El judaísmo y la literatura occidental. Lourdes Celina Vázquez Parada. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Lourdes Celina Vázquez Parada
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786074508604
Скачать книгу
cultura de su entorno como lo haría la mayoría de los intelectuales judíos. En todas sus novelas trata asuntos de su cultura y su religión, a diferencia de otros autores más asimilados que sólo ocasionalmente se ocupan de este tema. Otros grandes pensadores como Heinrich Heine, el más grande poeta alemán del siglo xix, trataron de desligarse del judaísmo y se convirtieron al cristianismo, pero nunca olvidaron completamente sus raíces. En su cuento El rabino de Bacharach,6 Heine relata una cena de Pesaj donde el rabino invita a un sacerdote. Éste, con el propósito de acusar a los judíos de muerte ritual, desliza a un bebé muerto por debajo de la mesa; el rabino advierte la maniobra demasiado tarde y, en consecuencia, con este pretexto, los judíos son masacrados en Bacharach en 1337. El austriaco Joseph Roth, uno de los defensores de la monarquía austro-húngara en decadencia, también se bautizó como católico sin dejar de ser un autor judío: en su novela Job7 describe el destino de los judíos de Europa oriental que emigraron a los Estados Unidos. Otros autores como Arthur Schnitzler, Stefan Zweig o el estadounidense Philip Roth, nunca renunciaron a su religión, pero sólo en una parte de sus obras tratan temas judíos. Esto hace que puedan considerarse más representativos de la cultura alemana o anglosajona, que de la judía.

      El caso de la literatura hebrea moderna es parecido a los de las literaturas yiddish y ladina. Se trata de obras que surgen en un ámbito cultural judío cuya identidad se forja a partir del uso de una lengua común. En el Estado de Israel vive una nación que se expresa en su propio idioma y tiene su propia literatura, además de destacados narradores como Amos Oz y Abraham Yehoshua, autores bastante conocidos en México.

      Este libro trata de responder a las siguientes preguntas: ¿existe una literatura judía?; ¿es posible conocer a través de las obras de autores judíos la cultura, las creencias y las prácticas religiosas de un pueblo que ha vivido permanentemente en exilio?; ¿cómo ha influido el pensamiento judío en la cultura occidental y su visión del mundo? Con respecto a la primera pregunta, consideramos que sí existe una literatura judía; y que así como Georges Bernanos, François Mauriac o Graham Greene son representantes típicos de la novela católica, los hermanos Israel e Isaac Singer son de la judía.

      En cuanto a la selección de obras y autores, queremos señalar que priorizamos las obras de narrativa y sólo al margen nos referimos a los ensayos de pensadores judíos tan brillantes como Walter Benjamin (1892-1940), Theodor W. Adorno (1903-1969), Hanna Arendt (1906-1975) y Jean Améry (1912-1978). Incluimos obras representativas de la cultura judía que tienen una difusión general, y no las de autores judíos ajenos a la problemática de su pueblo y su cultura; aunque sí, en algunos casos, presentamos la visión de la problemática judía de escritores no hebreos. Nuestro libro se orienta sobre todo hacia la narrativa, pero incluye también crónicas y ensayos.

      La religión tiene una fuerte presencia en muchas obras literarias. Nosotros nos interesamos precisamente por las influencias judías en la narrativa, pero estamos conscientes que no todos los autores judíos modernos son religiosos. Por ejemplo, en algunos escritos de Abraham Yehoshua se manifiesta una secularización que es ajena a autores como Sholem Aleichem o los hermanos Singer.

      A veces es difícil saber dónde empieza y termina el judaísmo en la obra de un autor. Así como anteriormente lo judío se disolvió en lo cristiano sin dejar huellas, ahora, en el caso de los judíos que viven fuera de Israel, parece perderse en la indiferencia religiosa. Los ortodoxos procuran conservar su identidad, pero en el caso de los judíos asimilados a la cultura de su entorno, se nota la pérdida de la esencia religiosa. En el transcurso de la historia, muchos judíos se integraron de tal manera a las sociedades no judías en las cuales vivieron, que ya no quedó huella de su cultura. En teoría, mucha gente puede tener antepasados judíos y no lo sospecha, porque nombres y apellidos se modificaron de acuerdo al idioma y tradición de las comunidades a las cuales se integraron; pero esto se ha vuelto irrelevante desde su punto de vista. Más interesante resulta el caso de los conversos al judaísmo, aunque son pocos, porque los judíos, a diferencia del cristianismo y del Islam, no hacen proselitismo ni les interesa crecer numéricamente.

      Los judíos por lo general tratan de evitar los matrimonios mixtos con gentiles, pero a lo largo de la historia se han dado con cierta frecuencia por la diáspora permanente en que han vivido. Pero no es algo privativo de ellos: tampoco la Iglesia católica ve con buenos ojos los matrimonios entre católicos y evangélicos o miembros de otras comunidades religiosas, y condiciona estas uniones a la obligación de los padres de educar a sus hijos en la tradición católica. En el caso de los matrimonios mixtos con judíos, se considera que el hijo asimila la herencia cultural hebrea a través de la madre, porque es ella la principal responsable de la transmisión de la educación religiosa durante la infancia. Así pues, y a pesar de que muchos judíos a través de los siglos se han asimilado completamente a otros entornos culturales en diferentes países y contextos, no podemos soslayar el hecho de que el judaísmo sigue siendo una de las grandes fuerzas culturales del Occidente.

      Identidad y exilio

      Este libro pretende aportar algunos datos esenciales sobre la presencia del judaísmo en la cultura occidental, mostrando cómo su pensamiento y su literatura han enriquecido de manera fundamental a la cultura moderna. Sin embargo, el tema es tan amplio que se necesitarían varios tomos para estudiarlo de manera exhaustiva, por eso nos limitamos a ofrecer ejemplos representativos de escritores judíos a partir del siglo xix, cuando en Europa salen de los guetos y se integran a la sociedad, hasta nuestros días. Incluimos también algunos autores no judíos que ofrecen una visión complementaria del tema.

      Para comprender el pensamiento judío de los siglos xix y xx es necesario tomar en cuenta su larga tradición cultural. Aquí nos limitamos a hablar de Maimónides (Moshe ben Maimon) filósofo árabe del siglo xii, cuyo racionalismo y rigor científicos condujeron al desarrollo del pensamiento moderno, del cual Spinoza es una de las figuras más destacadas. Los judíos participaron también en la Ilustración, lo que les permitió salir del gueto en el siglo xix e integrarse a la vida intelectual moderna. Heinrich Heine se convirtió en el poeta más grande del Romanticismo alemán y Franz Kafka en una figura estelar de la literatura occidental del siglo xx.

      En Europa, con excepción de los grupos ortodoxos, los judíos se mezclaron tanto con el resto de la población, que no pueden ser identificados a primera vista por supuestos rasgos raciales. El aspecto biológico se convirtió en una obsesión a partir de la segunda mitad del siglo xix, y culminó con la terrible y vergonzante experiencia del holocausto; esta situación se refleja en la narrativa de autores poco conocidos, entre los cuales seleccionamos algunos para hacer visible este proceso de integración de los judíos a la sociedad moderna.

      No es nuestra intención ofrecer reseñas de las obras de grandes escritores de la literatura universal, sino comentar una selección que nos permita conocer la presencia de la cultura judía en la civilización moderna occidental, en la cual el factor religioso tiene cada vez menos importancia. Nuestro libro pretende mostrar las múltiples facetas de la civilización judía moderna, que se manifiesta en la literatura yiddish de Europa oriental, la hebrea de Israel, y en muchas obras de autores de diversos países occidentales. Hay que tener en cuenta que no toda la narrativa judía enfoca su mirada hacia la vida y las costumbres de su pueblo; muchas novelas de Israel, como las policiacas de Batya Gur, no tratan temas específicamente judíos a pesar de que hablan de la vida cotidiana en una sociedad judía. Kafka describe en La metamorfosis la tragedia de un ser humano cualquiera. Hay obras donde lo judío tiene una presencia indirecta, y en otras sólo marginal. Dimos preferencia a aquellas donde el tema judío es esencial, aunque no siempre ocupen un lugar destacado en la historia de la literatura.

      Obviamente faltan muchos autores importantes en esta selección, que es sólo una muestra; así, para ilustrar el tema del holocausto escogimos a Primo Levi y no a Imre Kertéz. En este el libro se codean autores menores con destacados. No pretendemos presentar la mejor literatura judía, sino describir la variedad de la civilización judía moderna por medio de textos literarios ilustrativos. Esperamos que contribuya a entender mejor los problemas actuales del judaísmo con sus múltiples