Colombia y la Medicina Veterinaria contada por sus protagonistas. Luis Carlos Villamil Jiménez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Luis Carlos Villamil Jiménez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Медицина
Год издания: 0
isbn: 9789585400740
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epílogo se examina el horizonte de la escuela, intentando una mirada prospectiva para la medicina veterinaria. Cuando hay pensamiento activo e ideas inteligentes, el futuro es una oportunidad. Los profesionales de la salud y la producción animal deben contribuir a recrear una sociedad pluralista, respetuosa de los derechos humanos, defensora de la institucionalidad, honesta y pulcra, orgullosa de los elementos propios de la cultura nacional y de sus tradiciones.

      La escuela veterinaria colombiana del siglo XXI le apostará a sus tendencias dominantes en los ámbitos médicos y quirúrgicos, pero también a los comunitarios y sociales; la salud pública contribuyó a establecer un vínculo humanizador en la visión desde el inicio. Hoy esos esfuerzos se canalizarán efectivamente a través de Una Salud, que implica acciones y proyecciones hacia el sector agropecuario colombiano: al agro, al desarrollo rural con enfoque territorial; al agro, terreno fértil para cultivar una Colombia justa, equitativa, incluyente, tolerante y en paz.

       PRIMERA PARTE

       Ciencias naturales, roturación, sociedades e instituciones

      La historia de las ciencias agropecuarias no se puede aislar de las transformaciones sociales, políticas y técnicas que las limitan o impulsan.

      Jesús Antonio Bejarano (1993, p. 106)

      La academia no puede ser ajena a los hechos del pasado, pues estos son primordiales para la construcción de sentido, para orientar su quehacer en la búsqueda de referentes y de nuevos rumbos en la formación de investigadores y profesionales que construyan el pensamiento científico, que hagan parte de la intelectualidad del sector y aporten a la transformación social y productiva del país desde la perspectiva de un mundo globalizado, el humanismo, la ciencia, la innovación y la nueva ruralidad.

      La Cátedra Lasallista dedicada al Bicentenario de la Independencia nos ofreció una buena disculpa para dar una mirada al complejo escenario de la investigación colombiana y una oportunidad para reflexionar acerca del devenir de la academia, la ciencia y la tecnología en el contexto del desarrollo del sector agropecuario, en la corta vida independiente de la nación colombiana; fue una disculpa para mirar atrás y, como dice Obregón (1992), tratar de entender desde los orígenes el porqué de las dificultades y obstáculos para la labor investigativa y la académica, desde los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales que marcaron el derrotero de la agricultura y el escabroso inicio de las profesiones del agro, en especial la veterinaria.

      Fueron múltiples los esfuerzos llevados a cabo para iniciar los procesos de investigación y conformación de la academia. En este contexto, la Expedición Botánica, las tertulias, la situación política del Viejo y el Nuevo Mundo, así como la producción agropecuaria, interactuaban para producir los movimientos y desarrollos que caracterizaron los últimos doscientos años.

      Para dar una mirada al proceso, en este apartado se presentan algunos apuntes sobre varios momentos: el ambiente social, las tertulias como escenarios de discusión y actualización; la Expedición Botánica, la visita de Humboldt; los científicos y las sociedades, y los barruntos de investigación como base para las profesiones.

      Lectura y tertulias: nuevas ideas

      Para Obregón (1989) las tertulias constituyeron un escenario para discutir asuntos políticos y sociales, acerca de la ilustración y los autores clásicos; para algunos los aspectos científicos eran su centro de atención —los conceptos novedosos sobre la ciencia—: Wolff, Brixia, Linneo, Buffon y Baills, así como los enciclopedistas y los periódicos extranjeros eran los temas de interesantes discusiones (Muñoz Rojas, 2001). Fueron varias las tertulias que se distinguieron por su convocatoria y también por la constancia: la Eutropélica, de Manuel del Socorro Rodríguez; la del Buen Gusto, de Manuela Sanz de Santamaría, y el Arcano Sublime de la Filantropía, de Antonio Nariño, que despertaba interés por su biblioteca de autores modernos como Rousseau, Montesquieu y Voltaire.

      La divulgación de las nuevas ideas y argumentos políticos, al igual que los avances en ciencias, se hacía mediante las gacetas y periódicos: el Correo Curioso Erudito, Económico y Mercantil; la Gaceta de Santafé de Bogotá; el Semanario del Nuevo Reino de Granada, y el Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá; dichos medios, aunque censurados, consolidaban un espacio de opinión y discusión, suscitando diversas apropiaciones por parte de la comunidad (Obregón, 1990).

      Como señala Muñoz Rojas (2001), la lectura y las tertulias en la Nueva Granada fueron importantes en el contexto de la intelectualidad y el conocimiento. La representación imaginaria de la realidad que ofrece la lectura da sentido al mundo de los lectores, de acuerdo con sus necesidades históricas. En las tertulias se expresaba el descontento con el sistema administrativo, político y económico colonial; había una nueva percepción: la de verse como americanos. En este contexto, Muñoz Rojas estudió lo relacionado con Juan Fernández de Sotomayor, el párroco de Mompox, quien escribió en 1814 una obra político-revolucionaria, titulada Catecismo o instrucción popular. Su objetivo era enseñar al pueblo sus derechos para lograr la emancipación definitiva de España.

      La ilegitimidad de la conquista de América se analizaba; refutó tres títulos de la Corona: la donación papal, la conquista y la evangelización. Un aparte del catecismo citado por Muñoz Rojas (2001) es el siguiente:

      P. Pues que nosotros no somos vasallos de la España?

      R. No, ni nunca lo hemos sido.

      P. Y por qué los españoles vindican para si este derecho?

      R. Porque siempre han considerado a los Americanos como hombres de otra especie, inferiores a ellos, nacidos para obedecer y se mandados, como si fuésemos un rebaño de Bestias.

      P. Y que decimos a esto?

      R. Que los Americanos son y han sido en todos tiempos hombres libres iguales a los Españoles, Franceses, Ingleses, Romanos y quantas naciones hay y ha habido ó haber pueda en el mundo y que por lo mismo ningún hombre ni Nación alguna tiene el menor título a mandarnos ni a exigir de nosotros obediencia sin nuestro expreso general consentimiento. (p. 105)

      En la opinión de Muñoz Rojas:

      La obra del párroco de Mompox solo puede ser entendida en el contexto sociopolítico que demandaba una percepción de esa naturaleza; fueron diversos los enfoques, aristas y lecturas que sirvieron para construir el discurso, pero las tertulias, como ámbitos de recepción y formación de nuevas mentalidades tuvieron un efecto importante. (p. 106)

      La Expedición Botánica. Llega Humboldt. La visión del trópico

      De acuerdo con Jaramillo (1968), la Audiencia de Nueva Granada (actual Colombia), elevada a la categoría de virreinato en 1739, tuvo esencialmente una economía minera, casi exclusivamente productora de oro, pues la plata representó en su producción un papel secundario.

      Desde comienzos de la Conquista y la Colonia, el oro fue el más importante renglón de exportación, no obstante, en la segunda mitad del siglo XVIII, la política de los reyes borbones hizo un esfuerzo por diversificar las exportaciones estimulando la producción de géneros agrícolas como el tabaco, el algodón, el cacao, las maderas tintóreas, las quinas. (p. 178)

      Pero los resultados fueron modestos, pues al finalizar el siglo solo llegaron a representar un 10 % del comercio de exportación.

      La botánica, en opinión de Becerra y Restrepo (1993), constituyó el eje central desde la ciencia, pues significó la canalización de los recursos para descubrir el potencial agrícola e industrial de sus posesiones de ultramar. “El propósito era renovar el imperio a través de la historia natural, aplicada a la política económica, la obtención de conocimiento útil y valioso sobre productos naturales que se pudieran comercializar” (p. 3). Desde el Jardín Botánico