Escenas de escritura. Cristóbal Olivares. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Cristóbal Olivares
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789569441639
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de cuestiones publicadas en 2016 bajo el título Réplicas. Escritos sobre literatura, arte y política. Por eso detengámonos brevemente en Réplicas, libro ensayístico, organizado en siete secciones, siete parérgones representados por figuras provenientes del mundo animal (murciélago, huemul, nutria, erizo marino, martín pescador) y vegetal (canelo, ciruelillo). Estos encabezados, si bien enmarcan las secciones, no cumplen una función simplemente ornamental, sino que hilvanan la trama, el ‘hilo conductor’ de las Réplicas. Corresponden, pues, a fragmentos de un trabajo de investigación antropológica que Eltit y Óscar Aguilera llevaron a cabo a comienzo de los años ochenta, que buscaba conformar un léxico del Pueblo Kawésqar y cuyos resultados fueron publicados en 1986 en la revista Trilogía 10.6 de la Universidad Tecnológica Metropolitana. Ahora bien, el rol fundamental de Diamela Eltit en esa investigación, según el testimonio que la propia autora ofrece en otro lugar, corresponde a un trabajo de ‘interpretación de las hablas’.

      Tal vez pueda entenderse este vértigo en el trabajo de invocar las hablas marginales que azotan la letra desde la vanguardia de territorios ocupados por el espectro colonial de la lengua española.

       V

      Héctor Hernández Montecinos es muchas cosas. Profesor de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, poeta, editor, gestor cultural, también fue reconocido con el Premio Pablo Neruda el año 2009. Pero él también es un investigador orientado a la estética y la literatura (doctorando en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chile). Entre sus últimos trabajos, destacamos la exhaustiva edición de las entrevistas de Raúl Zurita en Un mar de piedras (2018) así como dos grandes textos en clave autobiográfica de su autoría que son Buenas noches luciérnagas (2018) y Los nombres propios (2019).

      “El siglo XXII no nos recordará”, dice Hernández en “La poesía chilena soy yo”, texto que se incluye en estas Escenas de escritura y que se aproxima a un trabajo de autointerpretación, consignado por un autor que es un individuo, un cuerpo de carne y hueso, pero también una institución ficticia: HH. Pero antes de referirme al mencionado texto, me permitiré recordar la única vez que escuché recitar en vivo a Hernández Montecinos. Fue durante el año 2008 en un evento organizado en la Carnicería Punk. Asistí porque en ese entonces era un tallerista en los cursos de escritura de Diego Ramírez. Ramírez había leído algunos fragmentos de Brian, el nombre de mi país en llamas y creo que esa noche Hernández recitó fragmentos de “La interpretación de mis sueños”. Nunca he cruzado palabra con el poeta, pero esa noche del 2008, mientras las cervezas corrían, en algún momento de la noche comenzó recitando algo que escuché y que se aproximaba a algo así:

      Un libro no compila más que las noches/ en las que uno dejó de vivir y escribió/ como si se tratara de convertir todas esas horas/ en una pequeña caja fuerte para el futuro/ donde ni los sorprendentes currículos,/ ni todas las publicaciones o traducciones en el extranjero/ tengan espacio ni mayor valor que el polvo/ como igualmente resultan ser el orgullo y la propiedad. (Hernández Montecinos 2009, 155)

      La cita en cuestión pertenecía a una plaquette del 2008 que luego reapareció en Debajo de la lengua (2009). Recuerdo a Hernández Montecinos leyendo un libro menor, diminuto y mi recuerdo no debe ser falso pues efectivamente tiene que haberse tratado de la plaquette de la “Interpretación de mis sueños”. Se ha dicho mucho sobre la impronta autobiográfica de la Traumdeutung —de hecho Freud expone la lógica inconsciente de los sueños interpretando los suyos— y sucede que Hernández Montecinos reescribe con una mano la Traumdeutung reescribiéndose a sí mismo con la otra en la Traumdeutung. Ahora bien, se dirá que la “Interpretación de mis sueños” es un título “narcisista”, y lo es; sin embargo, la estrategia autobiográfica de la “Interpretación” no implica necesariamente la postulación de un Yo soberano a su vez inmune a la herida narcisista. A veces el ‘yo’ no es el Yo de un Rey absolutista sino el último reducto en el lenguaje contra el impulso que se dirige hacia una identificación totalitaria con el otro.

      Por ejemplo, ¿quién es el ‘yo’ de “La poesía chilena soy yo”? Es sin duda, Héctor Hernández, pero Héctor Hernández como institución ficticia: “HH”. Ahora bien, ese ‘yo’ también es una flor narcótica que crece en lo que HH ha llamado en otras obras el “Jardín Codificado”. Tal vez “HH” sea en sí mismo una flor narcótica envenenando y enfermando la función soberana del Yo en la historia general de la palabra. Por ejemplo, del Yo de Neruda, el Self de Whitman pero también el Ego de Descartes. Entiéndase, el ‘yo’ es también la devastación irónica del ‘Yo’, un otro yo en el Yo, su peste (en sentido artaudiano), el extraño doble del Yo que, resistiendo a las simplificaciones identitarias, se desliza con peligrosidad hacia lo que Gayle Salamon, en otro contexto, ha llamado ‘procesos de identificación canalla’:

      Sudaka y Marika. Me leo. Me llama en su paradoja. Sudaka en Sudamérica y marika como el más y como el menos. Una identidad, pienso. Me escabullo de la trampa, del código de los barrotes, del catálogo de igualdades […] Escribir es ser otro, otres, otredades, todos, ninguno. Alguien lucha para que perdamos juntos. Hablo en […] España contra todo centro, contra toda idea de cultura, contra toda identidad. Desde ahí me reconozco sudaka y marika. La identidad, como el pueblo, no es sino que ocurre. (“La poesía chilena soy yo”, en este volumen)

      Vuelvo al narciso y la narcosis. Porque es cierto que existen libros que se reducen a una mera forma de monumentalizar la flor narcisista del autor. Sin embargo, en la obra del poeta el deseo autobiográfico se ha cargado de un irrespeto tal hacia el libro-mo-numento que la flor se quema en el preciso momento en que el autor debiera florecer. En el ‘Desierto de la Ceniza’ la escena de su economía general:

      El Desierto de la Ceniza son millones de libros que han sido