Valoración
En este caso es evidente que la profesión sólo cumple con un valor, la seguridad. Su hobby, la música, desempeña por el contrario un papel mucho más importante. También su actividad en el club deportivo y su vida familiar cumplen mejor sus valores que su profesión. Este resultado muestra claramente que el trabajo va a ser una fuente de insatisfacción.
Sería apropiado prestar atención a vías que realizasen el valor «seguridad» de modo distinto o buscar posibilidades de llevar los otros valores a su trabajo. Por ejemplo, podría especializarse en informática musical (que conectaría la música con su profesión).
También podría trabajar en la informática desde casa (pasando más tiempo con su familia) o fundar su propia empresa.
¿Cómo realiza sus valores?
¿Y qué tal en su caso? Escriba sus valores centrales y sus actividades en esta tabla y valore cada actividad en función del grado en el que realizan sus valores.
En la columna «rango» marque la actividad que realiza en mayor medida sus valores con un «1», la segunda con un «2», etc. (Cuente las notas de cada línea. Cuanto menor sea el resultado, mayor es el grado de realización conseguido a través de esa actividad.) Marque, además, sus mejores notas. Tómese su tiempo. ¡Vale la pena!
Actividades/Valores | Rango |
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Poderoso caballero es don dinero
Antes de que le enviemos a la búsqueda de una meta realmente importante, le queremos sugerir dos breves ejercicios que le ayudarán a aclarar aún más sus metas. ¿Quién no ha soñado alguna vez con que ganaba la lotería? Imagínese que ha ganado la lotería.
¿Qué es lo que haría entonces? O mejor aún, ¿qué cambiaría respecto a lo que ha estado haciendo hasta ahora?
Valórelo usted mismo
Si mediante la tabla que se encuentra más abajo suma los números de ambas respuestas, obtendrá una medida directa de la verdadera importancia que tiene el dinero para su meta actual.
Una meta que se podría realizar «quizá o de ninguna manera» si tuviese el dinero para ello, y que a la vez podría conseguir «realmente» sin dinero, no necesita de ese dinero. Si, por el contrario, pudiera conseguir su meta gracias al dinero, pero sin dinero sería imposible, el dinero pasa a ser entonces una verdadera meta.
¡Me ha tocado la lotería!Supongamos que dispone de un millón de euros. Escriba una lista con las cosas que cambiarían en su vida y responda a estas dos preguntas:¿En qué grado es cierto que haría esto si dispusiese de un 1 millón de euros?Posiblemente, pero más bien no.Quizá.Posiblemente.Seguro.¿Sería posible conseguir lo mismo sin ganar la lotería?Sí, en verdad sí.Si me lo propongo, sí.Apenas posible. Sólo mediante grandes dificultades.No, sería imposible. |
Escriba su necrológica
El segundo ejercicio nace de una idea de un «padre de la gestión de tiempo» americano llamado Stephen Covey: escriba su propia necrológica de forma tan macabra que parezca que va a pasar pronto y de la manera en que le gustaría oírla. Deje a derecha e izquierda un margen libre. A la izquierda escriba todas las actividades que exigen gran parte de su tiempo pero que no salen en su necrológica. A la derecha escriba, si hace falta, motivos por los cuales su necrológica no es la que hubiese escrito para sí mismo.
Desarrolle ideas que le permitan cambiar esta situación.
Encuentre su auténtica vocación
Las personas increíblemente exitosas no sólo tienen metas sino también una «misión», una vocación, una meta vital. Aquí no importa de qué manera definen estas personas el éxito. Una misión puede ser una meta vital religiosa o humanitaria como en el caso de la madre Teresa de Calcuta o de Albert Schweitzer, una de tipo artístico como la del director Steven Spielberg o la del pintor Pablo Picasso, o también una de tipo tecnológico-creativa como la de Bill Gates, el fundador de Microsoft.
Estas personas no tienen por qué ser forzosamente más capaces, talentosas, inteligentes, voluntariosas, o haber tenido más suerte que otras. Lo que han logrado es aunar todas sus fuerzas en la dirección de su meta. Y esto es exactamente lo que hace una misión.
Una misión es la conjunción de todos los valores, convicciones, intereses, deseos y metas de una persona. Una misión confiere una fuerte conciencia hacia la meta, una identidad, decisión, anhelo y entusiasmo. Dicho brevemente: una misión, una meta vital, conforman el camino principal hacia el éxito. Resulta determinante que toda nuestra energía tenga como objetivo principal la búsqueda de una misión.
Dar a la vida una dirección
A la mayoría de las personas les falta esta meta vital. No tienen ninguna misión. Tienen una profesión, un trabajo, una ocupación (aquello que deben hacer), y tienen una vida privada en la que intentan hacer lo que realmente quieren hacer, procurando realizar sus valores. ¿Se acuerda aún del ejemplo del informático? En su caso, a través de su trabajo sólo podía llevar a cabo uno de sus valores: la seguridad. Y sin embargo, dedicaba la mayor parte de su tiempo a esa ocupación. A muchas personas les pasa lo mismo.
Pero no a todas. Aquellas personas que alcanzan realmente el éxito (según sus propios criterios y no según los de otros) han conseguido dar a su obligación y a su deseo una misma dirección.
No diferencian entre trabajo y diversión. Hacen aquello que les llena y por ello se entregan con todo el corazón y tienen tanto éxito.
Cumpla sus sueños
Ya debería estar bastante claro qué es lo que le queremos decir. Lo mejor que puede hacer es averiguar su meta vital, su vocación, su misión. Una profesión, un trabajo, no son suficiente.
Nuestra experiencia nos dice que ahora dirá algo como: «Muy bien, esto suena genial. Pero no es para mí. Esta meta es demasiado alta. Yo no puedo llegar ahí». Eso es absurdo. Evidentemente que puede encontrar su misión. Claro que tiene la posibilidad de escoger: puede seguir como hasta ahora o puede dar a su vida una dirección y realizar sus sueños.
Naturalmente que no queremos ponérselo fácil para luego dejarle solo. Le enseñaremos también cómo encontrar su misión. Para ello, en las siguientes dos páginas le mostramos un ejercicio muy importante. Tómese el tiempo que necesite para buscar su misión. ¡Vale la pena!
Evite las misiones demasiado ambiciosas
Una misión puede ser grande, incluso gigante. Pero no debe ser nunca desalentadora. Una misión no es algo que tenga que conseguir forzosamente, sino algo que dé sentido y finalidad a su vida, que le conduzca a su camino vital y que aúne todos sus valores, intereses y deseos.
Una misión es algo que puede conseguir y que le aportará una ganancia segura. Es algo que ha de buscar si verdaderamente desea tener éxito en su vida. Póngase en camino hacia la interesante búsqueda de su misión personal. El siguiente ejercicio le ayudará a hacerlo.
Busque su propia misión |
Valores y sueños: vuelva a fijarse en sus valores centrales. ¿Qué es lo que podría realizar realmente todos
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