Entonces recordé haberlo experimentado antes. Con cinco o seis años vi una película sobre un explorador que llegaba a una isla hawaiana... En fin, no he vuelto a ver la película, ni siquiera recuerdo el título, pero no he podido olvidar la emoción que me produjo.
Este es el poder de nuestra profesión, tocar el corazón del espectador
Fui entonces consciente de que una serie de personajes, como el Vito Corleone de Marlon Brando, el Hannibal Lecter de Anthony Hopkins y el Reinaldo Arenas de Javier Bardem, que eran un referente para mí desde mis inicios como actor, también me habían enamorado, de una forma diferente, quizás porque se trataba de personajes masculinos. Descubrí que eso, los personajes que enamoran, debía ser la meta hacía la que enfocar mi carrera, tanto como actor, director y escritor, como en mi labor docente.
Entonces, la pregunta que debemos hacernos es, ¿qué provoca que ciertos personajes enamoren?
Si la expresión “personajes que enamoran” te produce rechazo, aunque como artista deberías estar libre de ese tipo de prejuicios, cámbiala por “personajes inolvidables”, que para el caso viene a ser lo mismo. No obstante, existen personajes que se hacen inolvidables porque son un verdadero desastre.
En los ejemplos anteriores he citado a personajes protagonistas de la historia —Reinaldo Arenas, La Mujer Maravilla—, oponentes principales —Charlotte Posche en La felicidad nunca viene sola— y aliados —Vito Corleone y Hannibal Lecter—. Es decir, cualquier personaje puede estar construido de forma que permanezca en nuestra memoria, que enamore o fascine. Ahora bien, generalmente será del protagonista de la historia del que nos enamoraremos. Esto es así porque vemos la historia a través de sus ojos, y será el personaje más y mejor desarrollado.
Los guiones deben diseñarse para conseguir que el espectador se enamore del protagonista, para que sufra en sus carnes el destino del mismo, para que deseemos que logre su deseo y tenga una vida mejor. Aunque en ocasiones el personaje más fascinante puede no ser el protagonista, o que el guion no consiga que te enamores de ningún personaje, que es lo más común.
Es necesario puntualizar que, por lo mismo que el guion está diseñado para que veamos la historia a través de los ojos del protagonista, las historias románticas se diseñan para mostrar al personaje del que el protagonista se enamora como a un personaje que enamora. Es decir, si el protagonista se enamora de cierto personaje, el espectador también debería hacerlo. Además, debes entender que el mundo de la historia —del que trataremos más adelante— crea un universo particular, con unas reglas definidas, que hace que el espectador las dé por buenas, por válidas. Si el espectador da por bueno que los personajes pueden volar gracias a los polvos mágicos de Campanilla —Peter Pan—, también dará por válido que cierto personaje enamore a todos los personajes con los que se cruce. En consecuencia, los espectadores también se enamorarán de dicho personaje. Claro, siempre que se trate de un buen guion, y la historia y el personaje estén bien construidos. Pero no me refiero exactamente a estos casos con personajes que enamoran, que también. Me refiero a los personajes que como actores, directores o escritores nos enamoran, nos fascinan y permanecen en nuestra memoria.
No hay una respuesta sencilla a la pregunta de ¿qué es lo que provoca que un personaje enamore? Un guion es una gran maquinaria en la que cada pieza cumple una función que complementa y da sentido al resto. Por este motivo son muchas las circunstancias diferentes que encontraremos. A veces son ciertas cualidades de la personalidad de un personaje, a veces es su motivación por conseguir algo, a veces son los grandes retos que el personaje debe superar. A veces se trata de que el personaje sea capaz del sacrificio por otros o por un fin mayor. A veces se trata de quién no es el personaje en comparación con los otros personajes del mundo de la historia o del submundo de ese personaje. A veces tiene que ver con el arco del personaje. Y generalmente tiene que ver con todo lo anterior y con mucho más, que desarrollaremos a lo largo de este libro.
Por ahora baste decir que siempre tiene que ver con la historia que cuenta el guion, con la forma en que el actor creó y dio vida a su personaje, con la forma en que el director creó su obra, y con el resto de personajes que crearon el resto de actores.
Recuerda que comentamos que un guion es una gran maquinaria en la que cada pieza cumple una función que complementa y da sentido al resto: pues de la misma forma sucede con una obra, película o serie. Comento esto porque es común encontrar actores que intentan ‘perjudicar’ el trabajo de otros actores del reparto, para sobresalir ellos. Esto es un gran error porque estarán perjudicando el nivel de la obra y, en consecuencia, su propio nivel. Debes conseguir sobresalir porque fuiste capaz de crear un personaje fascinante, no porque otros actores hagan un mal trabajo. Cuanto mejor sea el nivel de cada uno de los participantes, mejor será el nivel del producto final.
Te recomiendo que analices los personajes que desarrollan tus actores preferidos. Son los actores que más te gustan por el tipo de historias que cuentan y porque imprimen a sus personajes una serie de características, muchas de las cuales se repiten en los diferentes personajes que interpretan, que hacen que se hayan convertido en tus actores preferidos.
También te recomiendo que analices las películas y los personajes que te enamoren, y que encuentres qué es lo que provoca que te enamores de esas historias y de esos personajes. Cuando encuentres lo que provoca que te enamoren, toma notas y guárdalas en tu cajón de herramientas del actor. Es más que probable que en algún momento de tu carrera puedas utilizarlas.
Todo lo que trataremos en este libro va dirigido a proporcionarte la información que te ayude a detectar lo que marca la diferencia entre un personaje y un personaje inolvidable. A este proceso lo llamo ‘ver con los ojos de un actor’.
VER CON LOS OJOS DE UN ACTOR
¿Qué significa? Significa empezar a moldear tu mente en una manera de observar profesional, crítica, profunda y artística.
Permite que te ponga un ejemplo. Si visitamos las pirámides de Egipto, los profanos nos deleitamos con su belleza, con sus dimensiones, con la magia de su significado como tumba o portal a la otra vida, etc. En cambio, si un ingeniero visita las pirámides, verá todo eso y algo más. Percibirá la proporción de sus dimensiones, su orientación siguiendo los ejes N/S y E/O para que los rayos del sol incidan de cierta manera en determinada época del año. La forma en que resolvieron las dificultades de crear una construcción de tales dimensiones. El tamaño de cada bloque de arenisca y de las losas de granito. La dificultad de cortarlos, transportarlos y elevarlos contando con la ayuda de herramientas muy primitivas y por medio de la fuerza humana. La logística para localizar y extraer de la tierra los minerales para fabricar dichas herramientas, crearlas, transportarlas, repararlas... El gran número de personas que participaron en el proyecto. La especialización en los diferentes trabajos; canteros, transportistas, capataces, peones, obreros... Las necesidades de organización y mantenimiento de tanta gente; comida y cocineros, agua y aguadores, médicos y enfermeros... Su lugar de descanso, de aseo y de enterramiento, porque muchos morirían de forma natural o accidental. Y, sobre todo, se maravillarán de cómo repartieron las cargas, de forma que les permitió crear ciertas cámaras huecas que han resistido el paso de los milenios sin desplomarse, y la manera en que protegieron dichas cámaras de los posibles ladrones.
Eso, y alguna otra cosa que a mí se me escapa, verá un ingeniero. Incluso es posible que tenga un momento de ensoñación en el que visualice todo ese movimiento de personas y materiales funcionando como una gran maquinaria bajo el sol del desierto.
De la misma forma, los actores, directores y escritores deberemos desarrollar la habilidad de percibir la forma en que un actor, director o escritor desarrolló