_19.La oración con Pablo (Hch. 16:13)
_20.La liberación por Pablo (Hch. 16:18)
_21.El encarcelamiento de Pablo (Hch. 16:23)
_22.La proclamación de Pablo (Hch. 17:2-3)
_23.La audiencia de Pablo (Hch. 17:11)
_24.El discurso de Pablo (Hch. 17:22)
_25.El encuentro con Pablo (Hch. 18:1)
_26.El viaje con Pablo (Hch. 18:19)
_27.El substituto de Pablo (Hch. 18:25)
_28.El poder de Pablo (Hch. 19:11-12)
_29.La acusación contra Pablo (Hch. 19:23)
_30.El milagro de Pablo (Hch. 20:10)
_31.La despedida de Pablo (Hch. 20:17)
_32.La travesía de Pablo (Hch. 21:1-3)
_33.El maltrato a Pablo (Hch. 21:35)
_34.El cambio en Pablo (Hch. 22:15)
_35.El argumento de Pablo (Hch. 23:1)
_36.La conspiración contra Pablo (Hch. 23:16)
_37.La acusación contra Pablo (Hch. 24:5)
_38.La apelación de Pablo (Hch. 25:12)
_39.La persuasión de Pablo (Hch. 26:28)
_40.La amonestación de Pablo (Hch. 27:10)
_41.La tormenta de Pablo (Hch. 27:14)
_42.El naufragio de Pablo (Hch. 27:44)
_43.La protección a Pablo (Hch. 28:1)
_44.El arribo de Pablo (Hch. 28:14)
_45.La estancia de Pablo (Hch. 28:30)
_Versiones de la Biblia empleadas en este libro
(A no ser que se indique de otra manera, en este libro se emplea la Versión Reina-Valera de 1960).
Traducción Latinoamericana (TL)
Nueva Versión Internacional (NVI)
Traducción En Lenguaje Actual (TLA)
Traducción En Lenguaje Actual (TLAD)
Reina Valera de 1960 (RVR1960)
Reina Valera de 1995 (RVR1995)
Reina Valera Contemporánea (RVR)
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios Habla Hoy (DHHDK)
Biblia Peshita (BP)
_Prólogo
Al tratar de escribir una serie de sermones acerca de «Pablo de Tarso», lo hice al principio con mucha vacilación, ya que no es tarea fácil predicar sobre este «Gigante del Evangelio». San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia Occidental, declaró de Pablo de Tarso: «Pues él fue un verdadero león, un león rojo, el gran león de Dios». Después de Jesucristo, el «autor y consumador de la fe», Pablo de Tarso es el desarrollador de la fe cristiana.
Incluso los críticos seculares ven a Pablo de Tarso como «El Teólogo del Cristianismo». Su contribución al Nuevo Testamento es de unos trece libros: Romanos, 1 y 2 de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 de Tesalonicenses, 1 y 2 de Timoteo, Tito y Filemón. Para algunos el libro a los Hebreos también corresponde a Pablo, sumando así un total de 14 libros. La Biblia del Oso de Casiodoro de Reina (1569); la Biblia del Cántaro de Cipriano de Valera (1602); la Biblia Anotada de Scofield con el texto de Reina Valera de 1960, encabezan los Hebreos así: «La Epístola de San Pablo a los Hebreos».
El testimonio de la conversión de Saulo de Tarso se menciona tres veces en el libro de los Hechos y Gálatas. Incluso, ligeramente, otras epístolas de su autoría, reflejan su biografía espiritual. Y es la conversión más espectacular al cristianismo en el Siglo I.
Pablo de Tarso antes de ser un seguidor de Jesucristo, era un seguidor apasionado de su fe farisea, que lo llevó al extremo de ser un perseguidor para los seguidores del Mesías Jesús o «Los del Camino», como se les conocía antes de ser llamados de manera burlona «Cristianos», por primera vez en Antioquía de Siria.
Este fanático fariseo tuvo un encuentro personal con el Cristo Pascual, camino a Damasco, en el que éste se le reveló, siendo la última aparición del Cristo resucitado. Ese encuentro lo dejó ciego durante tres días y en su parto espiritual le ayudó un discípulo cristiano llamado Ananías.
De ahí en adelante, la misión de Pablo de Tarso fue la de anunciar la Buena Nueva, donde presentó a Jesucristo como el Mesías esperado por Israel, que vino en el cumplimiento de los tiempos, pero además se esforzó apasionadamente por llevar el evangelio de la gracia, a los rincones del mundo gentil que podía alcanzar. Fue defensor de la inclusión de los gentiles a la fe cristiana, abogando a favor de estos para que fueran parte de la iglesia sin pasar por los rituales judíos. De esa manera libró a los gentiles de judaizarse.
«Antes, por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión» (Gal. 2:7-9).
El futuro «Apóstol a los Gentiles», fue mirado con sospechas por muchos cristianos de Damasco primero y luego por muchos judeocristianos de Jerusalén. Bernabé, un personaje influyente entre los jerarcas y creyentes de Jesús en Jerusalén, lo protegió y se transformó así en el número dos al lado de Bernabé. Luego emergió como un número uno, transformándose en el «Gigante del Cristianismo».
«Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole,