Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I. William Nordling J.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: William Nordling J.
Издательство: Bookwire
Серия: Razón Abierta
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788418746345
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ejemplo, de cuando la esperanza teologal fomenta la confianza de una persona a la hora de llevar a cabo actividades cotidianas. En segundo lugar, se adquieren virtudes naturales, también llamadas cardinales (prudencia, justicia, coraje y templanza o autocontrol), y reúnen virtudes interrelacionadas o fortalezas de carácter, como la paciencia y la perseverancia. En tercer lugar, las virtudes intelectuales son teóricas (sabiduría, comprensión y conocimiento o ciencia) o prácticas (arte y sabiduría práctica).

      7. Conexión de las virtudes a través de las prácticas. Las virtudes básicas, las virtudes asociadas y las prácticas crean los caminos interconectados del desarrollo intelectual, moral y espiritual. Las virtudes se conocen mejor en la actuación. Por ejemplo, la virtud natural de la valentía (una virtud básica o cardinal), junto con las virtudes naturales de la esperanza y la perseverancia (dos de sus virtudes asociadas), deben formarse mediante prácticas particulares, como cuando se forma a una persona para experimentar la esperanza, practicar el autocontrol y mostrar coraje y perseverancia al enfrentarse a situaciones de emergencia. Aunque cada una de las virtudes perfecciona principalmente una de las capacidades humanas (enumeradas más adelante en el capítulo sobre la virtud), se interrelacionan en una conexión dinámica de fortalezas intelectuales, morales y teológicas (1 Cor 13:13; Gál 5:22-26).

      8. Desorden moral y maldad. A menudo, la gente toma malas decisiones creyendo que son buenas debido a interpretaciones y acciones distorsionadas previas (interpretaciones defensivas, negación de compromisos, racionalización de ideologías, etc.). Debido a la existencia de diversos desórdenes morales a nivel personal y social, los humanos tienden a buscar desmesuradamente el placer, el poder y el reconocimiento. Las emociones, cogniciones o violaciones distorsionadas impiden la realización, como cuando el miedo provoca el fracaso para actuar correctamente, o cuando la ira bloquea el verdadero amor y la justicia (Gál 5:19-21).

      9. Vicio. La tradición cristiana identifica el orgullo como la raíz de todo pecado, y los siete pecados capitales o vicios mortales como la vanidad, la envidia, el odio (y la ira), la pereza, la codicia, la gula y la lujuria. Ante el mal y el vicio moral, los seres humanos necesitan no solo el desarrollo, sino también la curación, el perdón y la reconciliación a nivel personal, interpersonal y religioso (Lc 15; Mt 1:21).

      10. Prevención. El desarrollo humano integral en la virtud ayuda a prevenir y superar insuficiencias en juicios morales, tales como el relativismo (la negación de la verdad objetiva), el emotivismo (la interpretación de los juicios éticos como meras expresiones de emociones positivas o negativas sobre una cosa), el subjetivismo (la afirmación de que la propia percepción o conocimiento de uno es necesariamente correcto), el consecuencialismo (la determinación de la bondad solo por las consecuencias de un acto y la negación de que cualquier acto es intrínsecamente malo) y el materialismo (la reducción de la persona a determinantes biológicos, como los procesos genéticos y neuronales).

      Aunque el cuerpo humano y su alma espiritual son naturalmente inseparables, tienen un propósito y siempre están en relación con otras personas, por el interés del análisis distinguimos las siguientes estructuras o capacidades de la naturaleza humana, que están a disposición de cada persona en la búsqueda de sentido y de su realización.

      VII. Relacionalmente interpersonal

      Los humanos son naturalmente sociales, con inclinaciones y necesidades de familia, amistad, vida en sociedad y otras relaciones interpersonales.

      1. Receptivo e interpersonal. Las personas son intrínsecamente receptivas y están orientadas hacia otras personas. Esta orientación se expresa a través de actos comunicativos en los que se recibe y da. Y, lo que es más, los actos sociales sirven al progreso personal únicamente en la medida en que sirven al bien de las demás personas y al bien común (1 Jn 3: 17-18).

      2. Centrado en el amor. La máxima expresión de la comunicación interpersonal es el amor, que es entrega de uno mismo, también conocido como la virtud de la caridad (philia y agape-). Aunque tiene una unidad de propósito, el amor adopta diferentes formas en función del tipo de relación interpersonal de que se trate. Informa e interconecta todas las otras virtudes, a las que también sirve, especialmente las virtudes relacionadas con las relaciones, como la justicia, la religión, la castidad, el coraje y la obediencia (1 Jn 4:8) (véase la premisa XI, punto 3, sobre los «Tipos de amor humano»).

      3. Relación con Dios. Los seres humanos tienen un deseo natural de conocer, amar y estar unidos a Dios, que no solo es el creador (causa primera) y sustentador (causa eficiente) de la vida humana, sino también su fin último (causa final). Por lo tanto, es apropiado que las personas entren en prácticas religiosas (como la oración, los rituales, las lecturas de las Escrituras y los sacramentos, y otras expresiones de fe, esperanza y amor) con el fin de adorar, respetar y amar a Dios (Jn 1:12-13).

      4. Las relaciones conyugales y el significado conyugal del cuerpo. La institución natural del matrimonio se basa en la complementariedad conyugal de los sexos y en la atracción por el sexo opuesto (véase la premisa IV, punto 3, «O varón o mujer»). Este tipo de matrimonio implica un compromiso de alianza de por vida y el don de uno mismo (unión). Este amor se formaliza en el matrimonio monógamo, abierto al don de la nueva vida (procreación) y comprometido con los bienes de la familia, incluida la santidad de los cónyuges. En el sacramento del matrimonio, Dios provee de gracias a los cónyuges para que enfrenten los desafíos de intimidad, fidelidad y familia. En respuesta a una llamada a la santidad, algunas personas se comprometen a tener relaciones matrimoniales célibes con Dios para amar y servir a Dios y a su pueblo (Gn 2:18-24).

      5. Familia. La relación interpersonal se desarrolla primero en la familia, que es la unidad básica de la sociedad. Los seres humanos tienen tanto una necesidad natural de familia como inclinaciones naturales para establecer familias, es decir, inclinaciones hacia los bienes del matrimonio, la procreación y la educación de los hijos (Lc 2:51). Todas las familias, independientemente de su estructura, merecen apoyo, incluida la ayuda ante las dificultades con las que se enfrentan.

      6. Amigos. La amistad contribuye a la realización humana. Subraya las relaciones de afecto, compañerismo e intimidad basadas en el mutuo don de uno mismo y en compartir de forma común el bien, diferente al amor sexual (Jn 15:15).

      7. Comunidades. Los seres humanos se encuentran en comunidades de personas, expresadas en contextos socioculturales, cívico-políticos y basados en la fe, todos los cuales conforman a las personas, sin determinarlas totalmente. Los humanos contribuyen a la comunidad trabajando y expresando su responsabilidad por los demás. La amistad sirve como fuerza de unión para la comunidad (Ef 4:4-13; Sal 122:1-2).

      VIII. Sensorial-perceptual-cognitiva

      Todo ser humano ejerce capacidades sensoriales-perceptivas-cognitivas prerracionales, como una unidad cuerpo-alma. Estas capacidades prerracionales sirven como una importante base para las dimensiones racionales humanas lingüísticas, interpersonales y morales, así como para otras capacidades cognitivas superiores tan fundamentales para el carácter único de la vida humana.

      1. Receptividad al mundo exterior. La persona recibe y busca el conocimiento básico de otras personas, del mundo y de sí misma a través de los instintos, de sus sentidos primarios y de las percepciones de orden superior, así como de conocimientos prerracionales y racionales.

      a. Las bases biofisiológicas del conocimiento incluyen instintos de tipo visual, táctil y de supervivencia, así como una curiosidad intrínseca. En este Meta-Modelo, estas características sirven como inclinaciones naturales hacia la bondad y la relación, que tienen como objetivo la realización.

      b. Los cinco sentidos primarios y sus órganos o sistemas proporcionan un contacto único con el mundo y la realidad perceptibles. Son medios de base biológica que permiten reunir información particular e interpretar los estímulos.

      c. Las percepciones de orden