5. Miriam Peña, “Museo Policial Inspector Mayor Constantivo Vesiroglos. Una breve historia”, Museo Policial, Policía de la Provincia de Buenos Aires, 2019, mimeo.
6. Pompeyo Audivert, “Museo ocultismo”, Pompeyo Audivert, 5 de julio de 2007, http://pompeyoaudivert.blogspot.com/2007/07/museo-ocultismo.html.
1. Narrativas museísticas sobre el origen, funciones y heroísmo de la Gendarmería Nacional Argentina
Mariano Melotto
Partiendo de la idea de que el sentido que las instituciones tienen sobre lo que son se construye por discursos y narrativas públicas, este trabajo indaga cómo en el Museo Histórico de Gendarmería Nacional se combinan elementos para exponer ciertos tópicos sobre lo que significa ser gendarme. Más precisamente, nos interesa mostrar dos aspectos centrales que mujeres y hombres gendarmes usan para contar quiénes son; nos referimos al origen de la institución e, íntimamente relacionado con ello, al trabajo de frontera que realizan, entendido como la función característica de la fuerza. Para ello, utilizaremos como principal insumo datos recogidos durante diferentes visitas al Museo.1 También recurriremos, en menor medida, a entrevistas realizadas como parte de nuestro trabajo de campo etnográfico realizado entre 2012 y 2014 en escuelas e institutos de Gendarmería Nacional, cuyos resultados se plasmaron en nuestra tesis de doctorado inédita, “Ingresando a la fuerza: un estudio antropológico sobre las escuelas de formación básica de la Gendarmería Nacional Argentina”, defendida y aprobada durante 2017.
Como se plantea en la introducción de este volumen, los museos recortan una parte de la historia como memoria instituida y la exponen a sus visitantes en la forma de un relato. Este es construido siempre desde y para el presente, por ello varía históricamente, ya que de no ser así pasarían a transformarse en sitios históricos o ruinas. Asimismo, es casi una verdad de Perogrullo que no hay semántica sin sintaxis (Magariños de Morentín, 1996). Así, la forma en que se combinan y ordenan los objetos que nos ofrecen los museos conforman sentido, ofrecen una explicación, en nuestro caso, sobre una institución de seguridad.
Refiriéndose al Museo Histórico de la Gendarmería Nacional, Diego Escolar explica que, al igual que la mayoría de los museos institucionales, este “es un museo del olvido. Recorta la historia y deja solo aquellos aspectos que proporcionan una imagen deseada. Está orientado a mostrar lo que se quiere ser, no lo que se es. Y esto es, básicamente, una Gendarmería muy profesionalizada y con una genealogía distinta que el Ejército” (2017: 130).2
Partiendo de estas nociones, nos proponemos entonces indagar la manera en que, a través de los relatos construidos de manera selectiva, la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) le cuenta a quienes visitan su museo una ficción fundadora sobre su origen histórico y su labor como “centinelas de la patria”.
Recorriendo el Museo Histórico de Gendarmería Nacional
El Museo de la Gendarmería Nacional reposa a la sombra del edificio Centinela, en el barrio de Retiro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. De acuerdo con la página web de prensa de la Gendarmería y el sitio oficial del Ministerio de Seguridad de la Nación,3 la inauguración del Museo Histórico de Gendarmería Nacional se realizó el 26 de julio de 1979. En estos sitios oficiales de internet se explica también que el Museo cuenta con una superficie de mil metros cuadrados dividida en cinco salas, cada una de las cuales lleva el nombre de antiguos integrantes de la fuerza, reconocidos por motivos disímiles, como referentes institucionales.
La primera vez que visitamos el Museo de Gendarmería Nacional fue en 2015, en el marco de un convenio de asistencia técnica entre la Universidad Nacional de Lanús y el Ministerio de Seguridad de la Nación. La visita fue circunstancial: en realidad, nos encontrábamos trabajando en el Archivo Histórico de Gendarmería Nacional que se encuentra en una oficina colindante al museo. En aquella ocasión, el comandante principal a cargo de ambas dependencias nos invitó a conocerlo, guiados por un joven oficial que llamaremos Javier4 y que es, además, historiador. Fue una visita de carácter recreativo antes que indagatorio, realizada en un descanso que nos tomamos entre revisiones de Órdenes del Día y otros documentos institucionales; a lo sumo podemos decir que fue exploratoria. Por ello, este trabajo se concentrará casi exclusivamente en los datos construidos en visitas posteriores y solo excepcionalmente haremos referencia a la del 2015, cuando lo consideremos necesario.
Tres años después, a lo largo del 2018, regresamos en dos ocasiones más al Museo Histórico de Gendarmería Nacional con el objetivo de recabar información para el trabajo que aquí presentamos. En la primera de estas dos visitas, nos recibió nuevamente Javier, que nos guió a lo largo de todo el recorrido. En la segunda realizamos un recorrido sin guía pero acompañados por un suboficial que llamaremos Franco. En esa ocasión nos recibió, además, el encargado del Museo y Archivo Histórico de la GNA, a quien nos referiremos como Gustavo. Si bien no es nuestro objetivo dar cuenta de las diferencias entre las visitas, es importante aclarar que del 2015 a la fecha se realizaron modificaciones, principalmente en la disposición de las vitrinas y de los objetos, aunque también se incorporaron nuevos temas y se quitaron otros (Escolar, 2017: 113-131).
En todas nuestras visitas iniciamos el recorrido por la sala I, que lleva el nombre de General de Brigada Don Manuel María Calderón, quien fue el primer director general de la institución al momento de su creación en 1938.5 La sala está conformada por diversos elementos organizados con el fin de representar el origen y los antecedentes históricos de Gendarmería como fuerza de frontera. Javier inicia la visita con un breve repaso por la historia de los primeros directores y nos cuenta que en los orígenes, y durante la mayor parte de la historia institucional, el director de Gendarmería debía provenir de las filas del Ejército Argentino. Continúa aclarando que esta condición fue revertida cuando el 29 de junio de 1984, por el decreto 2048 del Poder Ejecutivo Nacional, se designa como director nacional de Gendarmería al comandante general Arturo Lopetegui, un miembro que provenía de las propias filas de la institución. Así, a partir de dicho decreto del entonces presidente Raúl Alfonsín, se establece que el director de la GNA deberá provenir de las propias filas. Javier nos dice además que el 28 de julio de 2018 se cumplió el 80º aniversario de la creación de la Gendarmería.
El guía prosigue explicándonos que, en sus orígenes, la GNA era una fuerza dependiente del Ejército Argentino, por lo que se encontraba bajo la órbita del Ministerio de Defensa, y que luego en 1992 pasa a tener una doble dependencia sumando su filiación al Ministerio de Interior en lo referido a cuestiones de seguridad interior.6 Finalmente, desde 2010 y con la creación del Ministerio de Seguridad de la Nación, la GNA cambia su subordinación a este ministerio, dependencia que se mantiene hasta la actualidad.
El siguiente punto de nuestro itinerario se organiza en torno a un sector del Museo que hace referencia al Cuerpo de Blandengues. Una vitrina conserva un uniforme histórico de dicha milicia. En otra se observa una maqueta a escala del Fortín de Salto, donde se reproduce con gran detalle de dicha fortificación de madera, su empalizada o muro formado de troncos, el mangrullo, tres “ranchos”, una miniatura de un caballo “ensillado” y otras seis de blandengues distribuidos en diferentes partes de la maqueta. Otro objeto que se exhibe del Cuerpo de Blandengues es una lanza con un banderín perteneciente al fuerte El Zanjón de Chascomús, de 1770.
Una vez que nos detenemos frente a estas vitrinas, Javier retoma su relato explicando que el Cuerpo de Blandengues era una fuerza militar fronteriza de la época colonial, y sigue:
Sus inicios fueron en 1724 hasta 1810. Nosotros lo tomamos como orígenes al Cuerpo de Blandengues principalmente por las funciones que cumplía. Era