No toda la población podía tener casas de este estilo, solo los grandes señores podían darse el lujo de establecer su residencia en el lugar y en la forma ideal siguiendo el esquema de las estrellas para que todo estuviera en orden, riqueza y armonía, prometiendo paz, salud y larga vida.
En el Este está el nacimiento y la vida.
En el Oeste lo nuevo, lo espiritual y la prosperidad.
Sin embargo, del Este pueden venir incendios, sequías, inundaciones, grandes olas y calamidades de todos los tipos.
Y del Oeste pueden llegar enemigos, ladrones, guerras, demonios, terremotos y destrucción.
Hay que dejar que entre la luz del Este, pero no permitir que queme o caliente demasiado el ambiente.
Hay que dejar que el viento del Oeste limpie y oree la casa, pero no hay que permitir que su aliento frío traiga enfermedades y desdicha.
Por tanto, tanto el Este como el Oeste hay que controlarlos, llenar de naturaleza el Este, y rezar hacia el Oeste.
El Qi
El Feng Shui en sus inicios solo cuenta con cuatro puertas, la de los puntos cardinales, y un centro, o Qi, fuente de energía de los principios básicos del Yin y del Yang.
El Qi, centro energético del todo.
El Qi, por tanto, es tan importante como el resto de las orientaciones, ya que es el centro neurálgico del hogar y, por supuesto, de todo negocio.
Para los chinos, el negocio y el hogar guardan una firme y total correspondencia, donde los hombres y las mujeres trabajan codo con codo, tanto en la siembra como en la cosecha, en la cocina como en el cuidado del hogar, a pesar de las diferencias de género, porque tanto el hogar como el negocio tienen que ser productivos y generar bienestar para toda la familia.
La jerarquía parte del Qi de una forma transversal donde todos sus ocupantes tienen una función en favor de la comunidad, y si bien se pide una obediencia total de los hijos hacia los padres, y de los padres hacia los abuelos o hacia los ancestros, esta no es abusiva ni tiránica, sino una forma moral de relación que parte del Qi y se expande por el hogar, el negocio y el mundo entero.
Es por ello que escoger el lugar de erigir la casa o poner un negocio es de capital importancia, ya que la misma Tierra tiene sus centros de energía, y poner una casa o un negocio sin centro de energía es lanzarse al vacío y programar la propia ruina.
Todo cuerpo tiene un Qi, que es tan físico y palpable como espiritual.
Todo ser tiene su propio Qi. Los seres humanos suelen tener el Qi en el centro exacto del cuerpo que, dependiendo de la anatomía de cada quien, guarda un lugar: para algunos en el ombligo, para otros sobre el tejido linfático (hígado, bazo, riñones, páncreas), y para otros sobre las lumbares o incluso en el pubis, un poco por encima de los órganos sexuales.
Desde ese punto el Qi irradia su energía por todo el cuerpo humano a lo largo de la columna vertebral, extendiéndose hacia los miembros inferiores y superiores, y expresándose con fuerza en cuello, cara, nariz, ojos, frente y cerebro.
Una persona no puede vivir sin Qi.
El Qi da salud, fuerza y longevidad, y se activa y se estimula con los ahora famosos ejercicios del Tai Chi (Tai Qi), o el Tai Chi Quan en su versión de arte marcial, que millones de chinos practican todos los días en los jardines de sus ciudades.
Un Qi débil es señal de enfermedad y pobreza física, mental, anímica y espiritual.
Para el Feng Shui, todas y cada una de las cosas que nos rodean tienen su propio Qi, y, si no lo tienen, no sirven para nada y contaminan el ambiente llenándolo de negatividad y sus males subsecuentes.
Los cinco elementos chinos (Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera) nacen del Qi y dan forma al mundo y al universo entero.
El Qi no es solo una idea o un concepto vago y esotérico, se puede sentir perfectamente con las palmas de las manos, en el cuerpo propio y en los cuerpos de los demás, con un péndulo, una vara seca, y hasta con el humo de una vela.
Hoy en día, incluso con cualquier instrumento moderno capaz de captar ondas electromagnéticas se puede descubrir el Qi de las cosas y hasta su potencia.
Hoy sabemos que el cuerpo humano funciona con electricidad, y que tiene capacidad magnética de atraer metales, eléctrica de transmisión, electricidad estática y corrientes electromagnéticas que lo recorren y animan, y que incluso se pueden medir con un osciloscopio.
A nuestros hogares y a nuestros negocios les sucede lo mismo, captan y emanan energía, tienen carga, irradian, transmiten y absorben, y esto puede medirse, calcularse y hasta manipularse.
El Qi material suele estar en el centro de una casa o de un negocio, pero también puede moverse hacia los conductos de agua o electricidad, o manipularse distribuyendo los cinco elementos y modificando el universo interior del local o de la casa, como veremos más adelante en cada bagua y su correspondencia con los negocios.
Los cinco elementos y los negocios
Compatibilidades y conflictos
Así como en el Occidente clásico los elementos que conformaban toda la materia eran cuatro (Fuego, Tierra, Aire y Agua), en la China milenaria, y dentro del esquema del Feng Shui, eran cinco:
-Agua que se dirige a la Madera para darle vida.
-Madera que se dirige al Fuego para darle combustible.
-Fuego que se dirige a la Tierra para darle forma.
-Tierra que se dirige al Metal para producirlo.
-Metal que se dirige al Agua para darle cauce, (sistema Después del Cielo).
Tanto en Occidente como en Oriente hay un elemento sutil.
En Occidente es la Quintaesencia del Espíritu.
En Oriente es el Aliento Vital de Qi.
Dependiendo de la Escuela de Feng Shui, la posición y la relación de los elementos cambia:
-El Fuego da forma a la Madera.
-La Madera encauza al Agua.
-El Agua depura al Metal.
-El Metal fortalece a la Tierra.
-La Tierra contiene al Fuego (sistema Antes del Cielo).
-La Madera alimenta al Fuego.
-El Fuego quema y de sus cenizas nace la Tierra.
-La Tierra lleva en sus entrañas al Metal.
-El Metal se descompone para formar el Agua.
-El Agua da vida a la Madera (sistema de las Nueve Estrellas).
Se podría decir que todos tienen razón, ya que las relaciones parecen de sentido común, y sin embargo hubo luchas cruentas y sangrientas entre varias escuelas de Feng Shui para que se siguiera su esquema y no ningún otro.
En lo que sí parece que había cierto acuerdo era en la relación conflictiva (Chan) de los elementos, sobre todo en lo que a negocios se refiere:
-El Fuego vivo destruye, funde y licúa al Metal.
-El Metal oxidado desencaja y destruye a la Madera.
-La Madera en demasía empobrece a la Tierra.
-La Tierra endurecida retiene y estanca al Agua.
-El Agua desbordada o en borbotón acaba con el Fuego.
En los negocios
Agua
De