1. UNA TEORÍA HÍBRIDA DE ARGUMENTACIÓN Y NARRATIVAS
En esta parte, presentaremos las teorías argumentativa y narrativa, antes de proponer nuestra teoría híbrida. Nuestra presentación también se centrará en el uso de varios tipos de conocimiento del sentido común, expresados como esquemas. El razonamiento con la evidencia envuelve una gran cantidad de conocimiento del sentido común sobre el mundo que nos rodea, conocimiento que nos permite asumir o inferir nueva información, en la medida en que es requerida en el contexto, en una forma segura. En este ensayo mostraremos que, desde el punto de vista de la teoría de la argumentación, el conocimiento del sentido común muchas veces tiene la forma de los esquemas argumentativos (Walton et al., 2008), patrones generales de argumentación que funcionan como fundamento para argumentos particulares. En el enfoque narrativo este conocimiento toma la forma de un escenario general que puede ser visto como un esquema narrativo (Bex, 2009), un patrón general de un evento que funciona como soporte para una historia específica.
1.1. El enfoque argumentativo
En el enfoque argumentativo, los argumentos son construidos al transitar diferentes pasos de razonamiento, empezando con una o varias piezas de evidencia y razonando hacia la conclusión, los hechos en litigio en el caso. Los pasos del razonamiento en estos argumentos tienen generalizaciones asociados que justifican las inferencias (cfr. las garantías de Toulmin y los esquemas argumentativos de Walton). Por ejemplo, la evidencia ‘un testigo afirmó que un hombre que se parecía a Pascal estaba en el carro’ y la generalización ‘los testigos normalmente dicen la verdad’ nos permiten inferir que ‘un hombre que se parecía a Pascal estaba en al carro’. Esta conclusión intermedia puede ser usada para inferir el hecho de que era Pascal la persona que estaba en el carro. Estas líneas de razonamiento pueden combinarse para construir árboles argumentativos, que se representan en diagramas (Freeman, 1991; Reed et al., 2007). Véase, por ejemplo, la figura 1.
FIGURA 1. UN ARGUMENTO QUE SE BASA EN LA EVIDENCIA
El argumento, en la figura 1, usa generalizaciones típicas, como las mencionadas con anterioridad sobre el testigo, que justifican la inferencia. Estas generalizaciones pueden representarse como esquemas argumentativos, como el siguiente esquema de un argumento que se basa en un testimonio (Walton et al., 2008; Bex et al., 2003):
El testigo t está en una posición que le permite conocer si a es verdadera.
El testigo t afirma que a es verdadera (falsa).
Por lo tanto, a podría plausiblemente ser considerada como verdadera (falsa).
Ahora, Bob afirma que alguien que se parecía a Pascal estaba en el carro de Nadia y Bob estaba en una posición de conocer esto. De la misma forma, la evidencia de que el olor de Pascal fue encontrado en el carro es un signo para inferir el hecho de que en algún momento Pascal estuvo en el carro de Nadia (argumento por los signos; ver Walton et al., 2008). En adición a estos esquemas argumentativos, generalizaciones más específicas centradas en el caso fueron también usadas como garantías para realizar la inferencia de la figura 1. Así, la inferencia final se justifica en la generalización de acuerdo con la cual, ‘si una persona x en algún momento estaba en un carro y alguien que se parece a x es visto en ese carro en un momento específico, m, entonces es probable que la persona que estaba en el carro en m fuera x’.
En el enfoque argumentativo, los hechos individuales en litigio se soportan con argumentos que se basan en la evidencia recolectada en el caso. Este enfoque es inherentemente dialéctico: no solo la evidencia que soporta la conclusión final, sino también la que la debilita, debe ser considerada, y toda fuente de duda debe hacerse explícita en el argumento. Las preguntas críticas asociadas con los esquemas argumentativos son útiles para esto, ya que ellas señalan las formas en las cuales un argumento que corresponde a un esquema específico podría ser atacado (Bex et al., 2003; Verheij, 2003). Tómense, por ejemplo, las preguntas críticas del esquema argumentativo del argumento que se basa en un testimonio:
1. ¿Estaba t en una posición para saber a?
2. ¿Es t confiable?
3. ¿Tiene t sesgos?
4. ¿Es la afirmación de t que a internamente consistente?
5. ¿Qué tan plausible es la afirmación de t que a?
6. ¿Es a consistente con lo que dicen otros testigos?
Estas preguntas críticas muestran cómo y cuándo un argumento que se basa en un testimonio podría ser atacado. Verbi gratia, la tercera pregunta indaga si hay una excepción al esquema general (i. e., los testigos normalmente dicen algo que es verdadero, pero en el caso de Bob tenemos una razón para pensar que esto no es cierto porque el testigo está sesgado); la sexta pregunta explora si hay otros argumentos (p. ej., la afirmación de otro testigo que dijera que el hombre en el carro no lucía como Pascal). La quinta pregunta es interesante porque se cuestiona por la plausibilidad inherente (i. e., si tener en cuenta la evidencia) de la afirmación de que alguien que se parece a Pascal estaba en el carro de Nadia. Volveremos al punto de la plausibilidad inherente cuando discutamos las historias y la coherencia de las mismas más adelante.
El enfoque argumentativo es una forma dialéctica de razonar con y sobre la evidencia en un caso. El razonamiento argumentativo ha sido llamado atomístico porque los elementos de un caso (i. e., hechos, evidencia) son considerados separadamente y el caso no es considerado ‘como un todo’. Este enfoque tiene su fundamento en una importante tradición académica de investigaciones en argumentación formal e informal, y está muy bien equipado para el análisis individual de la evidencia y de las inferencias que se pueden extraer de ella, usando preguntas críticas para evaluar los posibles puntos débiles de los argumentos. Sin embargo, la naturaleza atomística de los argumentos los hace menos útiles para proveer una visión general de los diferentes escenarios hipotéticos sobre lo que pasó en el caso.
1.2. El enfoque narrativo
En el enfoque narrativo, los hechos son organizados dentro de una o más historias, entendidas como secuencias cronológicas y coherentes de eventos sobre lo que pudo haber pasado en un caso. Desde esta perspectiva, la información de la evidencia en el caso debe ser explicada causalmente por esas historias hipotéticas, por medio de inferencias abductivas. La idea básica del razonamiento abductivo (ver, p. ej., Walton, 2001) es que si tenemos la regla general ‘c es una causa de e’ y observamos e, es correcto