Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay. Juan Carlos Luzuriaga. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Carlos Luzuriaga
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789974877108
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Era el caso de Offley Scoones, interior izquierdo de los prestigiosos azules de Oxford, y de Henry Stanley Bowles, centre forward de las divisiones juveniles del Preston North End.

      En ese momento la supremacía pasó a ser del Albion, cuya superioridad sobre el CURCC fue clara desde 1895 hasta 1897. Se había convertido en la potencia futbolística del medio local.

      Varios de sus socios elaboraron propuestas para mejorar las instalaciones en Punta Carretas. La de J. Stewart contemplaba gradería, vestuario y sala para damas, con un costo estimado en 1000 pesos. William Mac Lean presentó un proyecto que el Sr. Adams estimó en 1500 pesos. El más ambicioso era el de Henry Lichtenberger. Incluía una gradería para 250 personas, vestuario con baños y aparadores, sala para damas y cuarto para los peones. Preveía también alisar, nivelar y cercar el campo de juego. En este caso el presupuesto estimado era de 2000 pesos.

      Como se ha visto, en sus primeros partidos el CURCC fue vencido por el Albion. El 30 de julio de 1893 la derrota fue a domicilio, por 4 a 3. El tono de los enfrentamientos puede vislumbrarse a través de la crónica de El Día de un mes más tarde, el miércoles 30 de agosto, tras la victoria de Albion 3 a 2 frente al equipo del Ferrocarril.

      Después del partido, el equipo de Peñarol fue homenajeado por el Albión F. C. con una cena, ofrecida en el Hotel Pirámides, donde transcurrió una velada de lo más entretenida. El Sr. W. J. Maclean comenzó con un brindis pidiendo por la salud de la Reina y la prosperidad del CURCC.

      El Sr. A. W. Davenport propuso entonces lo mismo para el AFC y, después, para el MVCC y la República Oriental del Uruguay. Los brindis fueron propuestos por los Sres. Messrs. Marchbanks y Sturzenegger.

      Las canciones fueron ofrecidas por Messrs. Barker, Davies, Adam, Rouse, Clark, Sturzenegger, Marchbanks, Broker, Davenport y Thomas […].

      Después de haber cantado Auld Lang Syne, God Save the Queen [la tradicional canción del adiós y el himno real] y el himno nacional, el grupo se dividió y el equipo de Peñarol fue acompañado hasta la Estación Central, donde un tren especial lo esperaba, y se escucharon alegres despedidas, conformando una muy agradable conclusión a la Temporada de Fútbol de 1893.

      Ese año Albion también había podido derrotar a un team del crucero hms Sirius por un score de 3 a 1.

      Los footballers de la Royal Navy en el Plata

      Desde los inicios del Estado Oriental, en 1830, prácticamente siempre había en la rada de Montevideo uno o más buques de la Royal Navy. Era otra de las expresiones visibles del imperio. En la South East Coast of America Station estuvieron el hms Sirius entre 1892 y 1895, entre 1889 y 1900 las balandras de casco de acero y hélice hms Swallow, hms Beagle y hms Basilisk. También anclaron las cañoneras Acorn y Nymphe, los cruceros Cambrian, Flora, Pegasus y Retribution.

      Estos buques de guerra tenían cientos de tripulantes. Muchos de estos conocían el fútbol desde fuera del campo de juego y algunos desde dentro. Su experiencia los hacía temibles para los footballers residentes en Montevideo. Aún no se había construido el puerto y los marinos arribaban a la costa en lanchones. Jugaban en Punta Carretas o en villa Peñarol, la Aguada o el Guruyú, en la Ciudad Vieja. Por ejemplo, en cinco días el team del hms Retribution —nave insignia de su flotilla— jugó dos partidos con el CURCC, el 5 y el 10 de junio de 1897, que ganó y perdió por la mínima diferencia. El CURCC tuvo, además, una decena de enfrentamientos con teams de otros siete cruceros de su majestad entre 1896 y 1900.

      A veces la contienda involucraba a una especie de combinado de la Royal Navy, tal como sucedió el domingo 27 de mayo de 1900. Los carteles anunciaban un «¡Colosal Partido!» a las dos y media de la tarde entre el Albion y un «formidable cuadro» formado por oficiales de las naves Flora, Pegasus, Basilisk y Swallow. Los matches entre las tripulaciones y los teams de Montevideo eran frecuentes. Hasta 1901, por ejemplo, el Albion había disputado 55 partidos contra dotaciones de naves británicas. Seguramente el Cricket y el Rowing también jugaron numerosos partidos contra marinos. Estos rivales foráneos estimulaban la competencia y el desarrollo del juego.

      El field del Albion en Paso del Molino

      El Albion era por entonces el referente. En todo 1896 fue vencido en un solo match de 19, por 1 a 0 frente a los marinos del hms Basilisk, aunque en la revancha su victoria fue categórica: 6 a 0. Los dos años siguientes hubo una mayor paridad con el club del Ferrocarril: de seis partidos el Albion ganó tres, el CURCC dos y hubo un empate. Albion culminó el siglo con la inauguración de su stadium en el Paso del Molino. Con el tiempo, ese espacio geográfico sería conocido como Prado. Fue el 1.o de abril de 1899, con un match frente al hms Basilisk. Era un cambio importante. El field estaba cercado, tenía un palco para invitados y se habilitaba una tribuna —todo de madera— para los partidos en que se preveía mayor concurrencia. El dueño de casa ganó 1 a 0, con el arbitraje de Henry Stanley Bowles.

      Deutscher Fussball Klub Montevideo

      El football también fue adoptado por miembros de la colectividad alemana. Estos llegaban al país de la mano de diversas industrias y negocios de importación. Con patrones culturales y conductas similares a los de los anglosajones, los alemanes se integraron en el Montevideo Rowing y en la sociedad de gimnasia L’Avenir, y dieron origen al Deutscher Fussball Klub en 1896. La nueva institución se fundó oficialmente el 23 de mayo de 1897, y con la formalidad propia de la época notificó al Albion la composición de su directiva: Ricardo Lindeke, presidente provisorio y capitán, y Carlos Trinkle, vicepresidente y vicecapitán.

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      IV

      LA RESPUESTA CRIOLLA:

      1896-1900

      La exaltación de lo nacional

      Desde los años sesenta del siglo XIX, con fuerza creciente en diferentes ámbitos, se fue consolidando en el Uruguay la conciencia nacional. El Estado Oriental fue ganando autonomía en relación con las grandes potencias vecinas, mientras los sectores dirigentes y cultos fueron buscando crear, primero para sí mismos y luego en toda la sociedad, la noción de pertenecer a un país con su propia historia, sus héroes y sus tradiciones. En este proceso se reivindicó la figura de José Artigas como el patriota clave para la independencia, junto con una serie de acontecimientos que iban siendo interpretados por los gobiernos, analizados en estudios históricos, divulgados en artículos periodísticos y en las más variadas expresiones artísticas.

      En la plástica resultan claves algunas obras de Juan Manuel Blanes sobre hechos históricos —como el Juramento de los Treinta y Tres (1878), la Batalla de Sarandí (1882), Artigas en la Ciudadela (1884)— y otras de tono costumbrista con figuras y motivos rurales —como Los dos caminos, Gaucho en el palenque y Baqueano, entre otras muchas pintadas entre 1875 y 1878—. Al mismo tiempo se erigían esculturas como el monumento a la Independencia (1879) en Florida, de Juan Ferrari. En poesía épica, Juan Zorrilla de San Martín daba a conocer La leyenda patria (1879) y Tabaré (1888). En literatura se publicaban novelas históricas como Ismael (1880), Nativa (1890) y Grito de gloria (1893), todas de Eduardo Acevedo Díaz, con cuyos protagonistas muchos identificaban a sus antepasados o a sí mismos. No faltaron las expresiones musicales, de las que probablemente la más conocida sea la marcha Mi bandera, estrenada el 25 de agosto de 1900.

      Todas las iniciativas de carácter nacionalista tenían eco en amplios sectores de la sociedad. La atracción por lo nacional, en sentido genérico, abarcaba desde los espectáculos que enaltecían actividades rurales,