Agua segura como derecho humano. María Cristina Garros. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: María Cristina Garros
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Юриспруденция, право
Год издания: 0
isbn: 9789506231996
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para su logro (los países realizan primordialmente el seguimiento y examen de los progresos conseguidos). También están previstas actividades regionales de seguimiento y examen, que tendrán en cuenta los análisis realizados a nivel nacional.

      El problema de la crisis climática domina hoy la escena, pues este fenómeno alberga temas centrales de la problemática ambiental de nuestro tiempo. Es innegable que el cambio climático ha generado una alarma mundial respaldada por análisis y definiciones de carácter científico, lo que ha dado lugar a numerosos acuerdos internacionales.

      El Papa Francisco

      Entre el 2008 y 2015, una media de casi 30 millones de personas se vieron desplazadas anualmente a causa de desastres climáticos o meteorológicos. Para 2017 existían unos 250 millones de migrantes internacionales, un 40 % más que en el 2000.

      El compromiso político de los países y sus gobiernos junto con sus organizaciones y los sectores productivos es esencial para enfrentar las crisis climáticas y sus variadas consecuencias, como la pobreza, la falta de agua, el hambre y la desnutrición.

      Resulta además fundamental promover la concienciación y las iniciativas a nivel mundial a favor de quienes padecen hambre, falta de alimentos, agua y saneamiento, derecho humano indiscutible; se debe garantizar la seguridad alimentaria y un desarrollo individual y social, en concordancia con la dignidad de la persona humana.

      El derecho, la crisis climática y los Objetivos del Desarrollo Sostenible

      La crisis climática, su compresión y tratamiento científico, transversal e interdisciplinario, las respuestas institucionales a nivel global y local, las acciones requeridas y su implementación, conforman un escenario que abraza por lo menos gran parte de la problemática ambiental de nuestro tiempo y los objetivos del desarrollo sostenible: la pobreza, el hambre, la exclusión, la salud y el bienestar; la educación de calidad; la crisis de agua y el saneamiento, la disponibilidad de energía limpia; la posibilidad laboral, la actividad industrial, la Innovación e Infraestructura; la lucha contra las desigualdades; la vida en ciudades y en comunidad; la producción y el consumo; la suerte de ambiente marino y el mantenimiento de los ecosistemas terrestres; la resiliencia ante el clima y los desastres naturales. Y aún, el logro de la paz y de la Justicia, constituyen todos ellos objetivos del desarrollo sostenible directamente relacionados con la cuestión climática y las acciones para enfrentar la crisis.

      La creciente normativa internacional en la materia, que ha penetrado nuestro derecho por vía de convenciones, tratados y pactos, incorpora y fortalece principios e instituciones relativas al ambiente y al desarrollo; lo mismo sucede prácticamente con otras legislaciones del mundo, toda vez que la gran mayoría de países de la tierra adhieren, receptan, aplican e intentan implementar los acuerdos alcanzados.

       La Agenda 2030

      Dentro de los 17 objetivos de la Agenda 2030, se encuentra el objetivo 6: Agua Limpia y Saneamiento. Este objetivo promueve “garantizar la disponibilidad de Agua y su gestión sostenible y el saneamiento para Todos”.

      El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en el que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este ideal.

      La escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado influyen negativamente en la seguridad alimentaria y en la salud. La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo y recrudece el hambre y la desnutrición. Para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

      La Agenda contempla como metas para el año 2030: a) Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos; b) Lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad; c) Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos, disminuyendo el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial; d) Aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores, y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir el número de personas que sufren falta de agua; e) Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza; f) Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.

      Asimismo, para el año 2030, se pretende ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la capacitación en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, incluidos el acopio y almacenamiento de agua, la desalinización, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de reciclaje y reutilización. También, apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.

       Afectaciones

      La escasez del agua afecta a más del 40 % de la población mundial, una cifra alarmante que probablemente crecerá con el aumento de las temperaturas globales producto el cambio climático. Aunque 2100 millones de personas han conseguido acceso a mejores condiciones de agua y saneamiento desde 1990, la decreciente disponibilidad de agua potable es un grave problema que aqueja a todos los continentes.

      En 2011, 41 países experimentaron estrés hídrico; 10 de ellos estaban a punto de agotar su suministro de agua dulce renovable y ahora dependen de fuentes alternativas. El aumento de las sequías y la desertificación ya está empeorando estas tendencias. Se estima que para 2050 al menos una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de agua.

      Con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura para todos en 2030, es necesario realizar inversiones adecuadas en infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene en todos los niveles. Si queremos mitigar la escasez de agua, es fundamental proteger y recuperar los ecosistemas relacionados con este recurso, como los bosques, montañas, humedales y ríos. También se requiere más cooperación internacional para estimular la eficiencia hídrica y apoyar tecnologías de tratamiento en los países en desarrollo.

      Conviene señalar que los nuevos Objetivos Mundiales y la Agenda para el Desarrollo Sostenible ODS, de 2015, van mucho más allá de los ODM, Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2000, que no referían en particular y en forma directa al uso y disponibilidad de recursos como el agua. Recordemos aquí que también en 2015, en París, con motivo de la COP 21, 195 naciones del mundo alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático suscribiendo el Acuerdo de París. Estos desafíos universales exigían y exigen la adopción de medidas mundiales, y el año