La magia de la escritura, y el mismo conocimiento de su significado, se mantuvo en secreto durante mucho tiempo, porque las élites siempre han considerado, quizá erróneamente, que el conocimiento es poder, y no han querido compartirlo.
La información es poder, ciertamente, y sobre todo en el mundo de los negocios, donde las oportunidades a menudo son escasas, y que todo el mundo las conozca puede reducirlas más aún.
La información privilegiada que guardaban los trigramas poco a poco fue perdiendo su cualidad de secreto, y lo que antes estaba reservado solo para los poderosos se fue democratizando y hasta vulgarizando. Ya no eran sabios y letrados monjes los que entendían su contenido, sino santones, magos, brujas, casamenteros y hasta simples diletantes y charlatanes que aprovechaban la ignorancia ajena, tal como sucede hoy en día, solo que eso sucedió en la China, con libros como el I Ching (o I King), datado en el 1400 antes de nuestra era, que ya daba las claves de la fama y la fortuna a través de los dobles trigramas o hexagramas.
Hexagramas del I Ching.
Iniciando con un doble Qian (el orden y la administración), y cerrando con un Khan-Li (el señor y el pueblo), el I Ching desvelaba los secretos del Feng Shui para todos aquellos que quisieran saberlos.
Cada trigrama tiene varios significados, como en cualquier otro idioma donde las palabras son polisémicas, y su interpretación depende tanto del lector como del contexto donde se apliquen.
Khan es el señor, pero también es el general o el gobernante.
Qian es la señora, pero también es el orden y la administración.
Gen es el consejero, pero también es el solterón o el ermitaño.
Chen es la fortuna, pero también es el amanecer y la primavera.
Dui es el monje, pero también es el viajero o el estudiante.
Kun es la hermana mayor, pero también es la viuda o la madre soltera.
Xun es la hermana menor, pero también es la guerrera o la empresaria.
Li es la cocinera, pero también es el pueblo o la cuarta y preferida esposa.
El orden del universo en la tierra
Los 4 Puntos Cardinales y el Qi
Buena parte de las astrologías y protoastronomías de todas las culturas que han observado los cielos a lo largo del tiempo, han intentado encontrar un correlación entre los cuerpos celestes y lo que ocurre en la Tierra.
La observación del cielo en el Norte del planeta es diferente a la del Sur, pero este dato tan simple y sencillo no fue comprendido durante milenios, y los observadores pensaban que el cielo y sus estrellas eran iguales para todos.
En el Norte no se ve la Estrella del Sur y en el Sur no se ve la Estrella Polar.
La visión de los cielos Aimara, en el Sur de América, es bien distinta a la visión del cielo en China, y si bien China y todo el Norte del planeta comparten la misma visión celestial, la aparente salida y puesta del Sol es percibida de distinta manera, dando lugar al Este, o Levante del Sol, y al Oeste o Poniente del Sol.
Por supuesto, esta capacidad de establecer los puntos cardinales de la Tierra conlleva la concepción de la redondez del planeta, o al menos de su movimiento y del movimiento de los cuerpos celestes.
Mayas, chinos e hindúes, en primer lugar, llegaron a conclusiones parecidas en diferentes épocas y desde diferentes observatorios. El cielo y el planeta se mueven con un orden cíclico que se puede calcular y comparar: cuando el planeta rojo se eleva y la estación se vuelve más caliente, la gente se vuelve más violenta; cuando la estrella del amanecer y el atardecer es acompañada por la primavera y el verano, la gente se vuelve más amable y amorosa, y las siembras y las cosechas son más prósperas y abundantes; cuando el pequeño planeta gris, el que acompaña siempre al Sol, se eleva durante los cambios de estaciones, la gente está más alegre, comunicativa, sana y dispuesta a intercambiar bienes.
Las observaciones se repiten, y, si se repiten, es posible y viable hacer vaticinios más o menos exactos.
El Sur es cálido y productivo.
El Norte es frío y acumulativo.
En el Sur, por tanto, no suele ahorrarse ni prevenir las malas épocas, lo que a veces provoca carencia después de la abundancia, incluso hambrunas y pobreza.
En el Norte se ahorra y se acumula, lo que con el tiempo asegura abundancia y riqueza a pesar de las inclemencias del tiempo.
El Sur es alegre, pero es pobre.
El Norte es menos alegre, pero es rico.
El Sur se llena de gente que obedece.
El Norte tiene poca gente, pero es la gente que manda.
En el Norte está, por tanto, el poder.
En el Sur, a su vez, se encuentra la masa.
En el Sur hay calor y luz.
En el Norte hay frío y oscuridad.
En el Sur las puertas del cielo se abren y hay agua en abundancia.
En el Norte las puertas del cielo se cierran y hay tierra en abundancia.
Los cuatro puntos cardinales antes del cielo.
Para la Escuela de Feng Shui Antes del Cielo, el Norte está abajo y el Sur está arriba, el Este a mano izquierda y el Oeste a mano derecha, un estilo copiado por los ingleses en la época de las conquistas, y que es contrario a la visión que tenemos en los mapas, como el de Mercator, donde el Norte está arriba, el Sur Abajo, el Este a la derecha y el Oeste a la izquierda.
Hoy sabemos que en el espacio en el que se encuentra nuestro planeta no hay arriba ni abajo, ni izquierda ni derecha, porque de hecho no sabemos dónde estamos ni si caemos o nos elevamos en el espacio, por más que los científicos quieran convencernos de cierta estabilidad gracias a cosas como la materia y la energía oscura (porque no las ven, pero las inventan), lo mismo que los antiguos astrólogos y astrónomos que le llamaban simplemente orden universal.
Cuando salió la primera versión de este libro, a finales del pasado siglo XX, aún no había telescopio alguno que nos dijera cómo era el cielo del Sur, porque hasta el 2014 no entró en funcionamiento el Observatorio de Atacama; y de hecho aún no sabemos cómo es el cielo observado desde la Antártida, es decir, no sabemos qué hay debajo de la Tierra: Atas cargando al mundo, una Tortuga Milenaria, como proponían mayas y chinos, o un elefante sagrado, como imaginaban en la India. Simple y llanamente no lo sabemos, aunque quizá los grandes gobiernos del Norte, que desde hace setenta años tienen bases en la Antártida, sí lo sepan.
Norte, siempre visible.
Sur, parcialmente visible.
Por supuesto, para el Feng Shui la Tierra flota sobre las oscuras Aguas Eternas, como una continuidad de las abundantes aguas terrestres del océano Pacífico y los mares del Sur.
En el Sur hay mucho, pero se aprovecha poco.
En el Norte hay poco pero se aprovecha mucho y, cuando hace falta, se echa mano a los recursos del Sur, como ha venido sucediendo desde hace dos mil años por lo menos.
Como en el Norte están el poder y la riqueza, durante siglos muchas construcciones en China se edificaban siguiendo el esquema de la Estrella Polar y la Osa Menor, o Escuela de las Nueve Estrellas:
Con una larga entrada rodeada de árboles, jardines