Con práctica ese intervalo crece. Al principio parece no consistir en nada sino en un vacío improductivo. Poco a poco se comienza a notar cómo allí se encuentra el origen de toda idea, de toda emoción, de toda creación. Es el vientre del Mundo: en él se gesta y de él surge. Desde ahí, es posible concebirlo sin filtros. También podrás atestiguar cómo lo que Es aflora. Tal vez, entonces comiences a experimentar de una manera esencialmente diferente.
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Es fundamental aplicar estos ejercicios en la experiencia cotidiana. He aquí la utilidad inmediata de este: si en tu vuelta al fragor mundano te sientes arrastrado, considera tu propio cavilar. Para ello, visualiza la pared ante la cual se encuentra la cordura. Vuelve a ti.
Luego abre los ojos y mira de nuevo al torbellino. Nota si ha cambiado algo.
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Actuar sobre el pensamiento produce transformaciones radicales porque es incidir sobre la cepa, sobre el humus de lo percibido. Igual que el sueño de la razón se produce cuando lo que se piensa se desatiende y comienza a ser automático, el despertar surge al atenderlo, al no abandonarse a él notando qué efecto tienen las ideas propias sobre uno mismo. Se trata de abrir un espacio entre tú y ellas, para desde allí desentrañar cuáles te acercan y cuáles te alejan de lo que Eres, cuáles te ayudan y cuáles te frenan, cuáles parten de ti y cuáles de una conjetura sobre ti. Se trata de discernir realidad de invención.
La manera de despertar no es evitar el sueño, sino atravesarlo. El sueño desaparece al verlo como un sueño porque ante la hermosa luz de la consciencia toda ilusión se disuelve. El enorme poder de la consciencia es capaz de utilizar la propia ilusión como medio para despertar.
¿Cómo comprobar que lo que llamamos realidad tiene la naturaleza de un trance? Puedes hacerlo de dos maneras. Pregúntatelo dentro de cien años. Si puedes contestar, aunque nada de lo que conoces ahora permanezca, habrá sido así. Si no puedes hacerlo porque ya nada exista en absoluto, ni siquiera tú, así habrá sido. En caso de que no quieras esperar tanto, vuelve a la consciencia del ahora, elimina lo transitorio y mira qué queda.
El despertar colectivo
La suma de los sueños individuales da como resultado un sueño colectivo. Pero tú no eres responsable de lo que piensan los demás, ni de lo que pasa en el mundo. Eres responsable solo de cómo diriges tu pensamiento. El cambio de lo que hemos llamado mundo únicamente puede llegar a través del despertar de cada mente. Tú tienes una. Te sugiero que comiences por ahí.
¿Es posible pues modificar lo externo? Sí, modificando lo interno. La causa de la polución es el pensamiento polucionado. La causa de la violencia es el pensamiento violento. La causa de la pobreza es el pensamiento empobrecido. La solución a la pobreza, la violencia y la polución está en actuar sobre la causa más que sobre la consecuencia.
Un antiguo cuento sufí relata cómo, mientras un hombre se encontraba arando a la entrada de una ciudad, un forastero se le acercó y le dijo:
—Vengo de tierras lejanas. Nunca había estado en este país y me gustaría saber cómo es la gente de aquí.
El campesino respondió con otra pregunta.
—¿Cómo es la gente en el lugar de donde viene?
—¡Oh, allí todo el mundo es amable, afectuoso, agradecido y está dispuesto a ayudar!
—Me alegra saberlo, porque la gente aquí es exactamente igual, —respondió el labrador sin dudarlo.
Pasadas unas horas, otro extranjero procedente del mismo lugar apareció por la carretera. Al ser consultado, el labrador volvió a interesarse por cómo eran las gentes allí. Esta vez la respuesta fue distinta:
—Son abyectas, maliciosas, llenas de rencor, mentirosas y despiadadas. Pero, dígame, ¿cómo son en esta ciudad?
—¡Oh! aquí la gente es exactamente igual —le respondió.
Esta es la segunda parte del cuento: cuando el primer viajero entró a la ciudad, esta se volvió más afable, más cuerda y más respetuosa. Cuando lo hizo el segundo, la ciudad se convirtió en un lugar más oscuro.
Cambiar
«Es absurdo intentar combatir el mal externo, lo que es imposible, y no el mal interno, lo que es posible».
Marco Aurelio
He aquí un corolario práctico de lo anterior: para que haya un conflicto externo tiene que existir un conflicto interno. Luchar contra lo externo es inútil. Sería como mirarse al espejo, verse una mancha en la cara y limpiar el cristal para intentar eliminarla. Rectifica tus ideas y el conflicto desaparecerá. Luego sabrás cómo actuar.
Por eso, no intentes cambiar el mundo. Cambia tú. Tu mente es el eje sobre el cual gira. Varía el punto de apoyo, vuelve a tu centro y todo alrededor quedará transformado. Al ser el mundo el conjunto de nuestras percepciones, cuando actuamos sobre el pensar ya lo estamos modificando.
¿Cuál es pues la diferencia entre lo real y lo ilusorio? Tu mente. Cuando ese gozne está pulido se abre la puerta al Mundo real. Pero si el punto de giro está atascado, la puerta permanece cerrada. No obstante, todo lo que dejes entrar en tu mente cobrará apariencia de realidad y será innegable para ti.
¿Cómo discernir entonces qué pertenece a la realidad? Encuentra cómo te sientes, eso te lo dirá. Si estás sufriendo por algo será señal inequívoca de que has caído en un sueño.
Entonces, ¿qué significado tiene lo que sucede? Las circunstancias, el entorno, los acontecimientos, lo que pasa alrededor no tiene ningún significado implícito. El significado se lo das tú.
Qué gran noticia. Si todo quedara fuera de tu alcance estarías a merced de fuerzas incontrolables. Pero acaso no sea así. Quizá todo esté en tu interior y bajo tu control. Porque tal vez no haya nada fuera de ti.
La función del mundo
Mientras, el mundo percibido presta un gran servicio. Su utilidad no consiste en hacerte feliz, sino en hacerte consciente. ¿De qué? De lo que Eres. Solo cuando se es plenamente consciente se es plenamente dichoso.
Cualquier situación percibida es una oportunidad para volver a tu núcleo. Si sientes que has recalado en un lugar insatisfactorio, y admites la posibilidad de que la insatisfacción quizá surja de la confusión producida por el pensamiento desatado, acordarás que tal vez, de no haberle dado rienda suelta, permanecerías en el lugar del cual te hicieron partir tales figuraciones. En ese caso, acallarlas se convertirá en un objetivo cada vez más importante. Hasta que, al comenzar a hacerlo, la intuición de que eres tú quien se está dañando comience a convertirse en certidumbre. A partir de entonces volver a casa15 será tu único objetivo. No habrá nada más importante. Nada absolutamente. ¿Qué motivo existirá para demorar el regreso?
En ese punto crítico, cuando la decisión de volver a tu Paz se torne irrevocable y hayas encontrado el camino, llegarás irremediablemente16.
Por tanto, ¿cuál es el sentido de la vida? El sentido de eso que llamamos vida consiste en despertar.
El segundo despertar
Durante el primer despertar uno es capaz de contemplar el sueño sin ser arrastrado por él mientras continúa soñando. El primer despertar sucede dentro del sueño. Sobre él y sobre cómo producirlo ha versado este capítulo.
El segundo sucede más adelante. En él se despierta definitivamente y lo que llamamos mundo se desvanece dando paso a otro Mundo, el Mundo real, tu Mundo legítimo. Describir en qué consiste no es posible, porque para ello sería necesario utilizar palabras, y las palabras son expresiones de los mismos pensamientos que crean la ilusión. Basta indicar que en el Mundo real no existe el mínimo