1519. Los europeos en Mesoamérica. Federico Navarrete. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Federico Navarrete
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786073045896
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somos naturales de ella sino extranjeros, y venidos a ella de partes muy extrañas; y tenemos asimismo que a estas partes trajo nuestra generación un señor cuyos vasallos todos eran, el cual se volvió a su naturaleza, y después tornó a venir dende mucho tiempo, y tanto, que ya estaban casados los que habían quedado con las mujeres naturales de la tierra y tenían mucha generación y hechos pueblos donde vivían, y queriéndolos llevar consigo, no quisieron ir ni menos recibirle por señor, y así se volvió; y siempre hemos tenido que los que de él descendiesen habían de venir a sojuzgar esta tierra y a nosotros como a sus vasallos; y según de la parte que vos decís que venís, que es do sale el sol, y las cosas que decís de ese gran señor o rey que acá os envió, creemos y tenemos por cierto él sea nuestro señor natural, en especial que nos decís que él ha muchos días que tenía noticia de nosotros; y por tanto, vos sed cierto que os obedeceremos y tendremos por señor, en lugar de ese gran señor que vos decís, y que en ello no habrá falta ni engaño alguno, y bien podéis en toda la tierra, digo que en la que yo en mi señorío poseo, mandar a vuestra voluntad, porque será obedecido y hecho; y todo lo que nosotros tenemos es para lo que vos de ello quisiéreis disponer.5

      después de algo sosegadas sus lágrimas, respondieron que ellos lo tenían por su señor, y habían prometido de hacer todo lo que les mandase; y que por esto y por la razón que para ello les daba, que eran muy contentos de lo hacer; y que desde entonces para siempre se daban ellos por vasallos de vuestra alteza […] Lo cual todo pasó ante un escribano público, y lo asentó por auto en forma, y yo pedí así por testimonio en presencia de muchos españoles.

      Figura 1. Topiltzin Quetzalcóatl, rey de la prestigiosa ciudad de Tollan (Códice Florentino 1979: Lib. IV, fol. 59r).

      Según estos dos discursos, después de reconocer en los recién llegados a los enviados de este “Señor” que los trajo a estas tierras, Motecuhzoma entregó su reino a Hernán Cortés, como se refiere durante el segundo discurso, en presencia de “todos los señores de las ciudades y tierras allí comarcanas”. Si bien en estos discursos no aparece el nombre de Quetzalcóatl, sí se destaca el indudable origen “extranjero” de los mexicas y se describe a este “Señor” cuya salida y regreso pueden equipararse con algunos episodios del ciclo mítico del rey de Tollan, Topiltzin Quetzalcóatl (véase la figura 1).

      Otras fuentes españolas son confusas o están marcadas por una visión cristiana que llega a identificar a Quetzalcóatl con un misionero o con un santo. Ahora bien, destacados especialistas consideran que la mayoría de estas fuentes son fidedignas al establecer la existencia, en la época prehispánica, de la idea según la cual se esperaba el regreso de Quetzalcóatl. Por una parte, los discursos atribuidos a Motecuhzoma II en las Cartas de relación de Hernán Cortés también han sido reportados por otros testigos. Francisco de Aguilar y Bernal Díaz del Castillo mencionan el primer discurso de Motecuhzoma, mientras que el propio Díaz del Castillo y Andrés de Tapia mencionan el segundo. Además, durante el juicio de residencia de Hernán Cortés en 1529, algunos testigos —en particular un conquistador llamado Francisco Flores— hablan del famoso discurso del tlatoani mexica. Por otra parte, la concepción del regreso de una deidad era conforme a la concepción cíclica del tiempo que fundamentaba la cosmovisión mesoamericana. De acuerdo con este esquema, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl alternaban como soles de las distintas eras cósmicas y, en vísperas de la Conquista, los mexicas vivían bajo el sol o la era dominada por su deidad tutelar Huitzilopochtli, estrechamente vinculada con Tezcatlipoca. De manera que la asociación de la llegada de los españoles con el regreso de Quetzalcóatl para derrotar el poder de Huitzilopochtli-Tezcatlipoca era perfectamente lógica. Tanto más que el año 1 Caña (1519) —precisamente cuando llegaron los conquistadores— era el nombre calendárico de la Serpiente Emplumada que correspondía a su fecha de nacimiento. Por lo anterior, cabe la posibilidad de que Motecuhzoma II haya estado angustiado por este “regreso” de Quetzalcóatl, cuyo trono el rey mexica ocupaba “solamente por un tiempo” y que la “entrega” de su reino a los españoles mencionada por Hernán Cortés —por lo menos en el segundo discurso— tenga algún fundamento (véase la figura 2).

      Figura 2. La fecha de la llegada de los conquistadores en un año 1 Caña (1519) correspondía al nombre calendárico de Quetzalcóatl, “Serpiente Emplumada” (Museo Nacional de Antropología).

      El problema de la divinización de los españoles

      Si bien la llegada de Hernán Cortés y de sus huestes ha sido asimilada al regreso de Quetzalcóatl, es imprescindible, en este contexto, abordar el debate en torno a la posible divinización de los españoles. Aceptada por especialistas, quienes explican de esta manera la supuesta pasividad y la derrota de los mesoamericanos ante los castellanos, la divinización de los conquistadores ha sido rechazada de manera vehemente por otros estudiosos, los cuales consideran denigrante pensar que los indios hayan podido dejarse engañar de esta forma.