La espiritualidad puritana y reformada. Joel Beeke. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Joel Beeke
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9781629461557
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príncipes”.316

      Casi todas las puertas al mundo pagano estaban cerradas para Calvino y los demás reformadores. El mundo del islam al sur y este estaba guardado por los ejércitos turcos, mientras que los navíos de España y Portugal impedían el acceso al recién descubierto nuevo mundo. En 1493, el papa Alejandro VI dio a los gobernantes españoles y portugueses derechos exclusivos a estas regiones, que fueron reafirmados por los papas y tratados que siguieron.

      Salir al mundo para Calvino y otros reformadores no significaba, necesariamente, abandonar Europa. El campo de misión de la incredulidad estaba justo en el reino de la cristiandad. Para la iglesia ginebrina, Francia y gran parte de Europa estaban abiertas. Fortalecidos por la teología evangelizadora de Calvino, los creyentes respondieron celosamente a la llamada de la misión.

      Calvino hizo lo que pudo para apoyar la evangelización en el frente extranjero. A pesar de su trágico fracaso, el pionero proyecto protestante en la costa de Brasil desde 1550 hasta 1560 suscitó la sincera simpatía, interés y continuada correspondencia de Calvino.317

      El espíritu misionero de Calvino y la elección

      Aunque los escritos específicos de Calvino sobre misiones son limitados, su Institución, comentarios, sermones, cartas y vida brillan con un espíritu misionero. Es inmensamente claro que Juan Calvino puso su corazón en la evangelización para extender el reino de nuestro Señor Jesucristo a los fines de la tierra. Era el deseo de Calvino que “el reino de Cristo floreciera en todo lugar”. Establecer el reino celestial de Dios sobre la tierra era tan importante, decía Calvino, que “no sólo debiera ocupar el lugar principal entre nuestros cuidados, sino incluso absorber todos nuestros pensamientos”.318

      Todo esto debería disipar el mito de que Calvino y sus seguidores promovieron la inactividad y desinterés en la evangelización. Antes bien, las verdades de la gracia soberana enseñadas por Calvino, como la elección, son precisamente las doctrinas que fomentan la actividad misionera. Cuando la verdad bíblica y reformada es amada, apreciada y correctamente enseñada, la evangelización y la actividad misionera abundan.

      La elección fomenta la actividad evangelizadora, pues Dios soberanamente une la elección con los medios de gracia (Hch. 13:44-49). La elección suscita la actividad misionera, caracterizada por una humilde dependencia de Dios para la bendición. La doctrina de la libre gracia no es una barrera para la evangelización que se centra y glorifica a Dios: es una barrera contra el concepto humanista de la actividad y métodos evangelizadores.319

      Calvino jamás permitió que la elección limitara la oferta gratuita del evangelio. Enseñó que, puesto que nadie sabe quiénes son los elegidos, los predicadores deben trabajar sobre el principio de que Dios quiere que todos sean salvos.320La elección, más que limitar, prepara la evangelización. La elección pertenece a la categoría especial de los propósitos secretos de Dios, no a la actividad evangelizadora de la Iglesia. En consecuencia, el evangelio debe predicarse a todos los pecadores. La respuesta de fe del pecador a la oferta gratuita de salvación en Cristo revela si es o no elegido. Pues, aunque la llamada del evangelio llega a todos los que oyen la Palabra, esta llamada sólo la hace efectiva el Espíritu Santo en los elegidos.321 Dios abre puertas a la Iglesia para que el evangelio pueda ir a todo el mundo, y sus elegidos lo oirán y responderán en fe.322

      La elección es, así pues, el ímpetu y garantía de éxito de la evangelización reformada. Como dice Isaías 55:11: “Así será mi Palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.

      ¿Es maravilla, entonces, que Calvino llamara la elección el corazón, esperanza y consuelo de la Iglesia? Criaturas totalmente depravadas como tú y yo podemos esperar en un Dios elector.

      Una palabra de aliento

      Calvino ha sido criticado por dejar de apoyar, supuestamente, la obra evangelizadora. Hemos visto que esto, sencillamente, no es así, y las lecciones debieran darnos aliento.

      Por un lado, nos dice que deberíamos permanecer ocupados, y preocuparnos menos de lo que los demás digan de nosotros. Si Calvino no pudo protegerse de los críticos ni trabajando veinte horas al día, predicando, enseñando y escribiendo, ¿qué dice esto de nuestro trabajo por el reino de Dios? Si Calvino no fue evangelizador, ¿quién lo es? ¿Estamos dispuestos a confesar con William Carey respecto al trabajo por las almas de los pecadores: “Prefiero desgastarme antes que oxidarme”?

      Quizás algunos de nosotros estamos cansados. Tememos que nos estemos desgastando son ver el fruto de nuestra obra evangelizadora. Estamos cargados de trabajo. La labor espiritual ha producido cansancio espiritual, que a su vez ha producido desaliento espiritual. Nuestro ojo no se ha oscurecido, pero nuestra energía física y espiritual ha sido seriamente reducida por nuestro constante darnos al bien de los demás.

      Esto puede ser particularmente cierto de aquéllos que somos pastores. Los sábados por la noche estamos preocupados porque no nos sentimos adecuadamente preparados para la adoración. Nuestras responsabilidades han sido demasiado pesadas. Estamos agobiados por la administración eclesiástica, el consejo personal y la correspondencia. El domingo por la noche estamos completamente agotados. Incapaces de cumplir con nuestras responsabilidades, trabajamos bajo un sentido permanente de inadecuación. Carecemos de tiempo familiar; carecemos de tiempo privado con Dios. Como pasaba a Moisés, nuestras manos se hacen pesadas en la intercesión. Como Pablo, exclamamos: “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (2 Co. 2:16). Las rutinas del ministerio diario se hacen agobiantes. Experimentamos lo que Spurgeon llamó “ataques desvanecedores del ministro”, y nos preguntamos si estamos siendo usados por Dios, después de todo. Nuestra visión del ministerio es tristemente menoscabada.

      En tales momentos, deberíamos seguir el ejemplo de Calvino. Algunas lecciones suyas incluyen:

      • Mira más a Cristo. Descansa más en su perseverancia, pues tu perseverancia descansa en la suya. Busca gracia para imitar su paciencia en la aflicción. Tus pruebas pueden alarmarte, pero no te destruirán. Tus cruces son el camino de Dios a la coronación real (Ap. 7:14).

      • Adopta una perspectiva amplia. Trata de vivir a la luz de la eternidad. El bambú chino no parece hacer nada en absoluto durante cuatro años. Entonces, en su quinto año, de repente crece noventa pies de altura en sesenta días. ¿Dirías que este árbol creció en seis semanas o en cinco años? Si sigues al Señor en obediencia, en general verás tus esfuerzos recompensados al final. Recuerda, sin embargo, que Dios jamás te pidió producir crecimiento: sólo te pide seguir trabajando.

      • Date cuenta de que los tiempos de desaliento a menudo son seguidos por tiempos de avivamiento. Mientras predecimos la ruina de la Iglesia, Dios está preparando su renovación. La Iglesia sobrevivirá a través de todos los tiempos e irá a la gloria, mientras que los impíos irán a la ruina. Así que cíñete los lomos de tu entendimiento y permanece seguro, pues el Señor es mayor que Apolión y los tiempos. Mira a Dios, no al hombre, pues la Iglesia pertenece a Dios.

      • Confía en Dios. Aunque los amigos puedan fallarte, Dios no lo hará. El Padre es digno de confianza. Cristo es digno de confianza. El Espíritu Santo es digno de confianza. Viendo que tienes un gran sumo sacerdote, Jesucristo, el Hijo de Dios, acércate a Él en fe, y espera en Él, y Él renovará tus fuerzas. No todos somos Calvino. De hecho, ninguno de nosotros puede ser Calvino. Pero podemos seguir trabajando, por la gracia de Dios, mirando a Jesús para obtener la fuerza diaria. Si Calvino, un hombre, hizo tanto por la causa de la evangelización, ¿no deberíamos pedir a Dios que usara también nuestros esfuerzos, haciéndolos fructíferos mediante su bendición?

      Atended al consejo del puritano John Clavel, que escribió: “No enterréis a la Iglesia antes de que esté muerta”. Orad más y mirad menos las circunstancias. Continuad con doble fervor para servir al Señor cuando no haya ningún resultado visible ante vosotros. Resistid la dificultad como buenos soldados de Cristo. Estad dispuestos a ser tenidos por necios por amor a Cristo. Aseguraos de que estáis en Dios, pues entones podéis estar seguros de que Dios está en vosotros.

      En palabras de