Así es que tienen un estado del ser al que Dios no puede penetrar porque a pesar de ser el de Sus hijos, no es el estado Suyo; no es Su ideal ni Su propósito. Es por eso que la Luz debe ser administrada “gota a gota”, debe ser localizada aquí y allá para cambiar ese Campo y para llevar a los niños de Dios de vuelta a Su comunidad. Deben recordar que la comunidad de Dios no está compuesta solamente por seres humanos, existen otras manifestaciones físicas de almas que habitan otros planetas, otras manifestaciones espirituales del alma viviendo en otras áreas de los mundos espirituales.
Así es que Dios está tratando de traer de vuelta a Sus hijos de la Tierra (y del área que la rodea) de vuelta a Su redil. Pero Él sólo puede hacerlo, -debido a Su naturaleza-, presentándoles a sus hijos lo que Él es y no cambiando lo que Él no es, que es sólo una ilusión, una sombra. Él no lo cambiará porque no es de Él, eso no existe –y que nos lleva a lo que dijimos en nuestro primer libro- que en realidad nada existe sino la Luz, Dios. Así es que Dios no necesita cambiar, son Sus hijos los que necesitan cambiar. ¿Hay algo más?
Jane: No.
(Michael: A este punto la reunión se cerró con una oración.)
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