Fuente: reinterpretada por Lina Pérez a partir de Marroquín (s. f.).
Existe la adaptabilidad al contexto, entendida como la capacidad de un proyecto para ser usado en diferentes lugares (incluye la movilidad); la adaptabilidad externa, que afecta la envoltura y la estructura, y la adaptabilidad interna, que se refiere a todos los objetos introducidos en el proyecto (figura 6).
FIGURA 6. CARPAS IRANÍES
Fuente: reinterpretada por Lina Pérez a partir de Marroquín (s. f.).
1.3. Sostenibilidad
·¿Debe un arquitecto preferir materiales sintéticos porque son reciclables y además utilizan una cantidad limitada de recursos naturales, o debe creer que los materiales naturales utilizados adecuadamente son los únicos y verdaderos materiales sostenibles?
·¿Cuáles son los recursos de energía sustraíbles por sí mismos y qué clase de sistemas mecánicos deben usarse para extraerlos?
En este tema, las anteriores preguntas tienen más de una respuesta, y responderlas debemos tener en cuenta muchas variables como el tipo de proyecto, el lugar geográfico donde se encuentre, las posibilidades y recursos de ese lugar, así como las distinciones humanas, culturales e históricas del sitio. Para construir de manera ambientalmente responsable se requiere tener conciencia de la conservación, pero sobre todo de la restauración de los recursos.
En este sentido, la arquitectura sostenible ha sido definida como una forma de proyectar con la naturaleza y de un modo ambientalmente responsable. El concepto planteado de arquitectura alternativa sostenible implica que el diseño sustentable no solo abarca recursos naturales, sino también distinciones humanas, culturales, históricas, políticas y económicas. Aquí algunas definiciones de la palabra “sostenibilidad”:
·“Método de aprovechamiento o de uso de un recurso sin que este sea mermado o permanentemente dañado” (Merriam, 1828).
·“Capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad que tendrán las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias” (Brudtland, 1986).
·“Capacidad para manejar y conservar la base de recursos naturales y orientar un cambio tecnológico e institucional, de manera que se asegure la continua satisfacción de las necesidades humanas para las generaciones presentes y futuras” (FAO, 1990).
·“Persistencia en el tiempo de ciertas características necesarias y deseables del sistema sociopolítico y su medio ambiente natural” (Robinson, 1990).
Las siguientes se refieren al término desarrollo sostenible:
Se puede pensar en el desarrollo sostenible como un proceso integral mediante el cual el hombre logra a partir de combinar los factores disponibles, potencializar sus posibilidades de reproducción y producción, satisfaciendo sus necesidades básicas dentro de su marco cultural y según unos objetivos definidos libremente. (González, 1993)
El desarrollo humano sostenible es entendido como la ampliación de oportunidades y capacidades productivas de la población, que contribuyan a una mejor y mayor formación de capital social. De esta manera, se espera satisfacer en forma cada vez más equitativa las necesidades de las generaciones presentes y mejorar la calidad de vida, mediante el manejo prudente del patrimonio natural, manteniendo abiertas al mismo tiempo opciones de bienestar de las generaciones futuras. (Departamento Nacional de Planeación, 1994)
La creciente preocupación por el deterioro de la naturaleza ha suscitado gran cantidad de reacciones por parte de los proyectistas, de manera que múltiples puntos de vista acerca de lo que es un proyecto ecológicamente responsable se han suscitado también. Pero lo verdaderamente relevante es tener conciencia con respecto a la conservación y la restauración de los recursos.
Teniendo en cuenta lo anterior, la sostenibilidad implica:
·Satisfacción continua de necesidades básicas, presentes y futuras de la población.
·Mantenimiento de manera persistente de la base natural.
·Solidaridad intergeneracional.
·Orientación del cambio tecnológico y armonización del desarrollo de la ciencia con las necesidades de conservación de la naturaleza y con las necesidades de la población.
·Orientación de la investigación a la solución de problemas ambientales y al desarrollo de alternativas productivas ecológicamente viables.
·Creación de un nuevo paradigma social frente a la relación naturaleza-sociedad.
·Desarrollo de una nueva ética frente a la producción y el consumo.
Al intentar crear una arquitectura sinergética, sostenible y adaptable, necesariamente tendremos que remitirnos a la geometría espacial y sinergética. En la arquitectura tradicional, la geometría es una herramienta del diseño; sin embargo, es escaso el estudio de la estructura de la forma y sus relaciones con otras formas. Es decir, primero se diseña y luego se inventa una estructura a las formas ya dibujadas. Aquí el objetivo es entender que cualquier objeto en el espacio tiene una estructura determinada por un patrón de integridad, que es el que permite la estabilidad en dicha forma, como sucede en las corazas de proteínas que protegen a ciertos virus, lo que se observa en la figura 7. De esta manera, la geometría pasa de ser una simple lista de figuras a efectos de escoger alguna para un diseño, a ser una herramienta mucho más compleja e interesante.
En busca de un óptimo manejo espacial y estructural es necesario estudiar la geometría espacial y sus transformaciones, así como los principios de la geometría sinergética de Buckminster Fuller, en aras de comprender el comportamiento de los sistemas espaciales.
FIGURA 7. CORAZAS DE PROTEÍNAS QUE PROTEGEN LOS VIRUS
Fuente: reinterpretada por Lina Pérez.
2.1. Antecedentes
La geometría espacial ha sido objeto de estudio y fascinación desde hace muchos siglos. Por ejemplo, algunas de las piedras neolíticas que datan del año 2000 a. C., halladas en Escocia, corresponden a poliedros regulares cuyos nudos varían de 3 a 160 (figura 8).
FIGURA 8. PIEDRAS ESCOCESAS
Fuente: reinterpretada por Lina Pérez a partir de Colombo (2011).
Asimismo, diversos pensadores desde la Antigüedad han abordado este tema:
Platón. En su obra Timeo (Timaeus) describe la construcción matemática de los elementos (tierra, fuego, aire y agua) y su relación con el cubo, el tetraedro, el octaedro y el icosaedro respectivamente; el quinto sólido platónico, el dodecaedro, es el modelo, según Platón, de todo el universo. Los dodecaedros romanos son huecos, hechos en bronce, que datan del II al IV siglo a. C. (figura 9), los cuales son sólidos platónicos.
FIGURA 9. ICOSAEDRO Y DODECAEDRO ROMANOS
Fuente: Guañoc (2014).
Arquímedes. En sus tratados sobre catóptrica describe los trece poliedros semirregulares (construidos con polígonos regulares, de caras no necesariamente iguales que pueden ser inscritos en una circunferencia), hoy llamados sólidos arquimédicos. Describió también, en su libro Elementos, las relaciones entre sólidos platónicos.