El mundo indígena en América Latina: miradas y perspectivas. Beatriz Paredes Rangel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Beatriz Paredes Rangel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786073030380
Скачать книгу
href="#ulink_2fb0bd26-cdfe-5ec5-a0b1-87ecf44a751c">*

      El presente estudio analiza cómo las producciones cinematográficas hollywoodenses, en particular los filmes de reconstrucción histórica, escenificaron la historia de los pueblos indígenas en el periodo de la América precolombina. Tomando como punto de partida el debate historiográfico sobre las preguntas, las perspectivas y los problemas de interpretación de la historia de la América indígena, y teniendo como referencia las fuentes históricas (escritas y pictóricas) de la época, aquí se examina cómo el cine hollywoodense se reapropió de las representaciones discursivas y visuales sobre los pueblos indígenas producidas en los siglos XV y XVI con el objetivo de construir un discurso histórico y memorialístico que, durante muchos años, monumentalizó el “heroísmo” de los conquistadores y los evangelizadores europeos, y transformó a los pueblos amerindios en “salvajes”, “bárbaros” y “atrasados”, que necesitaban ser cristianizados, o incluso exterminados, para dejar paso al dominio de los europeos (españoles, portugueses, ingleses, franceses y holandeses) sobre el continente americano, con lo que legitimaban y justificaban una visión eurocéntrica de la historia de la conquista y la colonización de América.

      Cabe subrayar también que, por su parte, en los años recientes han surgido producciones cinematográficas latinoamericanas que buscan recuperar la importancia y el legado históricos de los pueblos amerindios y la riqueza de su identidad y cultura, al mostrar el otro lado de la historia de la América indí­gena –tanto del periodo precolombino como de la conquista y colonización europeas– a través de la visión de los indígenas que, a pesar de haber sido derrotados, mantuvieron una resistencia física y cultural contra la presencia de los conquistadores europeos en el continente americano.

      HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA DE LA AMÉRICA INDÍGENA:

       PREGUNTAS, PERSPECTIVAS Y PROBLEMAS DE INTERPRETACIÓN

      Durante mucho tiempo, los historiadores mostraron la historia de América mediante un discurso narrativo que comenzó con la llegada de los navegantes europeos al continente americano. Inserta en el escenario histórico de la expansión marítima y comercial europea de los siglos xv y xvi, esta narrativa colonialista, exaltadora de la gloriosa era de las grandes exploraciones y descubrimientos, consolidaba la visión de que América sólo comenzó a existir, en realidad, con la llegada de las embarcaciones españolas de Cristóbal Colón a las Indias Occidentales, un islote de las Bahamas al que el navegador genovés le dio el nombre de San Salvador el 12 de octubre de 1492.

      La idea errónea de “descubrimiento de América”, popularizada desde ese momento, convertía la historia de este continente en un simple complemento de la historia de Europa, al presentarse los europeos como los verdaderos responsables de introducir al continente americano en el mapamundi de la época y de considerar a los pueblos amerindios con un criterio que los hacía inferiores en la cadena evolutiva de la “historia de las civilizaciones”.

      Por su parte, los análisis contemporáneos, como los de los especialistas Ella Shohat y Robert Stam, sobresalen por esgrimir una perspectiva crítica ante la historiografía clásica al llamar la atención sobre el hecho de que, tal como ocurriera en el caso de África,

      las Américas de antes de la Conquista fueron víctimas del mismo doble proceso de mistificación y difamación. La historiografía convencional pinta, en muchas ocasiones, un cuadro que se regocija en exceso de la vida en Europa durante la época del “descubrimiento”. Sin embargo, la verdad es que, en esa época, gran parte del continente europeo era escenario de guerras fratricidas, rebeliones campesinas y diversas formas de violencia patrocinadas por la Iglesia, que redujeron drásticamente la expectativa de vida (la media oscilaba entre veinte y treinta años). Por otro lado, las Américas, aunque no fueran el paraíso terrenal pintado por la fantasía primitivista europea, estaban bastante pobladas por habitantes relativamente bien alimentados que no conocían algunas de las enfermedades comunes en Europa. Aunque los europeos llamaran al continente “el Nuevo Mundo”, algunos de sus territorios habían sido ocupados desde hacía ya por lo menos 30 mil años, lo cual hizo que muchos intelectuales se cuestionaran la prioridad del llamado Viejo Mundo. Los europeos también decían que las tierras estaban “deso­cupadas”, pero estimados contemporáneos calculan que entre 75 y cien millones de personas vivían en las Américas en 1492. Estos pueblos tenían una amplia variedad de sistemas sociales, desde grupos igualitarios de caza y recolección hasta reinos e imperios basados en una jerarquía opresiva. En relación con el estereotipo positivo asociado al “indígena ecológico”, sus prácticas reales eran muy variadas, aunque rara vez tan destructivas como las europeas. Los pueblos nativos hablaban cientos de lenguas diferentes, constituían estructuras matriarcales y patriarcales, y demostraban sin duda que eran capaces de vivir y autogobernarse en contextos diversos. Sus logros incluían una agricultura regida por prácticas ecológicas; sistemas de irrigación; calendarios bastante complejos; rutas comerciales que se extendían por cientos y hasta miles de kilómetros sobre tierra y mar (como la que salía de Cuzco); ciudades bien planeadas, como Tenochtitlán y Cahokia, y arreglos sociales sofisticados como aquellos de la confederación de los iroqueses o las ciudades-estado de los aztecas e incas. El cero como base de las matemáticas ya era conocido por los mayas al menos medio milenio antes de ser descubierto por los asiáticos (Europa aprendería la lección más tarde con los árabes).

      Con la misma perspectiva crítica, el historiador brasileño Ronaldo Vainfas alerta sobre el cuidado que los especialistas del área de historia de América deben tener para no incurrir en esas trampas y errores consolidados a lo largo de los siglos debido a la perspectiva histórica e historiográfica colonialista y eurocéntrica. Según el historiador: