Un cuento de magia. Chris Colfer. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Chris Colfer
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789877476521
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alguna que avale que el cerebro de una mujer sea más débil, lento o menos capaz que el de un hombre. Entonces, la pregunta sigue abierta: ¿por qué no se les permite tener acceso a la educación y a posiciones de poder? ¡Porque los Jueces usan la opresión contra las mujeres como un instrumento para mantener su poder en el Reino del Sur!

      Por naturaleza, las mujeres somos más maternales que los hombres. Si nosotras gobernáramos el Reino del Sur, lo haríamos bajo los principios de la iluminación, la empatía y la buena alimentación. Pero los Jueces y el sistema actual de cortes solo puede operar en una sociedad dominada por el miedo, el escrutinio y los castigos. Si el reino comenzara a valorar su compasión por sobre el control, los Jueces y sus técnicas de gobierno quedarían obsoletas. Es por eso que hacen todo lo posible para evitar que las mujeres se posicionen por encima de ellos.

      Desde el momento en que nacemos, las mujeres recibimos un lavado de cerebro sistematizado para priorizar la maternidad y el matrimonio por sobre el intelecto y la realización personal. Nos regalan muñecas y delantales, y nos dicen que nuestros más grandes aportes se logran en la sala de partos y en la cocina. Pero esa mentira es tan dañina como degradante, porque ¡un reino es tan fuerte como sus ciudadanos más débiles! Y una sociedad con limitaciones injustificadas tiene menos oportunidades de prevalecer que una con igualdad de condiciones.

      ¡Cuando una nación segrega a un porcentaje de su población, solo segrega un porcentaje de su potencial! Por lo que, por el bienestar del reino, es hora de que las mujeres nos unamos y exijamos un nuevo gobierno que valore las convicciones, ideas y morales de cada ciudadano. Solo de esta manera, entraremos a un reino de prosperidad nunca antes visto.

      Brystal se quedó boquiabierta, era como si estuviera leyendo un libro con sus propios pensamientos. Nunca antes había oído a nadie hablar de las cosas en las que ella creía, mucho menos las había visto impresas en un libro. Apiló Historia y otras mentiras y La guerra a las mujeres sobre la mesa, entusiasmada de terminarlas más tarde, pero antes quería ver qué otros libros podía encontrar en la biblioteca secreta. Así, encontró otra obra tentadora:

      PERDER LA FE EN LA FE

      Por QUINT CUPPAMULE

      Al igual que los libros anteriores, este también tenía el sello de prohibido sobre la portada. Brystal lo abrió en una página al azar para tener un vistazo de los temas que trataba:

      Si el Libro de la Fe es tan puro como los monjes dicen, entonces no habría necesidad de enmendarlo o publicar diferentes versiones con el pasar de los años. Sin embargo, si comparamos una versión nueva del Libro de la Fe con una de hace cien años, descubriremos que hay vastas diferencias entre la religión de hoy en día y la religión de ayer.

      Entonces, ¿qué significa esto? ¿Acaso el Señor ha cambiado de parecer con los años? ¿Acaso el Gran Todopoderoso corrigió sus errores luego de convencerse de que estaba equivocado? Pero ¿acaso la mera noción de estar “equivocado” no contradice las cualidades “omniscientes” que se supone que posee el Señor?

      La verdad es que lo que comenzó como una fe alegre y amorosa ahora se convirtió en una treta motivada por la política para controlar al pueblo del Reino del Sur. Siempre que el miedo de ir a prisión no sea suficiente para hacer que la gente obedezca las leyes, los Jueces alteran los principios de religión y usan el miedo a la condena eterna para reforzar su labor.

      La ley y el Señor deberían ser entidades separadas, pero el Reino del Sur las ha convertido estratégicamente en lo mismo. Por tal motivo, cualquier actividad u opinión que cuestione al gobierno es considerada un pecado y todo estilo de vida o preferencia que no sirva para expandir la población es considerada una práctica demoníaca.

      El Libro de la Fe ya no refleja la voluntad del Señor, sino la voluntad de hombres que utilizan al Señor como una herramienta para manipular a la gente.

      Brystal quedó absolutamente fascinada por la escritura de Quint Cuppamule. En todos los años en los que había asistido a la iglesia, nunca antes había cuestionado los sermones de los monjes que denunciaban asesinatos y robos, pero siempre se había preguntado por qué los monjes predicaban con tanta pasión la importancia de pagar impuestos. Ahora, al parecer, Brystal tenía su respuesta.

      Colocó Perder la fe en la fe sobre la pila y continuó inspeccionando los estantes. El siguiente libro prohibido que le resultó de interés se llama de la siguiente manera:

      LAS INJUSTICIAS DE LOS JUECES:

       Cómo el Rey solo es un peón en una falsa monarquía

      Por Sherple Hinderback

      Mientras sacaba el libro del estante, Brystal tiró accidentalmente todos los papeles que se encontraba a su lado. Los documentos cayeron al suelo y Brystal se arrodilló para reordenar el desastre. Hasta ese momento, Brystal no había demostrado mucho interés en los archivos que se encontraban apilados sobre los estantes, pero ahora no pudo evitar leerlos mientras los ordenaba.

      Entre estos encontró un perfil detallado del autor Sherple Hinderback. Estaba acompañado con un registro de los paraderos de Hinderback a lo largo de algunos años. Los lugares parecían cada vez más y más extraños con el tiempo: los que comenzaron siendo casas y posadas se convirtieron en puentes y cavernas. Las fechas de las entradas también se acercaban más y más entre sí, como si Hinderback hubiera cambiado de locación con mayor frecuencia. El registro terminaba con una garantía del arresto del autor y concluía con su certificado de defunción. La causa de la muerte estaba catalogada como EJECUTADO POR CONSPIRAR CONTRA EL REINO.

      Brystal se puso de pie e inspeccionó los archivos que se encontraban junto a los libros de Robbeth Flagworth, Daisy Peppernickel y Quint Cuppamule. Al igual que los documentos del archivo previo, encontró los perfiles de los autores, registros de sus residencias, garantías de sus arrestos y, eventualmente, sus certificados de defunción. Al igual que Sherple Hinderback, la causa de muerte de cada autor estaba catalogada como EJECUTADO POR CONSPIRAR CONTRA EL REINO.

      Como si hubiera sentido una brisa helada, Brystal sintió escalofríos y su cuerpo se tensó. Sintió un nudo en el estómago y miró a su alrededor. De pronto, entendió lo que en realidad era la pequeña habitación. No era una biblioteca privada, era un cementerio de la verdad y un registro de la gente que los Jueces habían silenciado.

      –Los mataron –dijo Brystal, impactada–. Los mataron a todos.

      Con el tiempo, los libros en la habitación secreta introducirían a Brystal a una gran diversidad de ideas perturbadoras. Su perspectiva del mundo cambiaría para siempre, pero lo más perturbador de todo era que uno de estos libros iba a cambiar la visión que Brystal tenía sobre ella misma. Y una vez que lo leyera, nunca más volvería a verse al espejo de la misma manera…

      Capítulo cuatro

      La verdad sobre la magia

      Cada noche, luego de limpiar la biblioteca, Brystal regresaba a la habitación privada de los Jueces en el primer piso para devorar otro libro PROHIBIDO. El ritual nocturno era por lejos la actividad más peligrosa en la que jamás se había embarcado. Brystal sabía que estaba jugando con fuego cada vez que cruzaba el letrero que decía SOLO PARA JUECES, pero también sabía que había encontrado oro intelectual; podía ser su única exposición a un tesoro de la verdad y las ideas. Si no se arriesgaba a las consecuencias ahora, estaba segura de que pasaría el resto de su vida arrepintiéndose.

      Al terminar de leer cada libro prohibido, Brystal se sintió como si otro velo se hubiera levantado de frente a sus ojos. Todo lo que creía saber sobre el reino del sur, las leyes, la economía, la historia, el funcionamiento del ejército, el sistema de clases, estaba lleno de conspiraciones que los Jueces usaron para preservar su influencia y control.