*El ataque de los pájaros incluye escenas de exteriores filmadas en Lima, así como en las islas Ballestas (Paracas, Pisco) y Machu Picchu (ver “Machu Picchu”).
La estrella del cine de Bollywood, el actor indio Shah Rukh Khan, pronostica la desaparición de Lima por efecto de la escasez de agua en un futuro cercano. Lo hace en *Desam, Swades: We, the People (2004), de Ashutosh Gowariker (ver “Bollywood y Kollywood”).
*Contagio (*Contagion, 2011), de Steven Soderbergh, muestra el perfil del país sobre un mapa de Sudamérica. La región está acechada por la extensión de un virus resistente; científicos y políticos examinan la presencia del mal en un planeta desguarnecido. La pandemia avanza sin control ni remedio.
Por arbitrio del guion, o por efecto de alguna insondable decisión divina, el territorio del Perú aparece excluido de la amenaza inminente. Ello no ocurre con San Pablo, Buenos Aires y Caracas, ciudades marcadas por la emergencia sanitaria.
*Titanes del Pacífico (*Pacific Rim, 2013), de Guillermo del Toro, realizador mexicano que desarrolla su carrera en Hollywood, consigna a la ciudad de Lima, como tantas otras ubicadas en las costas del Pacífico, como pasto de destrucción para los Kaiju, unos seres gigantes y destructivos emergidos del fondo del Océano Pacífico.
*Charlie Victor Romeo (2013), una producción estadounidense en 3D, dirigida por Robert Berger, Patrick Daniels y Karlyn Michelson, no dramatiza el fin del mundo, pero toca miedos íntimos y extendidos: las fobias vinculadas con los viajes aéreos y las posibilidades de ocurrencias desastrosas.
Fusionando las técnicas del documental de reportaje con las de la representación dramática, la película apela a las voces de actores para reproducir los diálogos mantenidos por las tripulaciones de aviones con los técnicos de las torres de control de los aeropuertos en los momentos previos a los accidentes. Las disciplinas del reality show se imponen: se leen, con las entonaciones dramáticas del caso, las transcripciones oficiales de las conversaciones finales, tal como se registraron en las “cajas negras” de los aviones.
Se representan seis momentos culminantes, previos a los respectivos siniestros. Uno de ellos refiere el caso de los pilotos de un avión que, luego de partir del aeropuerto Jorge Chávez de Lima, perciben que los instrumentos de navegación han dejado de funcionar y que se dirigen, de modo inevitable, hacia el fin.
Producción de Roger Corman, *Death Race 2050 (2016), de G.J. Echternkamp, prolonga la distopía violenta de los gladiadores motorizados de Death Race 2000, el filme de culto de 1975. Se rueda en el Perú en febrero de 2016, con Malcolm McDowell y Manu Bennett.
Auquénidos
Son innumerables las apariciones fílmicas de auquénidos, camélidos andinos o camélidos sudamericanos, sobre todo llamas y alpacas. Habitantes de los páramos de altura en Perú, Bolivia, Ecuador y Argentina, su presencia o mención remite, por efecto metonímico, a la noción de lo andino y, por extensión, a una Sudamérica remota, como la de Yolanda and the Thief (1945), de Vincente Minnelli, ese clásico del cine musical feérico de Hollywood, “muy surreal y muy exótico”, en la definición de Clive Hirschhorn (1981, p. 260).
Un aeropuerto de Lima con auquénidos desplazándose en los bordes de la pista aérea es representado en *El titán de los aires (*China Clipper, 1936), de Ray Enright (ver “Aventuras aéreas en el Hollywood clásico”).
Una referencia a las prendas de lana de alpaca la hallamos en *El ocaso de una vida (*Sunset Boulevard, 1950), de Billy Wilder. El protagonista, un gigoló interpretado por William Holden, recibe el consejo de un vendedor de ropa de Hollywood de comprar un traje de alpaca muy caro, aprovechando la condición de hallarse como “protegido” de una mujer rica y mayor, que encarna Gloria Swanson.
Similar elogio a la calidad de las prendas de alpaca se consigna en *Cosmos (2015), la película final del realizador polaco Andrzej Żuławski, cuando uno de los protagonistas, interpretado por Johan Libéreau, valora un saco de vestir hecho de seda y alpaca.
Una llama es “espectadora” de los ensayos de la compañía teatral italiana llegada a Lima virreinal, mientras que otras, que son arreadas por las escenografías, dan el toque de ambientación peruana en *La carroza de oro (1950), de Jean Renoir (ver “Perricholi, La”).
La comedia musical *Doctor Dolittle (1967), de Richard Fleischer, fue uno de los rotundos fracasos económicos sufridos por la productora 20th Century Fox en la década de los años sesenta. Típico espectáculo familiar filmado en el sistema Todd-AO, de gran pantalla horizontal, tiene al actor británico Rex Harrison como pintoresco interlocutor de todo tipo de animales, incluidos algunos mutantes y especies en extinción. En ejercicio de su extraño don, Dolittle entabla relaciones de amistad con una llama conocida como Pushmi-Pullyu que luce, con garbo y orgullo, doble tronco y dos cabezas.
El comediante Eddie Murphy hizo un remake de esta película (Doctor Dolittle, 1998, de Betty Thomas), basada en relatos de Hugh Lofting.
*Hamlet (2000), de Michael Almereyda, traslada el texto canónico de William Shakespeare al Nueva York contemporáneo. Su protagonista es Ethan Hawke, tocado con un chullo de lana, y los conflictos en Elsinor se transforman en transacciones entre corporaciones nacidas del capitalismo posindustrial9. Shakespeare en la posmodernidad.
*El Aviador (*The Aviator, 2004), de Martin Scorsese, es una biografía fílmica (biopic) del magnate estadounidense Howard Hughes, encarnado por Leonardo DiCaprio.
En una secuencia vemos al personaje de Hughes reuniéndose con el senador Ralph Owen Brewster (Alan Alda) para conversar sobre el monopolio comercial que ejerce una empresa de aviación en los Estados Unidos. Brewster propugna la dación de una ley que proteja a la compañía de aviación Panam, convirtiéndola en aerolínea de bandera. Hughes, en cambio, busca autorización para operar otras líneas, enfrentando la concentración empresarial de los vuelos internacionales.
El episodio recreado por la película se ambienta el 12 de febrero de 1947, en el Mayflower Hotel, de Washington, D.C. La secuencia se inicia con la llegada del personaje de Hughes a la habitación de Brewster. Al entrar, elogia el buen gusto de la decoración de la suite y se fija en un colorido cuadro artesanal de motivos andinos que cuelga en la pared. Representa a un indígena conduciendo a una llama. En el fondo del grabado se distinguen otras llamas del rebaño.
Hughes interrumpe la conversación, señala el cuadro y dice:
Hughes: —Eso es hermoso. ¿Qué es eso? Es un... Es un yak. ¿Una especie de yak?
Brewster: —No, es una llama. Mi esposa lo compró en Perú hace un año.
Hughes: —Caramba. Una llama de verdad... ¿De Perú?
Brewster: —Sí, de hace un año.
Llamados a cenar, caminan hacia el comedor. Hughes insiste:
Hughes: —¿Y viste llamas de verdad?
Brewster: —No, a mi esposa le gustó la pintura.
Hughes: —Es un animal muy interesante. Tengo que leer más sobre él. ¿Cómo se escribe? ¿Como Fernando Lamas 10 ?
Brewster: —El animal es con doble L.
La fijación en el cuadro peruano da cuenta de las manías de Hughes, afectado por un trastorno obsesivo compulsivo que le lleva a reiterar preguntas y escapar de los temas centrales de la conversación,