4.4. La pandemia y las cadenas globales de valor
La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto importantes debilidades del sistema de producción manufacturera estructurado en forma de cadenas globales de valor. Hemos podido constatar cómo puede paralizarse la actividad productiva si se produce la rotura de un eslabón. Lo hemos experimentado a gran escala en el momento en que las fábricas chinas interrumpieron su producción, viéndose afectados en consecuencia sectores tan diferentes como la producción de automóviles en Corea a causa de la carencia de determinados componentes, la de productos farmacéuticos en la India por falta de suministro de los principios activos, o el lanzamiento de un nuevo móvil low cost por parte de Apple. Los medios informaron de que la imposibilidad de comprar paracetamol en las farmacias españolas en los primeros días de la pandemia se debió a que la inmensa mayoría de la producción de este medicamento está concentrada en China y que en España no se fabrica en absoluto este producto (ni en ningún otro país de la UE). Un informe de Dun & Bradstreet proporciona una visión de la dimensión global del problema. Según los analistas de esta compañía estadounidense, señera en el negocio de la información empresarial, 938 empresas incluidas en el ranking Fortune 1000 tienen proveedores de primer o segundo nivel en la zona de China afectada por la pandemia. A nivel mundial, las compañías que pueden ver peligrar sus suministros por el impacto del coronavirus en China podrían alcanzar la cifra de cinco millones83.
A esos problemas relacionados con la rotura de eslabones o la pérdida de control sobre la fabricación de productos estratégicos se suman los derivados de la política de reducir al máximo los stocks. El origen de esta estrategia contraria al almacenamiento de existencias, denominada just in time, se remonta a los años cincuenta y fue desarrollada por Toyota. Esta característica nuclear del llamado «toyotismo» se basa en un mecanismo de retroalimentación muy sencillo mediante el cual desde los concesionarios se comunican a la empresa las variaciones de la demanda, lo que genera un flujo de información desde las fases finales de la producción hacia las etapas previas acerca de la cantidad y clase de suministros que se precisan (por ejemplo, en caso de cambios de los gustos de los consumidores en materia de color o potencia de los automóviles)84. De este modo, los distintos componentes de la cadena pueden ajustar su producción a los requerimientos de la demanda. Esta política de reducción de stocks al mínimo, que se generalizó con la globalización, es la que ha provocado la falta de mascarillas o de respiradores para las UCI durante el desarrollo de la pandemia.
No es posible aventurar en estos momentos (mayo de 2020) cómo van a reaccionar empresas y países frente a estos riesgos y en qué medida se va a reestructurar la producción manufacturera a nivel global. Hay demasiadas incertidumbres y se plantean un gran número de interrogantes acerca de la evolución futura de grandes cuestiones, como la distribución de la riqueza o la respuesta frente al cambio climático como para poder hacer predicciones sobre la configuración de la que ya llaman «nueva normalidad», sin saber todavía si será posible estabilizar algún tipo de regularidad tras la pandemia o si, por el contrario, el actual periodo de excepcionalidad se prolongará de una u otra manera.
1. J. R. Capella, Fruta prohibida. Una aproximación histórico-teorética al estudio del derecho y del estado, Trotta, Madrid, 52008, pp. 279-304.
2. La obra se publicó por vez primera en Nueva York en 1944 (trad. castellana: K. Polanyi, La gran transformación, La Piqueta, Madrid, 1989; reed. en formato digital, Editorial Quipu, 2007).
3. D. Harvey, Breve historia del neoliberalismo, Akal, Madrid, 2007, p. 17.
4. J. R. Capella, Fruta prohibida, cit., pp. 275-278.
5. El último libro de Joaquim Sempere constituye una excelente reflexión sobre este tema: J. Sempere, Las cenizas de Prometeo, Pasado & Presente, Barcelona, 2018.
6. Esto es lo que ha llevado a que EE UU haya pasado de ser un «estado providencia» a convertirse en un «estado penitencia»: en vez de subsidiar a los pobres, se les mete en la cárcel. Vid. L. Wacquant, Las cárceles de la miseria, Manantial, Buenos Aires, 2010.
7. D. Harvey, Breve historia del neoliberalismo, cit., pp. 22-23.
8. M. Crozier, S. P. Huntington et al., The crisis of democracy, New York University Press, Nueva York, 1975.
9. La frase de Buffett se ha vuelto muy famosa, pero no siempre se cita con exactitud. El contexto en el que se formuló está muy bien documentado en un artículo de opinión de Greg Sargent publicado en esas fechas (G. Sargent, «There’s been class warfare for the last 20 years, and my class has won»: The Washington Post, 30 de septiembre de 2011).
10. J. R. Capella, Fruta prohibida, cit., pp. 280-288.
11. Ibid., pp. 283-284.
12. J. Izquierdo Martín, La ingeniería financiera y el crimen organizado [En línea]: http://www2.uned.es/dpto-sociologia-I/IZQUIERDO/Delitosyfaltas/02Milken.pdf.
13. https://www.fsb.org/wp-content/uploads/P221119-1.pdf.
14. La expresión «poder político privado» fue acuñada por Juan Ramón Capella. Vid. J. R. Capella, «La globalización: ante una encrucijada político-jurídica»: Anales de la Cátedra Francisco Suárez, 39 (2005), pp. 19-20.
15. P. Drahos, «Derechos globales de propiedad sobre la información: la historia del TRIPS en el GATT»: mientras tanto, 113 (2009), pp. 35-54.
16. J. R. Capella, Fruta prohibida, cit., pp. 307-312.
17. Vid. L. Sklair, «Transnational capitalist class», en The Wiley-Blackwell Encyclopedia of Globalization, Wiley Online Library, 2012.