La misión liberadora de Jesús. Darío López R.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Darío López R.
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религиозные тексты
Год издания: 0
isbn: 9789972701993
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la lucha contra la pobreza y el racismo, así como la acción social y política con el propósito de lograr transformaciones sociales significativas favorables a los pobres y los excluidos, antes que una politización del evangelio, son una exigencia evangélica para los discípulos de Jesucristo y expresiones concretas de vivir en el poder del Espíritu13.

      En este documento se afirma que desde un sector minoritario de las iglesias evangélicas situadas en la periferia de la sociedad se ha comenzado a tejer una teología de la vida. Una teología que se visibiliza en una resistencia activa no violenta a las fuerzas de la anti-vida que actúan impunemente en nuestras sociedades afectadas por el abuso de poder, las injusticias, la corrupción, la marginación y la exclusión, y altos niveles de pobreza y pobreza extrema14. Una teología que valora y defiende la vida de todos los seres humanos como creación de Dios y que se ahonda cuando se proclama la justicia del reino de Dios en un contexto de injusticia institucionalizada. La hebra teológica de esta teología, anclada en la buena noticia del reino de Dios, es el amor preferencial de Dios por los pobres y los excluidos15. Amor preferencial que es un tema transversal en las Sagradas Escrituras que presenta a Dios como el go’el de los desheredados, que defiende a los desvalidos, incluye a los excluidos, reinserta a los parias, humaniza lo que la sociedad cosifica y dignifica a las personas que los poderosos tienen como sobrantes16.

      ¿Por qué Galilea?

      ¿Por qué comenzó Jesús su misión liberadora en Galilea? ¿Qué tenía en especial Galilea para convertirse en el espacio geográfico privilegiado desde el cual se comenzó a pregonar la buena noticia del reino de Dios? ¿Por qué Galilea y por qué no Jerusalén? ¿Por qué desde la periferia y por qué no desde el centro del poder? Estas preguntas para nada teóricas y menos aún especulativas, mediante las cuales buscaba comprender la perspectiva lucana sobre la misión liberadora de Jesús, me las formulé una y otra vez en los últimos años, y paso a paso se me fueron aclarando varios asuntos que me ayudaron a replantear mi comprensión de la misión cristiana y de mi servicio pastoral a los pobres y los excluidos.

      ¿Qué pensaban los judíos de Jerusalén sobre Galilea? Juan en su evangelio registra que ellos preguntaban: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? (Jn 1.46). ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta (Jn 7.52). Ambas preguntas, así como la afirmación al final de la segunda pregunta, expresan la opinión que los judíos tenían sobre Galilea, que en ese tiempo estaba considerada como:

      Una región de poca importancia. Casi ignorada en el Antiguo Testamento, «comarca de los gentiles» será llamada en Isaías 8.23 (texto citado por Mt 4.15, 16), los evangelios la mencionarán sin embargo repetidas veces. Se trata de una región despreciada por los habitantes de Judea en donde se encuentra Jerusalén. Galilea es zona provinciana, vecina a poblaciones paganas e influida por ellas en su habla de marcado acento [...] en sus costumbres y en sus poco ortodoxas prácticas religiosas. Nada bueno puede salir de Galilea, de eso están convencidos los buenos judíos. (Gutiérrez 1989: 196–197)

      La situación de pobreza y marginalidad de Galilea contrastaba con los privilegios de Jerusalén como centro religioso, político, cultural y económico de Palestina. La diferencia entre Galilea y Jerusalén era abismal. Mientras que la primera era sinónimo de pobreza y margi­nación, la segunda disfrutaba de una serie de privilegios que ahondaba mucho más las diferencias. Esa realidad explica por qué los judíos de Jerusalén trataban con desprecio a los incultos galileos, como puede deducirse de la referencia registrada en Hechos 4.13: ántropoi agrammatoí kai idiotai (gente sin estudios ni preparación).

      Un autor resume así el contraste que existía entre Galilea y Jerusalén:

      En los tiempos del ministerio de Jesús, como resultado de las inmi­graciones producidas desde Judea en busca de mejores condiciones de vida, había en Galilea muchos desheredados, hombres sin patria. Es muy posible que toda Galilea estuviera superpoblada en relación con las posibilidades de la tierra. Abundaban los huérfanos, las viudas, los pobres y los desempleados. Esta situación contrastaba con la vida que los judíos llevaban en Jerusalén. En ésta las cosas eran distintas. Jerusalén era el centro religioso y esto le daba una serie de beneficios que ponían a sus habitantes en una real situación de privilegio... (Saracco 1982: 9)

      Esta provincia carenciada fue el espacio geográfico que Jesús escogió para comenzar a predicar la buena noticia del reino de Dios (Mr 1.14–15; Mt 4.12–25). De acuerdo con un autor:

      Jesús, el Galileo […] anuncia su mensaje desde la insignificancia y la marginalidad. Desde los pobres y despreciados llega la palabra de amor universal del Dios de Jesucristo. Esa misión lo encamina a la confrontación con los grandes de su pueblo que residen en Judea, concretamente en Jerusalén. (Gutiérrez 1989: 197)

      Así fue, en efecto. Desde el comienzo de la historia de Jesús, Lucas acentúa la predilección de Dios por los pobres y los excluidos. Los dos primeros capítulos dan testimonio de esa realidad. Personas de la periferia, como el sacerdote Zacarías y la anciana estéril Elisabet, la campesina María, el anciano Simeón, la anciana profetisa Ana y los despreciados pastores de las montañas de Judea, fueron los primeros testigos del cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento referidas al Mesías. Fueron testigos del comienzo del tiempo de liberación anhelado por los judíos piadosos que esperaban la consolación de Israel y la redención en Jerusalén (2.25, 38).

      Más aún, los evangelios sinópticos indican que Jesús comenzó su misión liberadora en Galilea, anunciando la buena noticia del reino de Dios en los pueblos y aldeas de la región (Mt 4.12–23; Mr 1.14–15; Lc 4.14, 16, 43–44)17. Mateo y Marcos señalan que Jesús, luego de enterarse de que Juan el Bautista estaba preso, regresó a Galilea (Mt 4.12; Mr 1.14). Lucas registra que Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea y que en la aldea de Nazaret expuso públicamente su plataforma mesiánica (4.16–30). A orillas del lago de Galilea llamó a sus primeros discípulos (Mt 4.18–25; Mr 1.16–20). Luego de su resurrección se apareció a sus discípulos en Galilea (Mt 28.16; Mr 16.6–7). Allí les dio el encargo misionero de hacer discípulos en todas las naciones (Mt 28.16–20). Toda esta información puede explicar por qué se afirma que «el movimiento de Jesús estuvo anclado originariamente en el campo […] y era un movimiento galileo» (Theissen 1976: 47)18. Así parece indicarlo Lucas en su referencia a las mujeres galileas que habían seguido a Jesús, quienes permanecieron al pie de la cruz y fueron las primeras testigos de su resurrección (Lc 23.49, 55; 24.1–10). Además, se debe tener en cuenta que Lucas y los otros evangelios sinópticos registran que la gente pensaba que se trataba de un movimiento formado por galileos (Mt 26.69–73; Mr 14.70; Lc 22.59; Hch 2.7).

      A la luz de la información que proporcionan los evangelios, así como de los datos que se tienen sobre las condiciones sociales y políticas de Galilea19, se puede afirmar que la opción galilea de Jesús enunciada en su plataforma mesiánica (4.16–30) y reiterada en la respuesta que dio a los mensajeros de Juan el Bautista (7.18–22), no fue circunstancial o casual. Fue una clara opción por los pobres, los excluidos y los oprimidos. Fue una opción por las víctimas de todas las injusticias. Fue una opción en favor de la vida que provocó continuos desencuentros con los representantes de la religión establecida que planificaron matar al predicador galileo (Mt 12.14). Los agentes del anti-reino y de la anti-vida no toleraban la práctica misionera liberadora de Jesús de opción preferencial por los desheredados, la propuesta de liberación integral que provenía desde la oscura región de Galilea, la buena noticia del reino de Dios proclamada por un despreciado galileo (Mt 13.54–55; Mr 6.2–3; Lc 4.22).

      La opción galilea de Jesús subraya entonces que, desde la solida­ridad con los indefensos de la sociedad y las víctimas de las violencias, desde un compromiso hondo con los menospreciados del mundo, desde los pobres de la tierra, comenzó a proclamarse la buena noticia del reino de Dios. El pregón del reino empezó a proclamarse en