Congreso Internacional Comunicación, ciudad y espacio público. Ángeles Margarita Maqueira Yamasaki. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ángeles Margarita Maqueira Yamasaki
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789972455568
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la ciudad fundacional latinoamericana, cuya estructura se componía de “a) un trazado en damero, cuadrada o rectangular y que, con el tiempo, adquiere una forma trapezoidal; b) la plaza, generalmente en el centro, estaba formada por una manzana sin edificar; c) alrededor de la plaza se designaba el cabildo, la iglesia y la gobernación, y distintos puntos, terrenos para las órdenes religiosasˮ (p. 41).

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      Figura 2. Esquema manuscrito de la ciudad de Caracas que define la estructura de la ciudad organizada a partir del damero

      Fuente: De Pimentel (1578). Plano de Caracas

      Este conjunto de ciudades (en los virreinatos del Río de la Plata, del Alto Perú y de Nueva Granada) se convierte en un medio3 para representar, en simultáneo, un mandato sociocultural y una distribución urbana sobre el territorio:

      ya que sobre ambos se aplican los principios cristianos de orden y virtud. Por lo mismo, en primer lugar, aun cuando los indios tuviesen sus “ciudadesˮ y sus formas de organización, era necesario “urbanizarlosˮ, de manera que las jerarquías sociales fuesen, desde un primer momento, aprehendidas; en segundo lugar, era necesario insertarlos en una red vertical de ciudades, pues se presume que entre ciudades deberán existir diferencias y jerarquías, al modo como entre los hombres se dan justas diferencias de virtud y riqueza. (Landaeta Mardones y Espinoza Lolas, 2015, p. 2)

      La ciudad en Latinoamérica se construye como una herramienta de dominación de la emulando lo que lo fue la ciudad romana, renovando la concepción clásica que veía en la ciudad el elemento donde debían confluir un adecuado orden social con su respectiva realización territorial: “La medida del éxito de la colonización española fueron sus ciudadesˮ (Lucena Giraldo, 2008, p. 20).

      Con este sistema de institución local y administrativa de la Corona de España, implantado en el tiempo, estas ciudades conformaron una verdadera red política, establecida sobre el territorio, y así comenzaron a funcionar como un sistema de ciudades4, en el cual empieza a ser fundamental la vinculación interna, debido a que no solo por mar, sino por caminos de tierra, el sistema de dominación se extendía al territorio, extrayendo recursos para enviarlos a la madre patria5. Estas rutas comenzaron a conectar, tanto a estos centros urbanos, vinculando así los distintos virreinatos (el del Río de la Plata con el del Alto Perú, por ejemplo), como a las áreas estratégicas dentro de cada uno. Este proceso subrayaba la centralización, vigente hasta hoy día, de las ciudades cabecera del virreinato, instaurando una matriz económica al territorio de absoluto carácter colonialista. “No existen planos de las ciudades y fortalezas construidas antes de la década de 1520, pero el análisis de las instrucciones, capitulaciones, reales cédulas y otras formas empleadas por la Corona para comunicar directivas no parece ofrecer dudas sobre el gradual proceso de perfeccionamiento en el trazado de las ciudades coloniales hasta alcanzar el modelo clásico”ˮ (Hardoy, 1975, p. 43).

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      Figura 3. Estructura urbana de las ciudades de Quito, Lima, Santiago, São Paulo, Montevideo y Buenos Aires

      Fuente: Borthagaray y Massin, 2010

      A medida que avanzan los diversos procesos sociopolíticos en el continente, se van montando esta red de ciudades. En tal sentido es fundamental destacar uno de los sucesos más relevantes ocurrido en el período de revoluciones independentistas y que abre, sin lugar a duda, una nueva lógica del territorio.

      El cruce de los Andes comenzó a principios de 1817 y en pocos años, logró la liberación de Chile y preparó el ascenso hacia el Perú, a pesar de la oposición del Directorio porteño. En julio de 1821, San Martín ocupó Lima y declaró la independencia del Perú, formando un protectorado a cuyo frente fue elegido. Abolió la esclavitud y los servicios personales, entre otras medidas. Para poner fin a la resistencia realista, intentó sumar esfuerzos con Simón Bolívar, con quien tuvo la famosa entrevista de Guayaquil, en julio de 1822. Pero las diferencias políticas y militares hicieron que se retirara y dejara todo en manos del líder venezolano. Pronto renunció al protectorado del Perú y se retiró de la política. (Pigna, 2014, p. 274)

      Más allá de la gesta histórica, el cruce de los Andes pone de manifiesto una situación que resulta fundante para esta investigación, y es la valoración del soporte topográfico para gestar una estrategia militar, ya que el soporte topográfico no servía de salvaguarda de los asentamientos urbanos y tampoco existían caminos alternos que conectaban ciudades, se reabre la noción de territorio.

       1.2 Durante

      El modelo clásico de la ciudad colonial hispanoamericana es esencialmente un modelo urbanístico arquitectónico que respondió a una idea cultural europea traída desde España a América, y que experimentó un proceso paulatino de perfeccionamiento que, con el tiempo, fue sancionado legalmente.

      Landaeta Mardones y Espinoza Lolas, 2015, p. 2

      En el amplio espacio temporal, intermedio entre el colonialismo y lo que definimos como actualidad, sucedieron hechos fundamentales en la historia que afectaron físicamente a este conjunto de ciudades, detenernos en ellos sería extenso, pero podemos concluir que finalmente no han modificado la mirada original, es más, en muchos sentidos profundizaron los procesos centralistas6 y, sobre todo, el desequilibrio con el soporte natural.

      Encontramos asimismo en las ciudades latinoamericanas operaciones urbanas extirpadas literalmente de otros procesos y contextos, traspalando paradigmas inocuos e inconsistentes para los entornos políticos, sociales y ambientales de Latinoamérica. Estas operaciones no han cuestionado, en términos formales, las ideas desarrolladas en la ciudad colonial, es más, han servido para enfatizar esta condición eurocentrista.

      En América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. La posterior constitución de Europa como nueva identidad después de América y la expansión del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevaron a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y con ella a la elaboración teórica de la idea de raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeos y no-europeos. Históricamente, eso significó una nueva manera de legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de relaciones de superioridad/inferioridad entre dominados y dominantes. (Quijano, 2000, p. 779)

      La ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, retomó del pensamiento haussmaniano7 la apertura de las diagonales, diagonal norte y diagonal sur, y para su traza contrató a Joseph Bouvard, de la Municipalidad de París, con la idea de reproducir, precisamente, el modelo de la capital francesa. Para su realización, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (MCBA) debió comprar y/o expropiar gran parte de los terrenos de las manzanas involucradas. Concluidas en 1943, las diagonales marcaron un hito urbano que en gran parte han signado el ADN de la ciudad “más europea” de Latinoamérica. Más allá de la anécdota, este tipo de situaciones solo enfatizó los conceptos vertidos en la época colonial, evidenciando, cada vez más, la separación entre estructura urbana y soporte territorial. Con esto no estamos afirmando que hayan sido los únicos movimientos, se destacan en varias ciudades procesos de revalorización de las ciudades indígenas, que sí habían desarrollado la estructura física de sus asentamientos en relación directa con la topografía.

      Otro ejemplo del interés por las ideas eurocentristas vuelve a escena en la posguerra, cuando, en sintonía con las ideas del movimiento moderno, surge la ciudad de Brasilia, una nueva ciudad planificada, convirtiéndose en un icono del modernismo en Latinoamérica. Esta es una ciudad proyectada por Lucio Costa a partir de la tabula rasa, nuevamente, al igual que la ciudad colonial. En 1957 su propuesta resultó ganadora del concurso hecho bajo el mandato del presidente brasileño, Juscelino Kubitschek, para crear una nueva capital más centralizada que la costera Río de Janeiro. Del gesto primario de hacer una cruz, del también conocido ritual romano de creación de una ciudad, Lucio Costa trazó los ejes de la nueva capital