de comprender la relación que el Dios de la vida establece con los indefensos del mundo. La opción galilea de Jesús nos recuerda que anunciar el reino de Dios es «restaurar la vida, prometer la vida, celebrar la vida» (Arias 1998:59). Pero, ¿cómo restaurar, prometer y celebrar la vida en un contexto de violencia institucionalizada contra los pobres y los excluidos, víctimas indefensas de todas las violencias?

      Los desafíos permanentes

      La Opción Galilea de Jesús, su predilección y amistad por los desheredados del mundo y los parias sociales, plantea serias preguntas pastorales para el ejercicio responsable de nuestra ciudadanía en la polis que habitamos. Estas preguntas pueden ser incómodas para quiénes están acostumbrados a pensar que la buena noticia del reino de Dios no tiene nada que ver con los asuntos de la agenda pública y que los creyentes solo tienen que dedicarse a la proclamación verbal de un evangelio aséptico, inocuo, desconectado de la realidad social y política en la que se encuentran las personas. Pero no es así y no tiene que ser así, porque el Evangelio es vida plena y justicia plena, buena noticia que jalona transformaciones personales y colectivas que conducen a un compromiso insobornable con la vida y la justicia del reino de Dios. En palabras de Samuel Escobar:

      …ha habido y hay millones de peruanos y peruanas que de alguna manera se han tomado en serio la fe en Cristo y la viven dentro de sus circunstancias. Son esas mujeres que sirven los desayunos populares en tanto barrio pobre de Lima, esos maestros bilingües de la selva que leen y enseñan la vida de Jesús en lenguas como la machiguenga o el campa, esos alfabetizadores y alfabetizadoras que en diversos rincones del Perú enseñan a los pobres a leer para poder reclamar sus derechos y cumplir sus obligaciones, esos seguidores y seguidoras que domingo tras domingo se reúnen a cantar, orar y animarse mutuamente para la lucha diaria por la vida… (Escobar 2013:127).

      En consecuencia, si la propuesta social y política de Jesús de Nazaret, el predicador galileo ambulante, apuntaba (y apunta todavía) a revertir el destino de los pobres y los desheredados del mundo, ¿cuál tiene que ser entonces la opción misionera de las iglesias evangélicas en el mundo contemporáneo? ¿La justicia de los que detentan el poder político utilizando el dinero y las armas o la justicia del reino de Dios que exalta a los humildes y derriba de su trono a los poderosos? ¿Una teología legitimadora y justificadora de las opciones de muerte maquilladas con un discurso religioso o una teología de la vida bajo el impulso del Espíritu de vida? Más precisamente, ¿debe ser nuestra opción misionera el silencio cómplice cuando se asesina vilmente a cientos de seres humanos indefensos, la indiferencia frente al escándalo de la pobreza y la pobreza extrema, o la pasividad e indiferencia cuando cientos de seres humanos mueren de hambre o no tienen un trabajo digno y viven en condiciones infrahumanas?

      ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Sí. Desde la periferia y la insignificancia, desde los desheredados que se han encontrado con el Dios de la vida, se puede tejer una nueva manera de enfrentar a las injusticias que, sin recurrir a la violencia, forje una calidad de vida distinta para las víctimas. En esa nueva manera de enfrentar a las injusticias y a sus operadores humanos, el poder del amor y del perdón, son recursos valiosos para frenar la impunidad con la que a menudo actúan los que tienen en sus manos el poder. Amor que exige justicia y perdón que exige restitución. Tiene que ser así, porque el amor no tiene que divorciarse de la exigencia de la justicia, y el perdón no tiene que separarse de la exigencia de reparar el daño causado a las víctimas. Sí, de Nazaret puede salir algo de bueno, para construir un mundo en el cual todos sean respetados, tratados y valorados, como imagen de Dios.

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      Capítulo 2

      ¡Hoy se ha cumplido esta Escritura…!

      La declaración mesiánica de Nazaret

      Introducción

      Jesús de Nazaret, luego de las tentaciones en el desierto (Lc 4.1–13), según el testimonio de Lucas, «…volvió en el poder del Espíritu a Galilea… y enseñaba en las sinagogas de ellos…» (Lc 4.14–15). Fue durante ese recorrido misionero que vino a la aldea de Nazaret, y en ese lugar público, hizo suyas las palabras del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí…» (Is 61.1; Lc 4.18). De esa manera, con estas palabras, precisó claramente quién era y para qué había venido. Su identidad como el Mesías evocado y esperado por las personas piadosas de Israel, y su misión liberadora, fueron enunciadas en su Declaración Mesiánica en la sinagoga de Nazaret. Esta Declaración Mesiánica de Jesús (4.16–30), con su eco combinado del Éxodo y del Jubileo (Wright 2006:309), constituye una clave teológica fundamental en el que se perfila y expresa la misión liberadora de Jesús. Misión liberadora que se concretiza en su amor especial por los desheredados del mundo, su amistad con los parias sociales, es decir, en una opción por la vida y la justicia. Fue así, porque la compasión y solidaridad de Jesús «se dirige, sistemáticamente, hacia toda gama de seres humanos vejados y abatidos» (Brueggemann 1986:104).

      La declaración mesiánica de Jesús

      Acerca de la declaración mesiánica de Jesús, siguiendo el punto de vista de Robert McAfee Brown, Gustavo Gutiérrez sostiene que se trata de «un texto que cumple en el evangelio de Lucas una función semejante al del Éxodo en el Antiguo Testamento. Ambos expresan la voluntad liberadora de Dios» (Gutiérrez 1989:40).

      ¿Cuál es el contenido y el alcance liberador de la Declaración Mesiánica de Jesús? Para Gustavo Gutiérrez:

      En un pasaje del evangelio de Lucas que nos es muy familiar (4.16–20), Jesús, valiéndose de un texto del profeta Isaías (61.1–2 y 58.6), da cuenta pública de su programa… Con este pasaje de su evangelio, Lucas nos presenta el comienzo del ministerio de Jesús […] Lucas aprovecha la escena de la visita a Nazaret, que nos cuentan también Mateo y Marcos (13.53–58 y 6.1–6), para decirnos en qué consistirá la obra mesiánica y pone además esmero en hacer ver su alcance universal […] Las diferentes situaciones humanas enunciadas (pobreza, cautividad, ceguera,